A pesar de los grandes avances en las últimas décadas en el diseño del endoscopio, la instrumentación y la preparación intestinal, los efectos adversos y complicaciones de las colonoscopias todavía ocurren, aunque sean poco frecuentes y se considere una de las técnicas invasivas más seguras1. Las complicaciones más frecuentes y graves son las perforaciones y la hemorragia, sin embargo hay otras mucho menos frecuentes, con solo comunicaciones de casos, como el de apendicitis aguda posterior a colonoscopia.
Mujer de 50 años sin antecedentes patológicos de interés a la que se realiza fibrocolonoscopia de control por adenoma tubulovelloso ubicado a 20cm del margen anal que fue resecado endoscópicamente 3 meses antes, observándose tumoración en zona de polipectomía previa la cual se biopsia y es negativa para malignidad, siendo la exploración completa, de una duración de 20min, sin hallarse otras alteraciones en el resto del colon y se le da el alta sin complicaciones inmediatas a la exploración.
A las 6 horas de la prueba, refiere molestias abdominales que van en aumento por lo que consulta a urgencias refiriendo dolor abdominal hipogástrico. En la exploración física destaca defensa en hemiabdomen inferior, predominantemente derecho y sin signos de irritación peritoneal. Se le realiza analítica sanguínea presentando lecucocitosis de 15 mil U/l con neutrofilia y radiografías de tórax y abdomen que no muestran anomalías significativas.
Dada la sospecha de perforación por la prueba diagnóstico-terapéutica realizada, se decide realización de TC abdominal en la que se observa (fig. 1) la presencia del apéndice cecal aumentado de tamaño, hasta un diámetro de 13mm y con paredes engrosadas, observándose en su interior contenido líquido y una imagen hiperdensa compatible con un apendicolito. Además se observa trabeculación flemonosa de la grasa periapendicular, mínima cantidad de líquido libre en Douglas, todo ello compatible con apendicitis aguda sin signos de complicación.
La paciente es intervenida quirúrgicamente, y se encuentra un apéndice cecal flemonoso, realizándose apendicectomía abierta. Cursa con un postoperatorio sin incidencias y es dada de alta al tercer día de la cirugía.
La colonoscopia es una herramienta diagnóstica y terapéutica muy útil en las enfermedades colorrectales, siendo un procedimiento relativamente seguro. Las complicaciones más importantes y frecuentes son las perforaciones y las hemorragias.
Pero se han descrito otras de menor frecuencia como diverticulitis, hernia incarcerada, síndrome pospolipectomía, neumomediastino, neumotórax, enfisema subcutáneo, rotura esplénica, íleo paralítico y alteraciones cardiovasculares y cerebrovasculares1.
La apendicitis aguda posterior a colonoscopia es una complicación extremadamente rara, sin poder determinar su verdadera incidencia ya que solo existen reportes de casos. Hasta el momento se han comunicado 13 casos en la literatura anglosajona postulándose distintas hipótesis que explicarían este fenómeno2–5:
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Patología subclínica del apéndice.
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Barotrauma resultante de la sobreinsuflación.
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Impactación de fecalito o materia fecal dentro del apéndice cecal.
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Intubación accidental del apéndice.
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Lesión mucosa alrededor del orificio apendicular que provocaría edema y obstrucción de la luz apendicular.
En nuestro caso la paciente no refería sintomatología previa a la exploración y durante el procedimiento no se encontraron hallazgos patológicos cecales. Las características epidemiológicas y de presentación de los casos reportados coinciden con las del nuestro, siendo la edad promedio de 53,6 años (coincidiendo con la década más frecuente de realización de colonoscopias), la sintomatología comienza entre pocas horas y 5 días después de la realización de la exploración (siendo más de la mitad de los casos en las primeras 24h), en el 69% (9 de los 13 casos) de los pacientes la colonoscopia fue terapéutica (polipectomía y/o biopsias) y el método de diagnóstico utilizado fue la TC en la mayoría de los casos (6 de 7 descritos).
En conclusión, a pesar de ser una complicación extremadamente rara y fácil de confundir con otras complicaciones de la colonoscopia, la aparición de dolor abdominal y fiebre posterior a la exploración debería hacer pensar en el diagnóstico de esta enfermedad. El reconocimiento temprano de la sintomatología es esencial para un tratamiento efectivo.