Sr. Director: La infección por el virus de la hepatitis B (VHB) es un problema de salud de primer orden a escala mundial. En el 95% de los casos la infección se resuelve, pero en un 5% se cronifica. Las manifestaciones clínicas y los hallazgos serológicos e histopatológicos, así como la gravedad, son muy variables: desde lesiones mínimas hasta cirrosis y carcinoma hepatocelular. Los factores relacionados con el virus, como su genotipo, la persistencia en intensidad de su replicación y la aparición de determinadas mutaciones, desempeñan un papel relevante en la historia natural de la enfermedad1.
El interferón alfa-2a pegilado está indicado en el tratamiento de la hepatitis B crónica con AgHBe positivo o negativo en adultos con una enfermedad hepática compensada y evidencia de replicación viral, ALT aumentada e inflamación de hígado comprobada histológicamente y/o fibrosis2.
El interferón alfa-2a pegilado tiene un efecto antiviral, antiproliferativo e inmunomodulador. Ha demostrado su eficacia en la supresión de la replicación viral e induce una remisión de la enfermedad hepática3,4. Se han observado casos en los que durante el tratamiento con interferón se producen incrementos transitorios de las transaminasas y un descenso de la carga viral, que podrían indicar un aclaramiento del virus3.
A continuación describimos la respuesta y la tolerancia del tratamiento con interferón alfa-2a pegilado en un caso de hepatitis crónica por el VHB, cepa salvaje, en el que se produjo una elevación de las transaminasas y un aclaramiento viral.
Varón de 41 años de edad, con antecedentes de esclerosis múltiple recurrente y remitente, en tratamiento con interferón beta-1b desde julio de 2002 hasta febrero de 2004. Hace años, sin recordar la fecha exacta, el paciente había sido diagnosticado de hepatitis por el VHB tras una donación.
En abril de 2002 acude al servicio de aparato digestivo por presentar una elevación de las transaminasas en una analítica de control. Se confirma su hepatitis crónica B, variante salvaje, con replicación activa, carga viral > 200.000 copias/ml y valores de transaminasas 2-3 veces superiores al valor normal. En marzo de 2005 se decide iniciar tratamiento con interferón alfa-2a pegilado en dosis de 180 _g a la semana, tras la realización de una biopsia hepática con estadio histológico P2 L1 F1.
Se recogieron los siguientes datos previamente y durante el tratamiento: ALT, AST, GGT, AgHBs, AcHBs, AcHBc, AgHBe y AcHBe y carga viral. Los datos analíticos recogidos se muestran en la tabla I. En septiembre de 2006, tras realizar una serología, se detectó que el AgHBs había negativizado y no se detectaba ADN-VHB. En noviembre de 2006 se finalizó el tratamiento tras considerar la curación. En marzo de 2007 el AgHBs continuaba siendo negativo y el resto de analítica estaba dentro de la normalidad.
Datos analíticos
ALT (U/l) | AST (U/l) | GGT (U/l) | AgHBs | AcHBs | AcHBc | AgHBe | AcHBe | Carga viral | |
Enero de 2005 | 154 | 79 | 46 | Positivo | Negativo 0,7 mU/ml | Positivo | Positivo | Negativo | > 200.000 copias/ml |
Abril de 2005 | 179 | 106 | 45 | ||||||
Mayo de 2005 | 234 | 156 | 147 | ||||||
Octubre de 2005 | 167 | 105 | 136 | Positivo | Positivo 24,5 mU/ml | Positivo | |||
Febrero de 2006 | 215 | 130 | 228 | Positivo | Positivo 512 mU/ml | Positivo | |||
Mayo de 2006 | 515 | 300 | 814 | Positivo | Positivo 588 mU/ml | 112.114 copias/ml | |||
Julio de 2006 | 48 | 36 | 155 | ||||||
Septiembre de 2006 | 42 | 39 | 99 | Negativo | Positivo 367 mU/ml | Positivo | No se detecta | ||
Noviembre de 2006 | 28 | 26 | 65 |
En los pacientes con hepatitis B crónica es importante valorar el grado de replicación del virus. La fase replicativa se caracteriza por la presencia en suero de marcadores de replicación (AgHB y ADN-VHB) y por la presencia en el hígado de antígeno de la nucleocápside intrahepatocitarios (HbcAg)1.
La seroconversión de AgHBe a anti-HBe constituye un punto de inflexión en la historia natural de la hepatitis B crónica. La seroconversión es más probable a corto plazo en pacientes con enfermedad hepática más activa, con transaminasas más altas, mayor actividad inflamatoria histológica y menor replicación viral1,3. Este patrón se observa en períodos de exacerbación, pero sólo una tercera parte de dichos períodos van seguidos de seroconversión HBe1. Los pacientes con seroconversión del AgHBe tienen un riesgo significativamente menor de sufrir una enfermedad hepática terminal y muerte5.
Se ha descrito en la bibliografía que durante el tratamiento con interferón alfa-2a pegilado en pacientes con AgHbe pueden aparecer elevaciones de las transaminasas muy superiores a las basales que podrían considerarse indicadoras de una respuesta favorable, con mayor probabilidad de respuesta virológica y aclaramiento viral3. En el paciente descrito este patrón se muestra evidente.
Algunos estudios podrían indicar que alargar el tiempo de tratamiento en algún subgrupo de pacientes sería beneficioso3. En nuestro caso, prolongar el tratamiento más de 48 semanas lo fue. La tolerancia al interferón alfa-2a pegilado fue muy buena, sin que el paciente presentara alteraciones físicas y manteniendo los parámetros hematimétricos estables.
Probablemente, el interferón alfa-2a pegilado mantuvo controlada las dos enfermedades del paciente, ya que no apareció ningún brote de esclerosis múltiple durante el tratamiento. Al mes de finalizar el tratamiento, el paciente presentó un brote de su esclerosis múltiple con disminución de la visión en el ojo izquierdo y, posteriormente, una vejiga neurógena. En enero de 2007 comensó de nuevo su tratamiento para esta enfermedad con interferón beta-1b.