Hemos leído con gran interés el artículo de Martín-Lagos Maldonado A y cols1, en el que se describe la enfermedad inflamatoria pélvica como una causa infrecuente de obstrucción intestinal por adherencias. Del mismo modo, queremos presentar otro caso infrecuente de obstrucción intestinal por adherencias, en este caso por adherencias de etiología idiopática.
Las adherencias intraabdominales pueden ser congénitas o adquiridas2, pero en ocasiones puede no encontrarse la causa y se les atribuye un origen idiopático3. Debido a la infrecuencia de adherencias idiopáticas, ya que generalmente se diagnostica la causa de las mismas, se presenta el caso de un paciente con suboclusión intestinal por este tipo de adherencias.
Varón de 65 años, sin cirugía abdominal previa, que consultó en Urgencias por dolor abdominal. Entre sus antecedentes personales destacaba una escoliosis. El paciente refería dolor abdominal difuso y vómitos de 24 horas de evolución, con dificultad para ventosear y defecar. Era el tercer episodio en el último año. En la exploración física presentaba un abdomen distendido, doloroso de manera difusa, sin signos de irritación peritoneal. En la analítica destacaban 17600 leucocitos y PCR de 6,7mg/dl. Se realizaron una radiografía de abdomen y una tomografía computarizada donde se evidenciaron niveles hidroaéreos a nivel de intestino delgado, sin objetivar la causa del cuadro suboclusivo. Tras no obtener mejoría clínica con tratamiento conservador, se realizó una laparotomía exploradora, hallando únicamente múltiples adherencias firmes en un segmento de 50-60cm de yeyuno medio, que producía varios acodamientos y una dificultad para el tránsito intestinal (fig. 1A). El resto de la cavidad abdominal era normal. Se realizó una resección intestinal incluyendo el segmento intestinal afectado (fig. 1B) y una anastomosis isoperistáltica latero-lateral mecánica. En el análisis histopatológico solamente se evidenciaron adherencias fibrosas, excluyendo otras causas subyacentes. Después de un año de seguimiento, el paciente está asintomático.
A. Segmento de 50-60cm de yeyuno medio con múltiples adherencias firmes que ocasionan varios acodamientos y una dificultad para el tránsito. Se observa el asa aferente (flecha blanca) y el asa eferente (flecha negra). B. Pieza de resección intestinal del segmento afectado donde se aprecian múltiples adherencias fibrosas que ocasionan varios acodamientos.
Las adherencias intraabdominales adquiridas postquirúrgicas son las más frecuentes (90% de todas las adherencias)4. Se forman en el 50-100% de los pacientes sometidos a cirugía abdominopélvica2, sobre todo en aquellos en los que se ha realizado una laparotomía4. Afortunadamente, la incidencia de adherencias ha disminuido considerablemente en la era de la cirugía laparoscópica4.
En ausencia de cirugía abdominal previa, las adherencias adquiridas pueden deberse a causas inflamatorias, infecciosas o a secuelas de la radioterapia. En cuanto a la etiología inflamatoria-infecciosa se refiere, destacan la endometriosis y la enfermedad inflamatoria pélvica en mujeres1,4, la enfermedad diverticular (particularmente de intestino delgado), la enfermedad de Crohn y la tuberculosis abdominal en zonas endémicas. La radioterapia abdominopélvica en el tratamiento de neoplasias ginecológicas, prostáticas, rectales o linfoproliferativas también puede generar adherencias, cuya severidad depende de la extensión del área tratada, el grado de fraccionamiento de la dosis y la dosis total de radiación4. Además, en autopsias de pacientes sin cirugía abdominal previa, se han detectado adherencias postinflamatorias hasta en el 28% de los casos2. En el caso presentado se realizaron una colonoscopia y una gastroscopia para descartar enfermedad inflamatoria intestinal, así como la prueba de la tuberculina para descartar exposición previa al bacilo de la tuberculosis, siendo los resultados negativos. Todas las demás causas fueron descartadas debido al sexo del paciente, a los antecedentes personales y al examen histopatológico del intestino resecado.
Por otro lado, las bridas congénitas se forman durante el desarrollo embrionario2 y son una causa extremadamente infrecuente de obstrucción intestinal en adultos5. Se localizan con más frecuencia entre el íleon terminal o su mesenterio y el colon ascendente, el ligamento de Treitz, el lóbulo hepático derecho o la vejiga. En la mayoría de casos se componen de tejido conectivo que contiene vasos y nervios5. En el caso presentado, se excluyó la etiología congénita debido a la edad del paciente, a que las bridas eran múltiples, no contenían vasos sanguíneos ni nervios, y no se situaban en las localizaciones típicas descritas anteriormente.
Descartada cualquier etiología adquirida o congénita de las adherencias, se atribuyó un origen idiopático. En conclusión, la presencia de bridas idiopáticas debería tenerse en cuenta en el diagnóstico diferencial de la obstrucción intestinal en pacientes sin cirugía abdominal previa, sobre todo en los que no se demuestra ninguna lesión responsable en las pruebas radiológicas.
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