INTRODUCCIÓN
Los tumores ováricos son raros en la edad pediátrica y representan del 1% al 5% de los tumores infantiles1. Son más frecuentes entre los 9 y los 12 años y alcanzan un mayor porcentaje de malignidad en las niñas de mayor edad. De acuerdo con la clasificación de Robbins et al se dividen en tres grupos: tumores del epitelio de superficie, tumores de células germinales y tumores del estroma y de los cordones sexuales2. El más frecuente es el derivado de las células germinales (TCG) que representa hasta el 90% de los tumores ováricos infantiles. El tipo histológico más frecuente es el teratoma, con claro predominio de su variante quística o dermoide, que representa el 40%-75% de los TCG ováricos3. Los síntomas y signos más comunes son el dolor, la distensión abdominal y la palpación de una masa. El diagnóstico se basa en las pruebas de imagen, los marcadores tumorales y el estudio anatomo-patológico. La actitud terapéutica dependerá de la naturaleza y el grado de extensión del tumor.
EXPOSICIÓN DEL CASO
Niña de 7 años que consulta por dolor abdominal intermitente desde hace 6 meses, siendo las exploraciones previas normales. Al realizar la exploración, objetivamos un buen estado general, auscultación cardiorrespiratoria normal y a nivel abdominal se palpa una masa en hipogastrio no dolorosa, móvil y de unos 15 cm de longitud. Se solicita analítica general, hemograma y pruebas de coagulación con resultados normales. Los marcadores tumorales de línea germinal como alfafetoproteína y subunidad beta de la gonadotrofina coriónica tuvieron valores normales. La radiografía de abdomen demostró calcificaciones a nivel de hipogastrio y en la ecografía abdominal se apreció una tumoración quística que correspondía al ovario izquierdo con calcificaciones en su exterior (fig. 1). Con la sospecha diagnóstica de tumoración ovárica, compatible con teratoma ovárico se decidió intervención quirúrgica, realizándose una exéresis completa de la tumoración que afectaba a la totalidad del ovario izquierdo, conservando la trompa de Falopio. Ovario contralateral normal. La anatomía patológica confirmó el diagnóstico definitivo de teratoma ovárico maduro. Actualmente la niña no ha presentado ninguna complicación.
Figura 1.
DISCUSIÓN
Dada la localización intraabdominal del ovario y el crecimiento lento de estos tumores, el diagnóstico puede verse retrasado durante años4. A pesar de la rareza de los tumores ováricos en la edad pediátrica, es una patología que debemos tener presente en el diagnóstico diferencial de un dolor abdominal que acuda a nuestras consultas de atención primaria para poder actuar de una manera precoz intentando preservar en lo posible la futura fertilidad de la paciente.