El objetivo de este estudio fue investigar los posibles efectos beneficiosos de un agua mineral carbonatada rica en sodio sobre el metabolismo de las lipoproteÃnas, y determinar si el consumo de este agua influye sobre la disfunción endotelial (DE) en mujeres posmenopáusicas. Las participantes en el estudio eran amenorreicas (> 1 año), estaban sanas y no eran obesas (Ãndice de masa corporal [IMC] < 30 kg/m2). No seguÃan ninguna terapia de sustitución de estrógenos ni tomaban suplementos de vitaminas, minerales o fitoestrógenos, ni ningún otro medicamento con un efecto conocido sobre el metabolismo óseo y lipÃdico. El estudio consistió en 2 perÃodos de intervención de 2 meses cada uno: las mujeres bebieron 1 l/dÃa de un agua mineral de control (de baja mineralización) durante 2 meses y posteriormente, durante otros 2 meses, el agua mineral carbonatada rica en sodio, bicarbonato y cloruro. Se midieron el peso, la estatura y la presión sanguÃnea de las mujeres y se calculó su IMC. Se les extrajeron y analizaron muestras de sangre en ayunas para determinar los valores de colesterol total, colesterol unido a lipoproteÃnas de alta densidad (cHDL), colesterol unido a lipoproteÃnas de baja densidad (cLDL), triacilglicerol, apolipoproteÃna A-I (apo A-I), apoliproproteÃna B (apo B), molécula de adhesión intercelular 1 soluble (sICAM-1), molécula de adhesión vascular 1 soluble (sVCAM-1) y glucosa. Los valores de la presión sanguÃnea no variaron durante el estudio. La ingesta de agua carbonatada redujo los valores de colesterol total y cLDL en un 6,8% (p = 0,001) y un 14,8% (p < 0,0001), respectivamente, mientras que la concentración de cHDL aumentó en un 8,7% (p = 0,018), en comparación con el perÃodo de control. Por tanto, los Ãndices de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) (colesterol total/cHDL y cLDL/cHDL) se redujeron notablemente (en ambos casos; p < 0,0001). Los valores de sICAM-1 y sVCAM-1 disminuyeron en un 8,4% (p = 0,007) y un 14,8% (p = 0,015), respectivamente. La concentración de glucosa en sangre en ayunas disminuyó en un 6,7% (p < 0,0001). Los valores de triacilglicerol no variaron. El consumo del agua carbonatada rica en sodio puede tener un papel beneficioso en la prevención de la ECV y el sÃndrome metabólico.
COMENTARIO
La relación entre la dieta y la salud fue reconocida por la medicina china hacia el año 1000 a. de C.; Hipócrates, hace casi 2500 años, afirmó: "deja que la alimentación sea tu medicina y que la medicina sea tu alimentación". Actualmente existe una renovada atención en este campo. Las tendencias mundiales de la alimentación en los últimos años indican un interés acentuado de los consumidores hacia ciertos alimentos, que además de valor nutritivo aporten beneficios a las funciones fisiológicas del organismo humano. En opinión de los expertos, muchas de las enfermedades crónicas que afligen a la sociedad de un modo particular (cáncer, obesidad, hipertensión, trastornos cardiovasculares) se relacionan de un modo muy estrecho con la dieta alimentaria.
Las técnicas de investigación en el campo de la epidemiologÃa y la dietética permiten establecer ciertas relaciones entre los estilos de vida y los hábitos alimentarios. Algunos trabajos cientÃficos han puesto de relieve que ciertos ingredientes naturales de los alimentos proporcionan beneficios y resultan extraordinariamente útiles para la prevención de enfermedades e incluso para su tratamiento terapéutico. Estas variaciones en los patrones de alimentación generan una nueva área de desarrollo en las ciencias de los alimentos y de la nutrición que corresponde a la de los alimentos funcionales.
En Europa se define alimento funcional a "aquel que satisfactoriamente ha demostrado afectar benéficamente una o más funciones especÃficas en el cuerpo, más allá de los efectos nutricionales adecuados en una forma que resulta relevante para el estado de bienestar y salud o la reducción de riesgo de una enfermedad".
En la actualidad los alimentos funcionales tienen una gran notoriedad en la nutrición. La mejorÃa de las concentraciones de los lÃpidos sanguÃneos ha sido uno de los primeros efectos beneficiosos descritos de los mismos.
Una de las dificultades que plantean los ensayos con alimentos es la sustitución o corrección calórica en el grupo control cuando se introduce el alimento a evaluar. La compleja composición de cualquier alimento hace muy difÃcil obtener resultados válidos.
Schoppen et al realizan un interesante estudio que implica menor dificultad en la comparación, pues solamente se ensaya agua de bajo contenido mineral con agua bicarbonatada con alto contenido en minerales. El objetivo del estudio es tratar de obtener argumentos para convertir al agua bicarbonatada en alimento funcional.
Dieciocho mujeres menopáusicas incluidas en un programa de prevención en la comunidad, participaron en el estudio. Fueron sometidas a 4 meses de ensayo controlado, 2 con agua pobre en minerales y posteriormente otros 2 con agua bicarbonatada rica en los mismos. Aunque serÃa preferible un diseño caso-control cruzado para evitar sesgos, los resultados que obtienen son llamativos y demuestran que bebiendo 1 l de agua bicarbonatada durante 2 meses mejora el patrón lipoproteico y los Ãndices de riesgo cardiovascular.
El aumento de la ingesta de sodio del agua bicarbonatada, 1.116 mmol/l frente a 9 mmol/l del agua control, no parece afectar a la presión arterial. La restricción de sodio es práctica habitual de las medidas higiénico-dietéticas para el tratamiento de la presión arterial. En este estudio también se recomendaba no ingerir alimentos ricos en sal durante los dos perÃodos. No se ha evaluado el agua bicarbonatada en hipertensos, pero la recomendación general es utilizar agua de mineralización débil.
Los autores realizan una atractiva hipótesis. Afirman que, en ocasiones, las recomendaciones que mejoran un factor de riesgo cardiovascular pueden empeorar otro. Algunos estudios han demostrado cómo al disminuir la sal de la dieta se incrementan los valores de colesterol (alrededor de un 6%).
Los efectos beneficiosos del agua bicarbonatada sobre el colesterol podrÃan estar mediados por la modificación de la absorción intestinal de éste y sobre todo por el incremento del funcionamiento biliar: sÃntesis y excreción de colesterol y sales biliares por la bilis (vÃa 7-alfa-hidroxilasa). Los autores explican los llamativos efectos sobre el HDL por la influencia del agua bicarbonatada en la actividad de la proteÃna ABC1 al modificar la carga iónica de las células duodenales y conseguir aumentar la movilización de colesterol de los tejidos.
SerÃa muy interesante analizar la morbilidad y mortalidad cardiovascular (enfermedad coronaria e ictus) en regiones o poblaciones donde hay un alto consumo de agua bicarbonatada.
El beneficio de la alimentación en el riesgo cardiovascular debe seguir siendo estudiado. Recientemente Franco et al (BMJ, 2004) introducen el término de polialimentación para la prevención cardiovascular, imitando al término polipÃldora, que lograrÃa según la suma de diversos ensayos controlados, disminuir el riesgo cardiovascular más de un 75%.