metricas
covid
Buscar en
Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica
Toda la web
Inicio Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica Dolor e inflamación del pabellón auricular
Información de la revista
Vol. 32. Núm. 2.
Páginas 125-126 (febrero 2014)
Compartir
Compartir
Descargar PDF
Más opciones de artículo
Visitas
30785
Vol. 32. Núm. 2.
Páginas 125-126 (febrero 2014)
Diagnóstico a primera vista
Acceso a texto completo
Dolor e inflamación del pabellón auricular
Pain and inflammation of the pinna
Visitas
30785
Antoni Nadal-Nadala,
Autor para correspondencia
toninadal1@hotmail.com

Autor para correspondencia.
, Cristina Nadal-Lladóa, Fernando Terrasa-Sagristàb, María Paz Díaz-Antolínc
a Servicio de Dermatología, Hospital Son Llàtzer, Palma de Mallorca, España
b Servicio de Anatomía Patológica, Hospital Son Llàtzer, Palma de Mallorca, España
c Servicio de Microbiología, Hospital Son Llàtzer, Palma de Mallorca, España
Este artículo ha recibido
Información del artículo
Texto completo
Bibliografía
Descargar PDF
Estadísticas
Figuras (3)
Mostrar másMostrar menos
Texto completo
Descripción clínica del caso

Varón de 33años, residente en Mallorca, sin antecedentes patológicos ni familiares de interés ni viajes recientes; remitido al servicio de dermatología de nuestro hospital por una llamativa inflamación del pabellón auricular derecho de 2meses de evolución, mostrándose edematizado, con zonas costrosas y descamativas (fig. 1).

Figura 1.

Pabellón auricular de aspecto inflamado y descamativo.

(0.3MB).

Había recibido varios tratamientos tópicos (pomada de gentamicina, betametasona y clotrimazol) y sistémicos (amoxicilina-clavulánico y ciprofloxacino) sin ninguna mejoría.

Evolución

Se realizó un frotis con escobillón y una biopsia de la lesión, dividiéndose en 2porciones, para estudio anatomopatológico y microbiológico.

Los cultivos en medios habituales resultaron negativos. Los cortes histológicos con tinción de hematoxilina-eosina y el frotis con tinción de Giemsa mostraron numerosos amastigotes (fig. 2). Se cultivó en medio bifásico de agar sangre (NNN) y se identificó la especie Leishmania infantum mediante técnicas de reacción en cadena de la polimerasa.

Figura 2.

Amastigotes dentro y fuera de los macrófagos. Tinción del frotis con Giemsa a 600×.

(0.4MB).

El tratamiento consistió en antimoniato de meglumina intramuscular (10mg/kg/día) durante 20días, obteniendo la resolución completa del cuadro (fig. 3).

Figura 3.

Aspecto de la lesión a las 8 semanas del tratamiento.

(0.5MB).
Discusión

Las leishmaniasis son producidas por la infección de protozoos del género Leishmania, inoculados por hembras de dípteros Phlebotomus y Lutzomyia. La leishmaniasis cutánea por L.infantum es frecuente en España, especialmente en determinadas áreas geográficas, como las Islas Baleares1,2. El diagnóstico de leishmaniasis cutánea es difícil por la diversidad de presentaciones clínicas y la necesidad de medios de cultivo específicos.

Las manifestaciones clínicas son muy variadas, dependiendo del tropismo de la especie y de su capacidad infectiva, así como factores propios del vector y de la situación de inmunocompetencia del huésped1. Existen formas viscerales (kala-azar), mucocutáneas y cutáneas. Dentro de las lesiones cutáneas encontramos desde el más frecuente botón de oriente hasta las formas en placa, hiperqueratósicas, verrugosas y papilomatosas, zosteriformes, esporotricoides y las formas erisipeloides y eccematiformes3-5, como la mostrada.

Aunque usualmente autolimitada, el tratamiento de la leishmaniasis cutánea está indicado para acelerar la curación, disminuir las cicatrices y evitar la diseminación del parásito en determinadas lesiones6,7. Los tratamientos físicos, como la crioterapia, pueden ser utilizados solos o de forma coadyuvante. En lesiones bien delimitadas, como el botón de oriente, el tratamiento intralesional es el de elección, salvo que su localización o extensión lo desaconsejen.

El tratamiento sistémico con antimoniales pentavalentes es la medicación de primera línea cuando está indicado el tratamiento sistémico. Se utilizan el antimoniato de meglumina y el estibogluconato de sodio. Las pautas habituales son de 10-20mg/kg/día, por vía intramuscular o intravenosa, durante 10-20días8-10, vigilando efectos secundarios típicos, como síntomas gastrointestinales, y otros graves, como alteraciones electrocardiográficas, elevación de las transaminasas, pancreatitis y neuropatía periférica. Existen otras alternativas, como anfotericinaB liposomal11, con eficacia similar y menos efectos secundarios aunque con un mayor coste inicial12,13, y pentamidina14, con los que tenemos menos experiencia.

Con este caso pretendemos demostrar que la leishmaniasis cutánea puede adoptar una gran variedad de formas clínicas; muy diferentes al clásico botón de oriente o pápula ulcerada. Aun tratándose de pacientes inmunocompetentes, debemos tener en cuenta esta entidad en el diagnóstico diferencial de lesiones dérmicas de evolución atípica y comunicar esta sospecha al servicio de microbiología para detectar el parásito con la mayor celeridad.

Bibliografía
[1]
D. García-Almagro.
Leishmaniasis cutánea.
Actas Dermosifiliogr, 96 (2005), pp. 1-24
[2]
J. Quiles Mora, J. García de Lomas, J. Sánchez Pedreño, F. Marín Iniesta, F. Rodríguez García.
Leishmaniasis. A current problem.
Rev Sanid Hig Publica (Madr), 53 (1979), pp. 771-807
[3]
K.M. Raja, A.A. Khan, A. Hameed, S.B. Rahman.
Unusual clinical variants of cutaneous leishmaniasis in Pakistan.
Br J Dermatol, 139 (1998), pp. 111-113
[4]
M.P. Grasa Jordan, J. Marrón Gasca, J. Lazaro Pérez, M. Abascal Agorreta, E. del Cura Ortíz, J.M. Vives Sendra, et al.
Plaque leishmaniasis.
Actas Dermosifiliogr, 69 (1978), pp. 107-114
[5]
A. Pérez-Ayala, F. Norman, J.A. Pérez-Molina, J.M. Herrero, B. Monge, R. López-Vélez.
Imported leishmaniasis: A heterogeneous group of diseases.
J Travel Med, 16 (2009), pp. 395-401
[6]
C.V. David, N. Craft.
Cutaneous and mucocutaneous leishmaniasis.
Dermatol Ther, 22 (2009), pp. 491-502
[7]
R. Reithinger, J.C. Dujardin, H. Louzir, C. Pirmez, B. Alexander, S. Brooker.
Cutaneous leishmaniasis.
Lancet Infect Dis, 7 (2007), pp. 581-596
[8]
A.B. Koff, T. Rosen.
Treatment of cutaneous leishmaniasis.
J Am Acad Dermatol, 31 (1994), pp. 693-708
[9]
E. Palumbo.
Current treatment for cutaneous leishmaniasis: A review.
Am J Ther, 16 (2009), pp. 178-182
[10]
M. Mohammadzadeh, F. Behnaz, Z. Golshan.
Efficacy of glucantime for treatment of cutaneous leishmaniasis in Central Iran.
J Infect Public Health, 6 (2013), pp. 120-124
[11]
T. Del Rosal, F.B. Artigao, M.J. Miguel, R. de Lucas, F. del Castillo.
Successful treatment of childhood cutaneous leishmaniasis with liposomal amphotericin B: Report of two cases.
J Trop Pediatr, 56 (2010), pp. 122-124
[12]
M. Brown, M. Noursadeghi, J. Boyle, R.N. Davidson.
Successful liposomal amphotericin B treatment of Leishmania brazilensis cutaneous leishmaniasis.
Br J Dermatol, 153 (2005), pp. 203-205
[13]
M. Solomon, S. Baum, A. Barzilai, A. Scope, H. Trau, E. Schwartz.
Liposomal amphotericin B in comparison to sodium stibogluconate for cutaneous infection due to Leishmania brazilensis.
J Am Acad Dermatol, (2007), pp. 56612-56616
[14]
M.N. Soeiro, K. Werbovetz, D.W. Boykin, W.D. Wilson, M.Z. Wang, A. Hemphill.
Novel amidines and analogues as promising agents against intracellular parasites: A systematic review.
Parasitology, 8 (2013), pp. 1-23
Copyright © 2013. Elsevier España, S.L.. Todos los derechos reservados
Descargar PDF
Opciones de artículo
es en pt

¿Es usted profesional sanitario apto para prescribir o dispensar medicamentos?

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?

Você é um profissional de saúde habilitado a prescrever ou dispensar medicamentos