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Inicio Medicina de Familia. SEMERGEN Perforaciones intestinales por espinas de pescado: infrecuentes y curiosas
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Vol. 39. Núm. 2.
Páginas 117-118 (marzo 2013)
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Perforaciones intestinales por espinas de pescado: infrecuentes y curiosas
Bowel perforations due to fish bones: Rare and curious
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A. Sierra-Solís
Servicio de Radiodiagnóstico, Complejo Hospitalario Universitario de Badajoz, Badajoz, España
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Sr. Director:

Las perforaciones intestinales por espinas de pescado son muy poco frecuentes, pese a que la ingestión de cuerpos extraños es habitual, y apenas están reportadas en la literatura científica, poco más allá de la presentación de casos aislados.

La gran mayoría de los cuerpos extraños que se ingieren avanzan por el tracto intestinal sin causar complicaciones, especialmente si consiguen atravesar el esófago. Solo menos del 1% provoca una perforación intestinal y suele tratarse de objetos alargados y afilados, como palillos de dientes, espinas, huesos de pollo o agujas, entre otros1.

Las perforaciones se pueden dar en cualquier punto del tracto digestivo, pero son más frecuentes en aquellos segmentos con una angulación cerrada, como el píloro, el ángulo de Treitz, el íleon distal y la unión rectosigmoidea.

Se han descrito numerosos factores de riesgo en la ingestión de cuerpos extraños: alcoholismo, enfermedad psiquiátrica, personas en los extremos de la vida, etc. Especialmente significativa es la relación con personas que usan dentadura postiza, ya que esta elimina la sensación táctil del paladar, que actúa como mecanismo protector. En algunas culturas, como la china, es más frecuente la ingestión de espinas por la costumbre de comer pescado sin retirar antes estas.

La sintomatología en estos casos es muy variable y pueden ser síntomas agudos o crónicos. Los pacientes a menudo no recuerdan el antecedente de ingestión de pescado y el diagnóstico se suele retrasar ya que incluso pueden pasar meses entre la ingestión y la perforación1.

Las espinas se quedan bloqueadas en un segmento estrecho del intestino, erosionan la mucosa y producen una diseminación bacteriana con su consecuente infección. Si el proceso avanza puede provocar una perforación de la pared y absceso extramural, que puede terminar en un abdomen agudo si no se controla.

La utilidad de la radiografía simple de abdomen es limitada, y depende de la densidad de la espina2. Esta varía según la especie de pescado, pero incluso cuando son suficientemente densas para verse pueden pasar desapercibidas por superposición de líquido o tejidos blandos. El bacalao, el salmón y el gallo, entre otros, tienen un esqueleto radioopaco, mientras que las espinas de caballa o arenque tienen poca densidad y se visualizan con dificultad incluso en una endoscopia3. Al contrario que las espinas de pescado, los huesos de pollo (cuerpos extraños muy similares) son casi siempre radioopacos. Las densidades cálcicas sutiles se visualizan mejor si se emplea un kilovoltaje bajo (70 kv) y se realiza la radiografía en decúbito supino. Otro inconveniente es la visualización de gas extraluminal en el caso de que exista perforación, pues no suele estar presente en gran cantidad y casi nunca suele distinguirse bajo las cúpulas diafragmáticas, ya que el punto de la perforación es muy pequeño y se cubre con fibrina, omento y asas intestinales4.

La tomografía computarizada (TC) es superior a la radiografía ya que, además de detectar el área intestinal patológica, permite identificar la causa. Las espinas típicamente se visualizan como imágenes lineales de densidad calcio en el interior de un área inflamatoria. A pesar de todo, hay un número importante de casos que se diagnostican intraoperatoriamente4. Entre las limitaciones de la TC se encuentran la falta de atención del radiólogo para encontrar estos cuerpos extraños por ausencia de sospecha clínica (fig. 1).

Figura 1.

Reconstrucción oblicua de TC, donde se visualiza una espina que ha perforado el píloro y ha quedado alojada entre el lóbulo hepático izquierdo (H) y el estómago (E).

(0.08MB).

El uso de contraste, tanto oral como intravenoso, dificulta la visualización de cuerpos extraños en general.

En definitiva, las perforaciones intestinales por espinas de pescado son infrecuentes y casi anecdóticas, sin embargo, constituyen un reto diagnóstico para el médico, ya que son casos que cursan con una sintomatología inespecífica y donde la anamnesis puede ser de mucha ayuda.

Bibliografía
[1]
B.K. Goh, Y.M. Tan, S.E. Lin, P.K. Chow, F.K. Cheah, L.L. Ooi, et al.
CT in the preoperative diagnosis of fish bone perforation of the gastrointestinal tract.
AJR Am J Roentgenol, 187 (2006), pp. 710-714
[2]
H.M. Noh, F.S. Chew.
Small bowel perforation by a foreign body.
AJR Am J Roentgenol, 171 (1998), pp. 1002
[3]
S.R. Ell.
Radio-opacity of fishbones.
J Laryng Otol, 103 (1989), pp. 1224-1226
[4]
A. Pinero Madrona, J.A. Fernández Hernández, M. Carrasco Prats, J. Riquelme Riquelme, P. Parrila Paricio.
Intestinal perforation by foreign bodies.
Eur J Surg, 166 (2000), pp. 307-309
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