Sr. Director: Corynebacterium macginleyi es una corinebacteria lipofílica descrita por Riegel et al en 19951.
Hasta la fecha sólo se han comunicado en la literatura 18 aislamientos de este microorganismo y, curiosamente, todos ellos han sido recobrados de muestras conjuntivales2, sin que esté totalmente aclarada su implicación como patógeno. Presentamos el primer aislamiento en nuestro país de esta especie, que fue recuperado de un paciente con conjuntivitis.
El paciente, varón adulto, fue remitido a nuestro laboratorio por el oftalmólogo de zona, aquejado de una conjuntivitis bilateral de dos meses de evolución. Previamente había sido tratado empíricamente con colirios de ciprofloxacina y corticoides, sin respuesta satisfactoria. Presentaba enrojecimiento conjuntival y abundante secreción en ambos ojos. Se realizaron tomas de la mucosa y canal lacrimal para tinción de Gram y cultivo en placas de Columbia agar-sangre y agar-chocolate y tubos de tioglicolato.
La tinción de Gram mostró la presencia de bacilos grampositivos difteroides junto con abundante cantidad de leucocitos polimorfonucleares.
Tras la incubación nocturna en estufa de CO2 en todas las placas se obtuvieron unas colonias diminutas, apenas visibles sin aumento. A las 48 horas dichas colonias eran blancas, lisas, no presentaban hemólisis y daban positiva la prueba de la catalasa. Teñidas con Gram se visualizaban bacilos grampositivos con idéntica morfología a los observados en la tinción de los frotis conjuntivales.
En el ojo izquierdo el crecimiento se obtuvo en cultivo puro, mientras que en el derecho crecieron también algunas colonias de un estafilococo coagulasa negativa.
La identificación se realizó con el API Coryne (bioMèrieux), dando positivas las pruebas de los nitratos, pyrrolidonyl-arilamidasa, fosfatasa alcalina, ribosa, sacarosa y débilmente positiva la glucosa. La pirazinamidasa fue negativa, siendo ésta una de las características bioquímicas más importantes para la identificación de C. macginleyi, pues sólo C. diphtheriae, C. pseudotuberculosis, C. ulcerans y algunas cepas de C. accolens dentro del género Corynebacterium dan negativa dicha prueba. Al interpretar como negativa la fermentación de la glucosa el código numérico fue de 5100205, lo que arrojaba un porcentaje de fiabilidad del 97%, ya que todas las cepas de C. macginleyi descritas hasta la fecha han dado dicha prueba positiva. Cuando la débil reacción obtenida para la glucosa se interpretó como positiva (código 51003 05), el porcentaje era del 99,5%, sin ninguna prueba en contra de dicha identificación.
Dadas las características bioquímicas, morfología colonial y tasa de crecimiento, no se estimó necesario realizar más pruebas adicionales. La identificación proporcionada por el sistema API Coryne no arrojó ninguna otra probable y puesto que dicho método identificó correctamente las quince cepas descritas en la literatura1 no nos quedaron dudas acerca de la identidad del aislado. Para el antibiograma se utilizó el método disco-placa, sobre medio de agar Mueller-Hinton-sangre, resultando sensible a todas las penicilinas y cefalosporinas, a cotrimoxazol y vancomicina, resistente a eritromicina y gentamicina y con sensibilidad intermedia frente a ciprofloxacina.
Se instauró un nuevo ciclo de antibioterapia tópica con tobramicina, desconociéndose la evolución posterior, ya que el paciente no volvió a consultar posteriormente.
La especie C. macginleyi fue descrita como resultado del estudio de las corinebacterias lipofílicas por Riegel1. Este estudio incluyó tres cepas, todas ellas recobradas de muestras oculares. Posteriormente sólo otros quince aislamientos han sido publicados en el trabajo de Funke et al, que revisa las características clínicas de los quince pacientes en los que éstos fueron obtenidos, todos ellos procedentes también de muestras conjuntivales2. Estos autores no encontraron C. macginleyi en ningún otro tipo de muestra, a pesar de que todas las corinebacterias lipofílicas clínicamente significativas de cualquier clase de material clínico fueron identificadas a nivel de especie. El estudio de Funke et al describe también la sensibilidad a antibióticos de esta especie, encontrando estos autores unos valores de concentración mínima inhibitoria muy bajos para casi todos los antibióticos probados, excepto los macrólidos, frente a los cuales dos de las quince cepas fueron resistentes. Nuestro aislado mostró resistencia, además de a eritromicina, a gentamicina y sólo una sensibilidad intermedia frente a ciprofloxacina (antibiótico que el paciente había recibido en, al menos, una ocasión). Ninguna de las quince cepas de Funke et al presentó este patrón de resistencia.
Es probable que a medida que aumentan las posibilidades de identificación de las corinebacterias a nivel de especie en los laboratorios clínicos, se hagan más frecuentes los aislamientos de C. macginleyi y pueda establecerse definitivamente su implicación como patógeno ocular, localización por la que parece presentar un especial tropismo.
En nuestro caso el cultivo convencional no proporcionó resultado para ningún otro patógeno bacteriano y aunque no se hizo estudio virológico dicha etiología parece poco probable dada la naturaleza "crónica" o de larga evolución de la sintomatología. El hecho de hallarse gran número de leucocitos junto con bacilos difteroides en la tinción de Gram hace al menos probable la implicación del microorganismo en el cuadro clínico.
En cualquier caso parece conveniente obtener más datos acerca de la sensibilidad a antibióticos de esta especie y tener en cuenta su presencia como parte de la flora conjuntival a la hora de establecer pautas de profilaxis antibiótica en la cirugía oftalmológica.