Justificación: A pesar de que los hemocultivos (HC) siguen siendo la piedra angular del diagnóstico de la endocarditis infecciosa (EI), hasta un 31% de las EI pueden presentarse con HC negativos, a menudo como consecuencia de un tratamiento antibiótico previo, pero a veces por etiologías menos frecuentes.
Objetivo: Exponer un caso clínico de EI con HC negativos del Hospital Universitario Araba.
Método: Varón, 58 años, fumador, SAHS severo y arteriopatía periférica. En tratamiento con IECA, estatina y clopidogrel.
Ingresa por posible infección urinaria con un síndrome nefrítico asociado (fracaso renal agudo con creatinina máxima de 4mg/dl, proteinuria de hasta 1g/24h y microhematuria), además de plaquetopenia e hipocomplementemia, con anti-MPO y anti-PR3 positivos. Se aíslan 20.000UFC/ml de E.coli (sensible a todos los antibióticos testados). Recibe 7días de tratamiento antibiótico con cefalosporinas.
Diez días después reingresa (tras haber retirado antiagregación) de forma programada para realizar biopsia renal, de cara a confirmar posible glomerulonefritis.
Entonces reconoce llevar 3días con ortopnea. Se le diagnostica de insuficiencia cardíaca (IC) aguda y se realiza ecocardiograma transtorácico, que objetiva verruga de 12mm adosada al velo coronario derecho de la válvula aórtica e insuficiencia valvular severa. Se inicia ampicilina 12g/día +cloxacilina 12g/día +gentamicina 3mg/kg/día (ajustando niveles estrechamente por insuficiencia renal) y, tras realizar ecocardiograma transesofágico que descartase otras complicaciones locales y coronariografía para descartar cardiopatía isquémica, se traslada a Cirugía Cardíaca del Hospital Basurto.
Resultados: Se interviene 48h más tarde, realizándose sustitución valvular aórtica con colocación de prótesis mecánica REGENT SJM número 23.
Los HC x3 fueron negativos y de las serologías extraídas, resultaron negativas: ASLO, rosa de Bengala, Mycoplasma spp., C.burnetti, Legionella spp. y Aspergillus spp. Así como la PCR de T.whipplei en saliva y heces, que también resultó negativa.
Sin embargo, la IgG frente a B.henselae positivizó a título 1/2.560, confirmándose el diagnóstico con PCR16S en válvula aórtica nativa positiva para Bartonella spp.
Se suspendieron ampicilina y cloxacilina y se instauró tratamiento con doxiciclina 100mg/12h durante 4 semanas, manteniéndose gentamicina durante las 2 primeras semanas de tratamiento, con buena evolución y casi normalización de la función renal al alta.
La anatomía patológica de la biopsia renal resultó compatible con glomerulonefritis postinfecciosa.
Conclusiones: La endocarditis por Bartonella es una causa rara de EI con cultivos negativos, suponiendo un 9-10% de estas. Se trata de una bacteria de muy lento crecimiento que no es fácil aislar en cultivos y que precisa del diagnóstico serológico y sobre todo microbiología molecular. La evolución suele ser subaguda y el diagnóstico tardío, cuando el paciente ya presenta IC o embolismos sistémicos, como es nuestro caso.