Mujer caucásica de 43 años seguida en nuestras consultas desde el diagnóstico, en el cribado serológico del primer trimestre del embarazo, de infección por el virus de la hepatitis C (VHC) con anticuerpos VHC y ARN-VHC positivos, genotipo 1a. Se inició tratamiento con interferón pegilado (180μg semanales) y ribavirina (1.000mg/día), con buena tolerancia inicial.
EvoluciónA las 4 semanas de iniciar el tratamiento se objetiva normalización de transaminasas y negativización del ARN-VHC. A las 8 semanas persiste la supresión viral, presentando en la analítica plaquetopenia (155.000/μl), leucopenia y neutropenia (3.100 leucocitos/μl, 12% neutrófilos). En la décima semana del tratamiento consulta por hiperpigmentación lingual, y a la exploración física se objetiva coloración negruzca en ambas regiones laterales de la lengua (fig. 1), no pruriginosa ni dolorosa y sin alteraciones en el gusto, manteniéndose el mismo tratamiento.
En la semana 48 continúa con carga viral indetectable y ARN-VHC negativo, por lo que se decide finalizar el tratamiento según las recomendaciones de las guías de tratamiento actuales. Desde entonces, la hiperpigmentación lingual fue desapareciendo de forma progresiva hasta su total desaparición.
Comentario finalRevisando la literatura se han descritos varios casos similares de hiperpigmentación lingual asociada a la terapia antiviral en pacientes caucásicos1-3, aunque con más frecuencia aparece en pacientes de raza negra4-6.
El tratamiento actual para el VHC puede presentar varios efectos adversos. A nivel de piel y mucosas, los pacientes pueden presentar sequedad, erupciones cutáneas y prurito, reacción local en el punto de inyección, vasculitis leucocitoclástica, porfiria cutánea tarda, liquen plano7, eritema nudoso y exacerbación de procesos autoinmunes8-10.
La hiperpigmentación cutánea asociada al tratamiento del VHC es una manifestación rara y poco frecuente, descrita generalmente en pacientes de raza negra6. Los cambios cutáneos pueden permanecen durante meses después de finalizado el tratamiento.
La hiperpigmentación lingual puede aparecer asociada a otros fármacos como antidepresivos tricíclicos, metildopa, minociclina, doxorubicina, anticonceptivos, ketoconazol y zidovudina. También asociada a pigmentos exógenos como tatuajes, intoxicación por metales pesados (plomo, mercurio, bismuto), masticación de tabaco, pastas dentífricas o enjuagues con clorhexidina y a pigmentos endógenos como pigmentaciones melánicas constitucionales, melanoplaquia, mácula melanótica, melanoma o nevus3,4. También puede estar asociada a traumatismos y trastornos de la hemostasia.
En el caso que presentamos, la paciente no tomaba ningún tratamiento además del tratamiento con interferón y ribavirina, no había estado en contacto con metales pesados ni cambiado los hábitos de su higiene bucal, no aparecieron otras lesiones cutáneas o en otras mucosas, y las características de la lesión lingual no se modificaron desde su aparición hasta su resolución. La relación temporal entre la suspensión del tratamiento antiviral y la normalización de la coloración lingual nos hicieron pensar que la sintomatología estaba asociada a dicho tratamiento. Se mantuvo el tratamiento sin modificar su pauta hasta su finalización según las guías, valorando riesgos-beneficios. En los casos revisados tampoco se recomendó la suspensión del tratamiento, dado que se trata de un efecto secundario menor y reversible tras su retirada.