El ejercicio profesional del médico de atención primaria suele ser denominado como un trabajo de desgaste psicológico, por cuanto que precisa de la toma de decisiones y elección de opciones terapéuticas en cada paciente, a pesar de que normalmente el ejercicio físico que se precisa en dichas consultas no es muy elevado.
Sin embargo, en las guardias de atención continuada la situación cambia sensiblemente, debido a que el ejercicio físico que se precisa y el estrés laboral de dicha jornada se acentúan. Existen distintos estudios1-3 que relacionan el estrés laboral con el grado de burnout, el nivel de despersonalización y el cansancio emocional en profesionales que realizan guardias. Además, la falta de sueño, y el realizar guardias en horario nocturno, se ha relacionado4 con una disminución en la calidad de vida del profesional, sintiéndose mucho más cansado de lo habitual, llegando a producir accidentes de tráfico en una tercera parte de los profesionales. Los periodos de guardia producen, además, alteraciones en su estado de ánimo, siendo la ansiedad5 el más frecuente, interfiriendo en su vida personal y profesional, siendo un periodo más proclive a cometer errores.
A pesar de existir estudios sobre el desgaste emocional de la atención continuada, no existe ningún estudio que cuantifique el desgaste puramente físico.
Con el objetivo de cuantificar el desgaste físico que supone en un profesional médico la realización de una guardia, nos hemos planteado desde el Centro de Salud de Santa Olalla (Toledo) identificar el gasto energético que supone una guardia. Para ello hemos realizado durante 3 meses, y en 24 guardias, la medición de los pasos, calorías gastadas, evolución del peso, presión arterial, frecuencia cardiaca y kilómetros recorridos en una guardia en nuestro Centro de Salud por distintos profesionales.
Para realizar la cuantificación hemos contado con el reloj Garmin Forerunner 15 con GPS y pulsómetro, que ajustando a las características de talla y peso de los profesionales ha medido dichas variables.
Con una media de 32,25 pacientes al día atendidos en el puesto de atención continuada y 3,21 avisos a domicilio en las 17h de guardia, se han recorrido de media 4,54km por guardia, lo que equivale a 5.581,14 pasos y un gasto medio de 4.382,23 calorías. La medición de la presión arterial de los profesionales pre-post guardia no obtuvo diferencias significativas, mientras que sí se objetivó una pérdida de peso de 725,48g por guardia, medida al iniciar la guardia (antes de comer) y al terminar (antes de desayunar).
Con estos datos podemos concluir que los profesionales sanitarios en nuestras horas de guardia realizamos ejercicio físico, con desgaste calórico y balance hídrico negativo, además del desgaste mental y personal que supone la realización de una guardia.