El antígeno CA 19.9 es una glucoproteína relacionada con el antígeno del grupo sanguíneo Lewis, cuya síntesis tiene lugar en diversos epitelios. Se encuentra elevado especialmente en tumores de páncreas y, en menor medida, en tumores biliares, gástricos, de colon, hígado, ovario (principalmente en las variedades mucinosas), endometrio, urotelio y en adenocarcinomas, carcinomas indiferenciados de células grandes y carcinoma de pulmón de células pequeñas1–3. Así, valores de CA 19.9 superiores a 300 U/l tienen un valor predictivo positivo superior al 90% para el cáncer de páncreas4. Elevaciones moderadas del CA 19.9 −generalmente no superiores a 100 U/l− se han descrito en procesos benignos5 como enfermedades hepáticas (hepatitis, cirrosis, colangitis, colecistitis), pancreáticas (seudoquiste, pancreatitis), respiratorias (fibrosis pulmonar, asma bronquial, asbestosis, bronquiectasias, tuberculosis), insuficiencia renal, quistes mucinosos, hidronefrosis o en diversas enfermedades reumatológicas, como síndrome de Sjögren, artritis reumatoide, lupus eritematoso, dermato/polimiositis o arteritis de células gigantes6,7.
Para ilustrar lo anterior, hemos revisado todos los casos de elevación de CA 19.9 superior a 300 U/l no debida a tumor de páncreas, y estudiados en nuestra unidad de diagnóstico rápido en los 2,5 años previos (en el mismo período, vimos 4 enfermos con adenocarcinoma de páncreas y valores de CA 19.9 superiores a 300 U/l). Atendimos a 29 pacientes con los criterios citados; su edad media fue de 72 años (DE 11) con claro predominio de varones (26, 89,7%). Salvo 2 casos de fibrosis pulmonar idiopática y uno de hepatitis aguda por el virus A (10,3% en total), el resto (26 pacientes [89,7%]) se correspondían con procesos neoplásicos de distintos orígenes, la gran mayoría en estadios muy avanzados y, muchos de ellos, con afectación de hígado o vía biliar. Así, por ejemplo, a la finalización del período de estudio, 18 pacientes (62,1%) habían fallecido por progresión tumoral.
Los tumores que más frecuentemente cursaron con valores de CA 19.9 superiores a 300 U/l tenían origen digestivo (15 casos [57,7%]). De ellos, 10 eran cáncer de colon, 2 cánceres gástricos, 2 colangiocarcinomas y un adenocarcinoma esofágico. En segundo lugar detectamos 5 tumores de pulmón (19,2%), 4 de ellos de tipo microcítico y el último no microcítico. Tres pacientes tenían tumores urológicos (11,5%): 2 carcinomas de vejiga y uno de próstata, todos ellos en fase avanzada. De los 3 últimos pacientes con procesos tumorales (11,5%), 2 eran adenocarcinomas cuyo origen no pudimos filiar, y el último caso era una masa pulmonar de una mujer anciana en la que no llegamos a un diagnóstico cierto.
Los marcadores tumorales son sustancias de naturaleza diversa producidas o inducidas por un tumor o por tejidos del órgano en el que asienta8, y que pueden ser detectados y cuantificados en suero, fluidos biológicos y tejidos, por métodos bioquímicos o inmunohistoquímicos. Desde el punto de vista clínico tienen indudable interés en el diagnóstico de tumores. Sin embargo, su especificidad (porque pueden aumentar en muy diversos tumores y en otros procesos benignos) y su sensibilidad, sobre todo en fases iniciales, son en general escasas. Su principal aplicación reside en el seguimiento, en la evaluación de la efectividad de la terapia y en el pronóstico.
La presente serie corrobora la idea de que, en general, los marcadores tumorales tienen un valor limitado en el diagnóstico diferencial y en el diagnóstico precoz de las neoplasias. En nuestro caso, la mayoría de las elevaciones importantes de CA 19.9 se debieron a tumores no pancreáticos, especialmente de tubo digestivo. Nos llamó más la atención, sin embargo, el número de neoplasias de pulmón, toda vez que el CA 19.9 no suele considerarse de utilidad en este contexto9.
No está claro, para concluir, el papel de los marcadores tumorales en la práctica clínica. Aunque suponen una ayuda indudable en el diagnóstico de los tumores, la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) no encuentra datos suficientes para recomendarlos en cribado, diagnóstico, estadificación o seguimiento10.