Desde el año 2014 se ha ido describiendo un incremento en el número de casos de fiebre asociada a rabdomiólisis de causa no aclarada en inmigrantes refugiados africanos que llegan a las costas italianas después de una travesía a través del Mediterráneo. Estos migrantes proceden del este de África, Nigeria y Libia preferentemente, y alguno de Gambia1–3. Se ha descrito este síndrome hasta en el 1% de 1.500 refugiados atendidos en un hospital de la región italiana de Calabria durante 3 años2. Nosotros presentamos el caso de una mujer inmigrante procedente del oeste de África atendida en nuestro hospital por fiebre y rabdomiólisis de causa no establecida después de la travesía por el Estrecho de Gibraltar hasta nuestro país.
Se trata de una paciente de 38 años, procedente de Guinea Conakri, de donde partió 2 meses antes, llegando a España una semana antes a través del Estrecho con traslado posterior a la Cruz Roja de Zaragoza. Después de 4 días desde su travesía, presentaba fiebre de 39°C, cansancio y artromialgias, preferentemente a nivel cervical, sin foco infeccioso aparente. No refería ingesta farmacológica, tóxicos, drogas, ni de agua del mar; tampoco existían datos de traumatismos o sobresfuerzo en las últimas 72h. En la exploración, las constantes eran normales; en la exploración abdominal existía ligero dolor de forma difusa, sin palparse hepato- o esplenomegalia. Se objetivaban adenopatías cervicales y axilares menores de 2cm. Analíticamente, iones y función renal fueron normales en todo momento durante su estancia hospitalaria. Presentaba fiebre de 39°C y elevación de enzimas de rabdomiólisis [creatina quinasa (CK) y lactato deshidrogenasa (LDH)] y hepáticas [glutamato-oxalacetato transaminasa (GOT) y glutamato-piruvato transaminasa (GPT)] (tabla 1), por lo que se instauró tratamiento con antitérmicos y sueroterapia. Desapareció la fiebre tras 24h y no se consideró precisa la alcalinización de la orina, dado que los niveles de CK no eran muy elevados y tendieron a descender (tabla 1). Se realizó estudio de hemoglobinopatías y actividad de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa (G6PDH) sin hallazgos patológicos. Se descartaron: paludismo, sífilis, infección por VIH, hepatitis C, hepatitis B, hepatitis A, citomegalovirus (CMV), virus de Epstein Barr (VEB), e infección del tracto urinario o bacteriemia; las hormonas tiroideas eran normales. No se investigó la presencia de infección por coxsackievirus o adenovirus ante la ausencia de sintomatología sugestiva.
Evolución de transaminasas y enzimas de rabdomiólisis durante el ingreso
Día 1 | Día 3 | Día 5 | Día 9 | |
---|---|---|---|---|
GOT (U/L) | 389 | 1.102 | 653 | 135 |
GPT (U/L) | 76 | 427 | 322 | 174 |
CK (U/L) | 5.030 | 3.158 | 594 | |
Mioglobina (ng/mL) | 3.015 | 1.303 | ||
LDH (U/L) | 1.494 | 1.153 | 777 |
CK: creatina quinasa; GOT: glutamato-oxalacetato transaminasa; GPT: glutamato-piruvato transaminasa; LDH: lactato deshidrogenasa.
Se han descrito muchas causas, tanto adquiridas como hereditarias, de rabdomiólisis, cuadro potencialmente grave que puede llevar al fracaso renal agudo y ser fuente de complicaciones importantes. Muchas infecciones se han asociado a este síndrome, incluyendo virus influenza con más frecuencia, coxsackievirus B4 y adenovirus5; causas mecánicas como sobresfuerzo o inmovilización prolongada, la hipernatremia por ingesta de agua de mar, el uso de fármacos, tóxicos o drogas, hemoglobinopatías o el déficit de G6PDH6,7 pueden producirlo o favorecerlo, existiendo una cierta predisposición genética o racial para su desarrollo8. Varios autores han observado casos1–3, que llegan a Italia tras una travesía de entre 1-2 días a través del Mediterráneo. Se trata de pacientes jóvenes de alrededor de 20 años y raza negra, hasta en un 20% asintomáticos, que presentan elevación de CK con una media de 10 y 36 días según los autores, desde su llegada, y que suelen recuperarse tras unas 2-3 semanas del inicio de los síntomas1–3. El caso que nosotros presentamos tiene las mismas características y, aunque no podemos descartar que sea debido a causas mecánicas, pese a que habían transcurrido más de 72h del posible sobresfuerzo, o a algunos virus descritos como potenciales responsables, consideramos que podría incluirse en el espectro clínico descrito por estos autores.
En conclusión, creemos que las personas migrantes con estas características tienen un alto riesgo de rabdomiólisis y deberían ser estudiadas en este sentido, ya que las complicaciones son potencialmente graves; que en un número no despreciable de casos la etiología no puede ser demostrada, por lo que debería estudiarse este fenómeno y su posible relación con algún tipo de infección no demostrada, factor genético, racial o geográfico; y que este fenómeno debe tenerse en cuenta en los migrantes africanos que llegan a nuestro país a través del mar.