La pandemia por el virus SARS-CoV-2ha puesto de manifiesto las limitaciones del modelo tradicional de Atención Primaria en distintos aspectos, destacando la incapacidad de inmediatez en la comunicación en la respuesta ante una crisis de salud pública, derivado entre otros factores de una insuficiente digitalización asistencial que repercute negativamente en la coordinación sanitaria.
Es el objetivo del presente artículo la elaboración de un análisis crítico acerca de las posibilidades de la blockchain (literalmente «cadena de bloques») como herramienta innovadora en el ámbito de la Atención Primaria ante los desafíos planteados por la pandemia COVID-191. El concepto de blockchain podría definirse como una base de datos de carácter global, descentralizada, que permite un registro de transacciones encriptadas (en sustitución de la historia clínica del paciente tracidional) que no pueden ser modificadas, esto es, un sistema de registro distribuido que promueve la descentralización, transparencia y la integración de los datos personales de cada paciente, de ahí sus tres principales ventajas: trazabilidad, transparencia e inmodificabilidad2.
Actualmente el sistema blockchain permite obtener la mejor información para poder elaborar una medida eficaz de resultados, asegurar intercambios de información verificables («transacciones») y disponer de protocolos de alta seguridad, transparentes e inmutables, permitiendo la toma de las mejores decisiones asistenciales. Dada su condición de «red distribuida», la realización de cualquier movimiento quedaría autentificado a través de su «huella digital» permitiendo compartir sus propios datos con terceros de forma auditable («smartcontracts» o contratos inteligentes para una sanidad 4.0). Es más, con el desarrollo de esta plataforma de almacenamiento de datos, se podrá no solo registrar información ya validada por distintos centros sanitarios tanto privados como públicos, sino asimilar la generada por cualquier dispositivo sanitario en tiempo real (datos procedentes de analíticas, marcapasos…) aumentando la interactividad del paciente con su gestor de salud de forma inmediata, segura y eficaz.
Entre las ventajas que dicho sistema aportaría destacaríamos:
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La creación de pasaportes sanitarios de inmunidad digital, garantes de una reapertura eficaz, controlada y segura de la información médica de millones de usuarios aislados por la pandemia3.
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La elaboración de «protocolos blockchain» permitirán combatir el fraude de productos farmacéuticos, evitando que elementos falsificados inunden el mercado con el consiguiente ahorro para el sistema sanitario, especialmente en lo referente a pacientes con ingesta crónica de medicamentos4.
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La posibilidad de «rastreo, seguimiento y tratamiento» de grupos poblacionales especialmente vulnerables ante la infección por SARS-CoV-2. A través de la Organización Mundial de la Salud, se dispondrá de un elemento eficaz en la creación de certificados de vacunación digitales de la COVID-19 permitiendo la distribución de los mismos en los países más afectados y en aquellos segmentos de población considerados como vulnerables5.
En conclusión, la aplicabilidad de la «blockchain» en Atención Primaria durante la pandemia COVID-19 generaría una asistencia sanitaria más segura y fiable a través de una actuación integrada de procesos, cuya seña de identidad será la medicina preventiva de precisión y la personalización de los tratamientos. A pesar de las citadas ventajas hemos de mencionar como principales limitaciones el tratarse de una tecnología emergente de predominio principalmente privado por lo que su implementación en el área de Atención Primaria precisará como elementos limitantes tiempo de aprendizaje y una respuesta gubernamental favorable.