Sr. Director:en relación con el interesante artículo "La dualidad campo-ciudad en procesos alérgicos respiratorios" de los doctores S. Pérez y M. Palomo, publicado en el número de septiembre de esta revista1, quisiera añadir unos comentarios sobre la teoría higienista.
En las últimas dos o tres décadas la prevalencia de las enfermedades alérgicas ha experimentado un incremento significativo2. Para explicar este fenómeno, desde el año 1989 la atención se ha centrado en la teoría higienista, la cual postula una relación inversa entre las infecciones en la infancia y el consiguiente desarrollo de asma y atopia. El cambio social y desarrollo económico que ha experimentado la sociedad en los últimos 50 años se ha traducido en una mejora de la salud pública, programas higiénicos dirigidos al control de aguas y alimentos, programas de vacunación, extensión del uso de antibióticos desde edades tempranas y la reducción de la unidad familiar. Estos cambios, por causar una drástica reducción en la exposición a infecciones durante la infancia, podrían haber dañado la maduración del sistema inmune, el desarrollo de la memoria inmunitaria y la tolerancia a aeroalergenos, particularmente en aquellos individuos genéticamente predispuestos a padecer atopia.
Actualmente existen muchos estudios epidemiológicos que tratan de explicar esta teoría, pudiéndose agrupar en 5 categorías según se encuentre una exposición a patógenos microbianos, a lipopolisacáridos de la pared celular de bacterias gramnegativas (como potentes inductores de interleucina-12 e interferón gamma, producidos en los macrófagos y células T, respectivamente, y que muestran capacidad inmunomoduladora), a microorganismos comensales del tracto gastrointestinal, al medio ambiente campo/ciudad y a animales domésticos, y por último, una exposición a helmintos.
Sin embargo, no todos los estudios han encontrado una relación inversa entre infecciones y atopia3.
Aunque la literatura actual apoye epidemiológicamente y biológicamente el papel de la teoría higienista en el aumento de las enfermedades alérgicas, no hay una evidencia concluyente4. Es necesaria la realización de estudios de intervención con el fin de demostrar una relación de causalidad, investigar las interacciones gen-ambiente y mejorar las terapias y recomendaciones basadas en esta teoría respecto a la prevención de asma, atopia y enfermedades autoinmunes5.