Introducción: Estudios de cohorte observacionales y un ensayo de prevención secundaria han demostrado una asociación inversa entre la adherencia a la dieta mediterránea y el riesgo cardiovascular. Hemos desarrollado un ensayo clínico aleatorizado para analizar la prevención primaria del riesgo cardiovascular con este tipo de dieta.
Métodos: En un ensayo multicéntrico en España hemos asignado de forma aleatorizada participantes con un riesgo cardiovascular alto, pero sin enfermedad cardiovascular en el momento de la inclusión en dicho estudio, a una de estas 3 dietas: una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra, una dieta mediterránea suplementada con frutos secos o una dieta control (dieta baja en grasas). Los participantes recibieron sesiones educacionales trimestrales individuales y en grupo y, dependiendo del grupo de asignación, provisiones de aceite de oliva virgen extra, frutos secos o productos no comestibles. El objetivo primario fue analizar la tasa de eventos cardiovasculares mayores (infarto de miocardio, ictus o muerte de origen cardiovascular). En función de los resultados de un análisis parcial el ensayo finalizó tras un seguimiento medio de 4,8 años.
Resultados: Un total de 7.447 personas fueron incluidas en el estudio (con un rango de edad entre 55 y 80 años); el 57% fueron mujeres. Los 2 grupos que fueron asignados a la dieta mediterránea tuvieron buena adherencia a la dieta, de acuerdo con informes personales y análisis de biomarcadores. El objetivo primario aconteció en 288 participantes. Las ratios de riesgo ajustado fueron 0,70 (intervalo de confianza de 95% [IC 95%]: 0,54 a 0,92) y 0,72 (IC 95%: 0,54 a 0,96) para el grupo asignado a la dieta mediterránea con aceite de oliva virgen extra (96 eventos) y el grupo asignado a la dieta mediterránea con frutos secos (83 eventos), respectivamente, versus grupo control (109 eventos). No se objetivaron efectos adversos relacionados con las diferentes dietas.
Conclusiones: Entre personas con un alto riesgo cardiovascular, una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos reduce la incidencia de eventos cardiovasculares graves. (Financiado por Instituto de Salud Carlos III, Gobierno de España).
ComentarioEste estudio tiene como precedente The Lyon Diet Heart Study realizado en 2001, que aportó unos datos sorprendentes en la prevención secundaria de eventos cardiovasculares en pacientes con infarto agudo de miocardio previo que siguieron una dieta mediterránea, en comparación con pacientes con una dieta pobre en grasas que partían de un riesgo cardiovascular (lipoproteínas plasmáticas, tensión arterial, índice de masa corporal) similar, objetivándose una reducción del riesgo relativo de entre el 50-70% de padecer un nuevo evento cardiovascular en los primeros. Además, en este estudio se restó importancia a las lipoproteínas plasmáticas, que actualmente siguen siendo diana en el tratamiento de prevención tanto primaria como secundaria de pacientes de alto riesgo cardiovascular, en favor de otras sustancias como el ácido omega-3, ácido linoleico y otros antioxidantes muy presentes en la dieta mediterránea como participantes con papel activo en la prevención del riesgo cardiovascular. Esto supuso una profunda reflexión con respecto a las dianas terapéuticas en la prevención primaria y secundaria por parte de las sociedades del riesgo cardiovascular. The Lyon Diet Heart Study invitaba, por tanto, a un estudio más exhaustivo acerca de la dieta mediterránea y su papel cardioprotector. En el estudio PREDIMED se comparó la dieta mediterránea (dividida en 2 grupos, el primero con dieta rica en aceite de oliva virgen extra y el segundo rico en frutos secos, para analizar las posibles diferencias entre subgrupos) con una dieta pobre en grasas (grupo control) en 7.447 pacientes (asignados de forma aleatoria) con alto riesgo cardiovascular (diabetes mellitus tipo 2 o al menos 3 de los siguientes factores: tabaquismo, hipertensión arterial, concentración elevada de LDL plasmática, bajos niveles de HDL, sobrepeso u obesidad, o historia familiar de enfermedad coronaria precoz) que no habían sufrido eventos cardiovasculares en el momento de su inclusión en el estudio. El objetivo principal fue analizar la incidencia de infarto agudo de miocardio, ictus y muerte por causa cardiovascular en ambos grupos. Los datos obtenidos reflejan una disminución del riesgo relativo de hasta un 30% de padecer eventos cardiovasculares para los pacientes que siguieron una dieta mediterránea, independientemente del grupo al que fueron asignados, frente a los que siguieron la dieta pobre en grasas. Estos resultados van acorde con el estudio The Women's Health Initiative Dietary Modification Trial en el cual se analizó el impacto de una dieta pobre en grasas sobre la aparición de cáncer de mama, cáncer colorrectal y enfermedad cardiovascular en mujeres posmenopáusicas, y en el que no se demostró beneficio alguno de una dieta pobre en grasas en la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular. No obstante, a pesar de que los grupos eran muy similares en cuanto a número, riesgo cardiovascular y tratamiento previo al momento de su inclusión, estos datos no son extrapolables a otros países, ya que todos los participantes en este estudio pertenecían a países del área mediterránea. Por otro lado, en este ensayo se analizan los efectos dietéticos en pacientes con alto riesgo cardiovascular, quedando la duda del poder beneficioso en individuos con bajo riesgo. Sin embargo, a pesar de las limitaciones, en este estudio se demuestra, una vez más, el impacto de la dieta mediterránea en la prevención del riesgo cardiovascular.
Referencias no citadas1–3.