La utilización de psicofármacos en personas con discapacidad intelectual (DI) es frecuente por la alta prevalencia de trastornos mentales y de conducta en esta población. Es un fenómeno poco descrito en la literatura científica. En una carta analizamos el tema en un grupo de personas1.
No obstante, una carta al director publicada recientemente2, nos sugiere abordar algunos aspectos del problema.
- 1.
Entre las causas de hiperprolactinemia, la más frecuente es la acción de los antipsicóticos3.
- 2.
Al prescribir antipsicóticos es preciso realizar pruebas que incluyan determinación de prolactina de forma basal, así como cada 3, 6, 12, 18, 24 meses, y posteriormente una vez al año4.
- 3.
La prevalencia de hiperprolactinemia por antipsicóticos es diferente para cada uno de ellos. Se consideran antipsicóticos «ahorradores de prolactina»: olanzapina, ziprasidona, clozapina, quetiapina y aripiprazol. Esto es porque la elevan menos que otros antipsicóticos: sulpirida, risperidona, paliperidona, etc.5.
- 4.
Ante un caso de persona con DI con prolactina elevada por antipsicóticos, es preciso conocer la historia previa (aparición, evolución, relación con los fármacos, etc.), así como saber si existe sintomatología acompañante: galactorrea, disfunción sexual, etc.
- 5.
Las distintas opciones para el tratamiento de la hiperprolactinemia por antipsicóticos son:
- a.
Si es posible, disminuir la dosis del antipsicótico. Conviene hacerlo de un modo progresivo. Si existe diagnóstico de esquizofrenia o trastorno psicótico, tener en cuenta la historia previa y si la persona ha mejorado o remitido con ese fármaco valorar el riesgo de la recaída. Si se tratara de un diagnóstico de trastorno de la conducta sería menos difícil asumir el cambio de medicación. Esta medida suele conseguir un descenso del nivel de prolactina.
- b.
Cambiar a otro antipsicótico «ahorrador de prolactina». Este cambio debe ser: añadir el nuevo antipsicótico y luego retirar el otro6.
- c.
Añadir aripiprazol al tratamiento basal7. Es la mejor operación cuando no debemos modificar el antipsicótico actual por su buena acción.
- d.
Cambio a aripiprazol8. Primero añadir el nuevo fármaco y luego bajar el otro antipsicótico lentamente.
- e.
Añadir litio, solamente si el paciente tiene además un trastorno bipolar9 (en nuestro grupo de pacientes el 1,3%).
- f.
Añadir un agonista dopaminérgico7. Tanto cabergolina como bromocriptina son eficaces si se trata de una subida de prolactina leve y está compensado psicopatológicamente el paciente. El riesgo es la exacerbación de la psicosis.
- 6.
Además, es necesario determinar estado hormonal gonadal con FSH, LH y testosterona8.
- 7.
Es necesario tratamiento sustitutivo con estrógenos en la mujer y testosterona en el varón, si presentan hipogonadismo secundario7.
- 8.
En pacientes con hiperprolactinemia y más de 5 años de exposición al antipsicótico, se debe realizar un examen de densidad ósea para valorar riesgo de osteoporosis y fractura, así como estudio de vitamina D8.
- 9.
Es preciso informar adecuadamente a la persona con DI y a su familia. Así como hacerles partícipes de la estrategia seguida para corregir el problema10.
Se trata de un proceso algo complejo y que requiere la participación de varias disciplinas médicas: medicina familiar y comunitaria, endocrinología, psiquiatría, reumatología, análisis cínicos, etc.
Agradecemos la especial contribución en el trabajo del psiquiatra Dr. Fidel J García Sánchez, de las psicólogas clínicas Dña. Núria Miguel de Diego y Dña. Ione Esquer-Terrazas, así como el psicólogo clínico Dr. José Antonio López Villalobos.