Hemos leído la reciente e interesante aportación del Dr. Pere Planellas sobre un caso de abdomen agudo motivado por una torsión esplénica que fue abordado por laparoscopia1 y nos gustaría incidir en este nuevo aspecto de la cirugía laparoscópica de urgencias añadiendo nuestra reciente experiencia.
Se trataba de una mujer de 19 años que acude a urgencias presentando dolor abdominal intenso, referido a hipocondrio izquierdo y epigastrio, de varios días de evolución. A la palpación se apreciaba sensación de masa que se extendía desde la región supraumbilical hasta hipocondrio izquierdo sin signos de peritonismo. Una leucocitosis y la elevación de la PCR eran los datos más destacados en la analítica. La TAC mostraba una masa que desplazaba el estómago y el colon, de 171 × 129 × 73mm y la ausencia del bazo en su posición anatómica. El eco-doppler mostró una esplenomegalia sin flujo arterial o venoso. El diagnóstico de sospecha fue de torsión esplénica.
Con ese diagnóstico fue llevada al quirófano en donde se abordó a través de 4 trócares situados bajo la arcada costal izquierda, en posición similar a la de la esplenectomía estándar. Tras realizar una adhesiolisis se evidenció un bazo con signos de infarto isquémico con una doble torsión en su pedículo (fig. 1). La disección del pedículo fue facilitada por la propia torsión, se intentó una desrotación previa que no dio resultado debido a la gran afectación del bazo. Ante ello se optó por realizar una esplenectomía con ligadura con endograpadora de carga vascular. El bazo se extrajo de forma fragmentada, en bolsa y el postoperatorio cursó sin incidencias siendo dada de alta hospitalaria a las 48 h.
La primera consideración que nos gustaría hacer, en línea con los autores, es la gran aportación que supone la laparoscopia para estos cuadros puesto que permite un acceso mínimamente invasivo, la exploración completa de la cavidad abdominal, comprobar el estado del bazo, destorsionarlo, comprobar su viabilidad, plantear la oportunidad de una pexia o realizar la esplenectomía cuando no haya otra opción2,3. Creemos que, a pesar de su lento desarrollo, la cirugía laparoscópica de urgencias tiene cabida en este tipo de cuadros. El gran tamaño que alcanzan los elementos vasculares del pedículo hacen aconsejable el uso de endograpadoras puesto que su fragilidad hace que la lesión de los mismos se convierta en una situación que aboque a una laparotomía de necesidad y de extrema urgencia.