La torsión de un bazo ectópico es una entidad poco frecuente, secundaria a la rotación de un pedículo esplénico anormalmente elongado y a un déficit en los elementos de fijación del bazo. En caso de realizar la intervención sin encontrar signos de necrosis, la intervención recomendada es la esplenopexia1. La torsión condiciona una isquemia que puede evolucionar a infarto y necrosis esplénica, que precisa de esplenectomía quirúrgica urgente. En series clínicas que analizan la causa de las esplenectomías, la torsión esplénica representa el 0,2-0,5%2,3.
Presentamos el caso de una mujer de 31 años estudiada por cuadro clínico de más de un año de evolución de dolor abdominal cólico de predominio en hemiabdomen izquierdo, que se acompañaba de náuseas, vómitos y malestar general. La paciente refería pérdida de 20kg de peso en el último año. No presentaba fiebre ni otra sintomatología acompañante. Antecedentes más importantes: un embarazo hacía 13 meses y una intervención por torsión ovárica hacía 28 meses, sin necesidad de ooforectomía. Se habían realizado estudios analíticos, ecográficos y endoscópicos sin hallazgos. Se orientó como dolor psicosomático y estaba en tratamiento con antidepresivos.
La paciente ingresa en el Servicio de Digestivo de nuestro hospital por empeoramiento del dolor abdominal e intolerancia alimentaria. En la exploración física, presentaba un estado general correcto y se palpaba una masa de unos 15cm localizada en el cuadrante inferior izquierdo, dolorosa al tacto. El resto del abdomen era blando, depresible y no doloroso. En la analítica inicial en sangre, el hematocrito era del 37% y el recuento de plaquetas de 220.000 U/μl. A las 12 horas el hematocrito descendió al 33% y las plaquetas a 38.000 U/μl. Se realizó una tomografía computarizada urgente que visualizaba un bazo aumentado de tamaño, localizado en pelvis, con torsión del hilio esplénico, reducción del realzamiento del parénquima esplénico y discreta cantidad de líquido libre en pelvis (fig. 1). Dados los hallazgos, se indicó intervención quirúrgica urgente.
Se realizó un abordaje laparoscópico con 4 trócares y la paciente en posición de decúbito supino. Se identificó un bazo ectópico en pelvis, aumentado de tamaño, turgente, muy friable y con signos de isquemia. Inicialmente se recolocó el bazo a su posición habitual, maniobra que permitió una mayor movilidad de la víscera al disminuir la tracción del hilio esplénico. Se liberaron las adherencias y se practicó sección del pedículo esplénico con endograpadora. Se extrajo el bazo fragmentado en endobolsa (fig. 2).
La paciente realizó una evolución postoperatoria favorable, siendo dada de alta al cuarto día postoperatorio con normalización de las plaquetas y la coagulación. El estudio anatomopatológico informó de bazo multifragmentado con congestión de la pulpa roja.
La torsión por bazo ectópico tiene una baja incidencia, secundaria a un anormal desarrollo del mesogastrio dorsal y a la ausencia o malformación de los elementos de suspensión del bazo4. Es más frecuente en mujeres entre la segunda y cuarta décadas de la vida y en edades pediátricas5. El cuadro clínico y los hallazgos de laboratorio son inespecíficos. Siendo el dolor abdominal crónico o agudo, la masa palpable y la oclusión intestinal las formas más frecuentes de presentación, por orden de frecuencia6. Su diagnóstico se suele realizar mediante técnicas de imagen, siendo la más utilizada en nuestro medio la tomografía computarizada en adultos y la ecografía en la edad pediátrica. En ausencia de infarto esplénico el tratamiento quirúrgico es la esplenopexia, con uso de material protésico de soporte, o no, según el grupo de trabajo7. La esplenectomía queda reservada para aquellos casos con infartos, en los que la destorsión no conlleva un bazo viable. La decisión de realizar un acceso laparoscópico o laparotómico viene condicionada por la estabilidad hemodinámica del paciente y la experiencia del equipo quirúrgico.
La esplenectomía laparoscópica es una técnica aceptada desde hace más de 10 años para el abordaje de la dolencia no urgente del bazo. Especialmente en enfermedades hematológicas8. Presenta las ventajas de la cirugía mínimamente invasiva, permite una completa exploración de la cavidad abdominal y realizar los dos procedimientos terapéuticos: la esplenopexia y la esplenectomía. Dado el tamaño y la localización del bazo, se debe modificar la posición del paciente y la colocación de los trócares habitual en las esplenectomías laparoscópicas electivas. Ajustando la posición del paciente según la fase de la intervención. En posición de Trendelenburg en la fase inicial y anti-Trendelenburg una vez recolocado el bazo a su situación habitual con lateralización derecha. Se han publicado un reducido número de casos de abordaje laparoscópico de una torsión esplénica, utilizándose especialmente en casos de urgencia diferida o de cirugía programada9. El abordaje más común en nuestro medio es la vía laparotómica10.