El ataque isquémico transitorio (AIT) es una situación de alto riesgo. Los autores se proponen estudiar las implicaciones diagnósticas del perfil de recurrencia a los 7 y a los 90 días.
Pacientes y métodoSe estudió de forma consecutiva a una cohorte de 210 pacientes con AIT reciente. Se recogieron datos sobre los estudios ultrasonográfico, de neuroimagen y cardiológico.
ResultadosSe obtuvo el seguimiento a 90 días en 209 casos y a 7 días en 210 casos. A los 90 días, 14 pacientes (6,7%; intervalo de confianza [IC] del 95%: 3,3 a 10,1) tuvieron un infarto isquémico cerebral (IIC), 9 pacientes (4,3%; IC del 95%: 1,5 a 7,1) tuvieron un AIT y 6 pacientes (2,9%; IC del 95%: 0,6 a 5,1) tuvieron un episodio de cardiopatía isquémica, mientras que 13 de los 210 pacientes (6,2%; IC del 95%: 2,8 a 9,6) con seguimiento mínimo de 7 días tuvieron un IIC. La presencia de estenosis intracraneal (razón de riesgos [RR] de 23,29; IC del 95%: 5,80 a 93,47; p<0,001) fue predictor independiente del IIC a los 7 días, mientras que la etiología aterotrombótica (RR de 7,16; IC del 95%: 3,01 a 17,04; p<0,001) lo fue de ictus a los 90 días. Se llegó a un nuevo diagnóstico de fibrilación auricular en 21 sujetos (10,0%), mayoritariamente mediante electrocardiograma basal (62%). Se observaron lesiones agudas en difusión (DF) en 81 (44,5%) de los 182 pacientes y se observaron lesiones crónicas en 110 pacientes (60,4%) mediante resonancia magnética craneal frente a 56 (26,7%) sobre 210 pacientes con tomografía computarizada craneal.
ConclusiónEl perfil de recurrencia tan precoz justifica la realización de estudios ultrasonográficos en las primeras horas tras el AIT. El estudio del valor predictivo de la DF sólo puede plantearse si se realiza de forma muy inmediata, mientras que el rendimiento de las exploraciones cardiológicas es bajo.
Early stroke recurrence risk alter a transient ischemic attack (TIA) is high. We studied the diagnostic implications of the recurrence pattern after TIA.
Methods210 consecutive TIA patients were studied. Ultrasonographic (US), neuroimaging and cardiologic data were collected.
ResultsAt 90 day follow-up, 14 patients (6.7%; 95% CI: 3.3–10.1) among 209 suffered an ischemic infarction (II), 9 (4.3%; 1.5–7.1) a TIA and 6 (2.9%; 0.6–5.1) a cardiac ischemic event. Moreover, 13 patients (6.2%; 2.8–9.6) among 210 with a seven-day follow-up had an II. Multivariate analyses only identified the presence of intracranial stenoses (HR, 23.29; 95% CI, 3.49 to 23.57; p<0.018) as independent predictors of stroke within the first 7 days, and large-artery occlusive disease (HR, 9.07; CI, 3.49 to 23.57; p<0.001) as a predictor of stroke recurrence at 90 day follow-up. A new diagnosis of atrial fibrillation was observed in 21 subjects (10.0%), and it was documented in the baseline ECG in 62% cases. Acute diffusion abnormalities were identified in 81 (44,5%) of 182 patients, and chronic ischemic lesions were observed in 110 (60.4%) on MRI vs 56 (26.7%) among 210 on CT scan.
ConclusionDue to very early recurrence, the routine use of ultrasonography within the first hours after an index TIA will be useful to identify those patients at high risk. The prognostic usefulness of diffusion-weighted studies will be only achieved if it is performed early. Routine noninvasive cardiac rhythm monitoring has a low detection rate.
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