La dermatitis por setas del género shiitake (Lentinula edodes) es una toxicodermia relacionada con el consumo de setas shiitake crudas o poco cocinadas1–6. Se presenta en forma de lesiones eritematosas lineales, distribución generalizada y predominio en el tronco, todo ello asociado a un intenso prurito3,5. Se han descrito en la literatura otras reacciones adversas causadas por setas de este género, como dermatitis de contacto alérgica, urticaria de contacto, asma alérgica, fototoxicidad y casos de neumonitis crónica de hipersensibilidad inducida por esporas1.
Presentamos el caso de una mujer de 47 años, con antecedentes personales de hipertensión arterial en tratamiento con enalapril 5mg/24h, que acudió a Urgencias por una erupción cutánea pruriginosa y generalizada de 48h de evolución. Negaba contacto con plantas, introducción de nueva medicación o aplicación de nuevos productos tópicos y no presentaba fiebre, artralgias u otra clínica sistémica. Tras una exhaustiva anamnesis, finalmente reconoció haber ingerido setas poco cocinadas del género shiitake 48h antes del inicio del cuadro en su domicilio.
En la exploración física presentaba múltiples placas eritematosas de aspecto lineal, siguiendo trayectos paralelos y entrecruzados entre sí a modo de «latigazos», de predominio en tronco, cara anterior de miembros inferiores y raíz de miembros superiores (fig. 1 A-C). No presentaba afectación de mucosas y el dermografismo resultó negativo. Se realizó una analítica urgente con bioquímica, hemograma y coagulación, que no mostró hallazgos de interés.
Se inició tratamiento con levocetirizina 5mg/12h y corticoides tópicos de potencia intermedia (metilprednisolona aceponato crema 1mg/g), con mejoría progresiva de la clínica y resolución de las lesiones a las 2 semanas, sin hiperpigmentación asociada.
La dermatitis flagelada por setas shiitake, descrita en Japón en el año 1977 por Nakamura4, es una erupción cutánea intensamente pruriginosa y de patrón lineal ocasionada por el consumo de setas crudas o poco cocinadas1–3,5. Aunque constituyen la tercera especie de setas más consumidas en el mundo7 (principalmente en China y Japón), se trata de una dermatosis poco frecuente en nuestro medio, pero en auge en los últimos años por la creciente popularidad de la cocina asiática y la introducción de nuevos alimentos en nuestras vidas1,5.
Clínicamente se presenta en las primeras 48h tras la ingesta, en forma de prurito intenso y pápulas eritematosas, papulovesículas o placas de distribución lineal simulando «latigazos», con afectación universal del tronco1–3,5. El cuello y las extremidades suelen estar afectos y la mucosa oral puede desarrollar erosiones y pústulas de patrón no lineal, aunque normalmente no presenta lesiones5. La morfología lineal de esta entidad podría atribuirse al fenómeno de Koebner, aunque las lesiones no son reproductibles tras el rascado4,8.
La patogenia de esta entidad continúa siendo a día de hoy desconocida. El prick test y las pruebas epicutáneas son negativas en la mayoría de los pacientes, lo que hace improbable que se trate de reacciones tipo i o iv (mediadas por IgE o linfocitos T, respectivamente)2. Inicialmente se pensó en un fenómeno mediado por una toxina o por el incremento en la secreción de interleucina-1 inducida por el polisacárido termolábil lentinan de las setas shiitake. En Japón este polisacárido es muy utilizado por su efecto antihipertensivo, hipolipidemiante y por sus propiedades anticancerígenas1–3.
El diagnóstico de esta entidad es clínico, siendo de gran importancia el antecedente epidemiológico y la sospecha clínica1–6,8. Su escasa frecuencia podría indicar una susceptibilidad individual frente a un alérgeno termolábil a día de hoy desconocido. Los hallazgos histológicos son inespecíficos (espongiosis, infiltrado dérmico perivascular linfocitario, elongación de las crestas interpapilares, etc.) y, por tanto, no recomendados de manera rutinaria1–3.
Con respecto al diagnóstico diferencial, deberemos incluir otras erupciones cutáneas de aspecto flagelado, en ocasiones relacionadas con fármacos como la bleomicina y el trastuzumab, las fitofotodermatosis, el dermografismo, las dermatitis de contacto y la enfermedad de Still del adulto3.
El tratamiento de la dermatitis shiitake es sintomático, utilizándose habitualmente corticoides tópicos de potencia intermedia y antihistamínicos2,3,5,6. El pronóstico es bueno, con resolución espontánea de las lesiones en 1-3 semanas, aunque en algunas ocasiones puede llegar a prolongarse hasta los 2 meses1,3,5. Una buena manera de prevenir la aparición del cuadro clínico sería realizar una cocción adecuada de estas setas.
La dermatitis flagelada por setas shiitake constituye una entidad con una clínica característica, pero de patogénesis incierta. En general, parece tratarse de un cuadro autorresolutivo sin secuelas a largo plazo. La introducción de nuevos productos del mercado asiático, el auge de la cocina oriental y el continuo crecimiento del turismo probablemente den lugar a un incremento del número de casos de esta afección en el futuro.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que han seguido los protocolos de su centro de trabajo sobre la publicación de datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores han obtenido el consentimiento informado de los pacientes y/o sujetos referidos en el artículo. Este documento obra en poder del autor de correspondencia.