metricas
covid
Buscar en
Cirugía Cardiovascular
Toda la web
Inicio Cirugía Cardiovascular Resolución quirúrgica de enfermedad renovascular
Información de la revista
Vol. 25. Núm. 1.
Páginas 51 (enero - febrero 2018)
Compartir
Compartir
Descargar PDF
Más opciones de artículo
Vol. 25. Núm. 1.
Páginas 51 (enero - febrero 2018)
Carta al Editor
Open Access
Resolución quirúrgica de enfermedad renovascular
Surgical treatment of renovascular hypertension
Visitas
4384
Carlos A. Mestres
Departamento de Cirugía Cardiovascular, Hospital Universitario de Zürich, Zürich, Suiza
Este artículo ha recibido

Under a Creative Commons license
Información del artículo
Texto completo
Bibliografía
Descargar PDF
Estadísticas
Texto completo
Sr. Editor,

En el número de septiembre-octubre de 2017 de Cirugía Cardiovascular Zúñiga et al. publican un estudio retrospectivo sobre la resolución quirúrgica de la enfermedad renovascular1 que incluye 10 pacientes, de los que 9 tenían hipertensión refractaria y en 2 coexistía insuficiencia renal crónica. La indicación operatoria fue aneurisma de arteria renal en el 50%; 4 pacientes habían recibido dispositivos endovasculares (DE) o stents y una derivación aortorrenal. La afectación parenquimatosa quizás no fuese grave por ser la creatinina sérica 1,4±1,5mg/dl y el aclaramiento de creatinina 79,5±39,2ml/min. Los autores confirman que los valores postoperatorios tuvieron una mejoría de 0,4±1,2 y 16,1±34,5 puntos, respectivamente, por lo que el lector debe suponer que la enfermedad fundamental era la hipertensión con poco impacto parenquimatoso. Uno de los pacientes tenía insuficiencia renal aguda que mejoró sustancialmente. Los autores concluyen que la enfermedad renovascular puede requerir tratamiento quirúrgico, incluso en la era del tratamiento endovascular de las lesiones de arteria renal.

Si bien la serie cubre un periodo prolongado, 15 años, este es un trabajo de interés para los lectores de Cirugía Cardiovascular, ya que recuerda que la opción quirúrgica sigue existiendo en esta enfermedad a pesar de que el tratamiento endovascular es la norma actual. Uno de los aspectos a tener en cuenta de la terapia endovascular en la hipertensión renovascular es que la evidencia creada acerca de la eficacia de los DE es de baja intensidad, clase IIa-b, nivel de evidencia B para la mayoría de situaciones clínicas y angiográficas2–5, a pesar del entusiasmo inicial en sustituir la cirugía abierta por el menor acceso y agresión de un DE. Diversos estudios con asignación aleatoria de grupos de tratamiento no han podido probar que los DE tengan beneficio ni en la hipertensión renovascular ni en la insuficiencia renal. Naturalmente los que focalizan en la intervención percutánea siempre encontrarán defectos incluso en los estudios prospectivos aleatorizados. Sin embargo, los estudios publicados hasta la fecha no confirman diferencias entre la intervención percutánea y la terapia médica óptima, considerando que los DE tienen complicaciones como reestenosis o trombosis o incluso muerte periprocedimiento. Mousa et al.6 han publicado una revisión sobre el tema en la que se revisan estos aspectos y definen el potencial de los DE en situaciones específicas, como el deterioro rápido de la función renal asociados a cardiopatía evolucionada en los que el nivel de evidencia es superior, clase i, nivel de evidencia B5,6. En el resto de pacientes el papel de los DE es más que cuestionable de acuerdo a la evidencia disponible en la actualidad.

Otro tema es el tratamiento operatorio de la insuficiencia renal de rápida progresión o establecida secundaria a enfermedad renovascular. Cuando hay oclusión arterial renal la circulación colateral puede mantener la función renal. Se sabe que no hay correlación clara entre la duración de una oclusión de arteria renal y la viabilidad parenquimatosa. Los pacientes con hipertensión renovascular no controlada con tratamiento médico y nefropatía isquémica pueden beneficiarse de tratamiento quirúrgico. Esto se conoce desde hace más de 4 décadas7,8 y nuestra propia experiencia confirmó el beneficio de la revascularización quirúrgica en pacientes con insuficiencia renal isquémica9. Si bien hoy en día la preferencia es la utilización de DE10, la opción quirúrgica debe ser considerada en ciertos subgrupos de pacientes en los que se ha demostrado que tendrá beneficio este abordaje. En el caso del trabajo aquí presentado1 2 pacientes tenían insuficiencia renal.

Los autores han aportado el estudio de una serie limitada pero de interés por la problemática que plantea acerca de un viejo tema que sigue siendo actual.

Bibliografía
[1]
J.J. Zúñiga, M.D. Gilbert, M.M. Candioti, M.M. Kalbermatten, C.F. Cotti, N. Dosso, et al.
Resolución quirúrgica de enfermedad renovascular: un reporte de 10 casos.
Cir Cardiov, 24 (2017), pp. 274-278
[2]
U. Schwarzwalder, T. Zeller.
Critical review of indications for renal artery stenting: Do randomized trials give the answer?.
Catheter Cardiovasc Interv, 74 (2009), pp. 251-256
[3]
D.D. Kidney, L.S. Deutsch.
The indications and results of percutaneous transluminal angioplasty and stenting in renal artery stenosis.
Semin Vasc Surg, 9 (1996), pp. 188-197
[4]
T.W. Rooke, A.T. Hirsch, S. Misra, A.N. Sidawy, J.A. Beckman, L.K. Findeiss, Developed in collaboration with the Society for Cardiovascular Angiography and Interventions, Society of Interventional Radiology, Society for Vascular Medicine, and Society for Vascular Surgery, et al.
2011 ACCF/AHA focused update of the guideline for the management of patients with peripheral artery disease (updating the 2005 guideline): A report of the American College of Cardiology Foundation/American Heart Association Task Force on Practice Guidelines.
J Vasc Surg, 54 (2011), pp. e32-e58
[5]
A.T. Hirsch, Z.J. Haskal, N.R. Hertzer, C.W. Bakal, M.A. Creager, J.L. Halperin, et al.
ACC/AHA Guidelines for the Management of Patients with Peripheral Arterial Disease (lower extremity, renal, mesenteric, and abdominal aortic): A collaborative report from the American Associations for Vascular Surgery/Society for Vascular Surgery, Society for Cardiovascular Angiography and Interventions, Society for Vascular Medicine and Biology, Society of Interventional Radiology, and the ACC/AHA Task Force on Practice Guidelines (writing committee to develop guidelines for the management of patients with peripheral arterial disease)—Summary of recommendations.
J Vasc Interv Radiol, 17 (2006), pp. 1383-1397
[6]
A.Y. Mousa, M.C. Bates, M. Broce, J. Bozzay, R. Morcos, A.F. AbuRahma.
Issues related to renal artery angioplasty and stenting.
Vascular, 1 (2017 en prensa),
[7]
A. Besarab, R.S. Brown, N.T. Rubin, E. Salzman, L. Wirthlin, T. Steinman, et al.
Reversible renal failure following bilateral renal artery occlusive disease. Clinical features, pathology, and the role of surgical revascularization.
JAMA, 235 (1976), pp. 2838-2841
[8]
O. Jegaden, X. Martin, F. Canton, A. Gelet, J.M. Dubernard.
Renal failure caused by renal artery stenosis: effects of revascularization.
J Urol (Paris), 93 (1987), pp. 447-453
[9]
C.A. Mestres, J.M. Campistol, S. Ninot, A. Botey, C. Abad, M. Guerola, et al.
Improvement of renal function in azotaemic hypertensive patients after surgical revascularization.
Br J Surg, 75 (1988), pp. 578-580
[10]
J.D. Tafur, C.J. White.
Renal artery stenosis: When to revascularize in 2017.
Curr Probl Cardiol, 42 (2017), pp. 110-135
Copyright © 2017. Sociedad Española de Cirugía Torácica-Cardiovascular
Descargar PDF
Opciones de artículo
es en pt

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?

Você é um profissional de saúde habilitado a prescrever ou dispensar medicamentos

Quizás le interese:
10.1016/j.circv.2021.06.001
No mostrar más