Justificación: La endocarditis infecciosa (EI) es una enfermedad compleja cuya variabilidad en la presentación hace que ningún médico pueda tratar a un paciente con EI de forma aislada y que el trabajo colaborativo entre profesionales especializados sea fundamental para optimizar su manejo.
Objetivo: Describir los cambios en el diagnóstico, manejo y evolución de los pacientes tras la instauración de un equipo multidisciplinar (Endocarditis Team, ET).
Método: Estudio retrospectivo a partir de los registros diagnósticos y revisión de las historias clínicas de los pacientes con EI en nuestro centro desde 1/1/2016 al 31/12/2021. Se dividió la muestra en dos grupos: antes y después del establecimiento del ET (marzo 2019). Se analizaron características basales, morbilidad y resultados. Se evaluaron los eventos durante la hospitalización y seguimiento en el primer año.
Resultados: Ingresaron 107 pacientes con diagnóstico de EI en el periodo de estudio: 44 (41,1%) antes de la conformación del ET y 63 con ET (58,9%). La edad media fue de 70,1 años, 60,8% eran varones, con un Charlson ajustado a edad medio de 4,9. El 34,6% habían tenido antecedentes de cirugía cardíaca y el 45,8% de valvulopatía. No hubo diferencias significativas entre los periodos. Veinticuatro EI fueron nosocomiales: 9 (20,5%) previo al ET y 15 (23,8%) durante ET. Veintisiete sobre válvulas protésicas: 10 (22,7%) sin ET y 17 (26,9%) con ET. Cinco sobre TAVI: 2 sin ET (4,6%) y 3 con ET (4,8%). Se objetivaron reducciones significativas en el tiempo ingreso-adquisición de hemocultivos (3,6 días antes del ET vs. 0,16 días tras ET, p: 0,01), y en el tiempo ingreso-realización del ecocardiograma transesofágico (8,7 días sin ET vs. 4,4 días con ET, p: 0,11). Aumentaron los pacientes clasificados por los criterios de Duke: 31 (70,5%) vs. 51 (82,3%) con ET. Se observó un aumento en la detección de EI por Staphylococcus aureus (SA), 13 (25%) vs. 25 (39%). Aumentaron las intervenciones quirúrgicas (17 pacientes [38,6%] antes de ET vs 30 [47,6%] con ET), y el manejo quirúrgico en pacientes con indicación (65,3 vs. 75%) sin alcanzar la significación estadística. No se evidenciaron diferencias en complicaciones entre ambos grupos, pero sí una tendencia a la disminución de ictus (25 vs. 9,2%), embolismos a distancia (43,3 vs. 23,2%), las complicaciones intracardiacas (47,7 vs. 38,1%) y abscesos (15,9 vs. 6,4%). La tasa de mortalidad hospitalaria fue del 20,5% sin diferencias significativas. Sí disminuyeron las pérdidas de seguimiento (22,9 vs. 2,1% con ET) y aumentó la tasa de supervivencia y curación completa al año, que fue mayor tras la instauración del ET (48,6 vs. 79,2%, p: 0,02). También disminuyeron las recidivas (14,3 vs. 6,3%, p: 0,02).
Conclusiones: La instauración del ET mejoró los tiempos diagnósticos, la clasificación y el manejo médico-quirúrgico de los pacientes, así como la tasa la supervivencia en el primer año de seguimiento.