Paciente de 40 años de edad, que consultó en Urgencias por cuadro de 3 días de evolución de tos seca y fiebre hasta 39°C.
Se trataba de un paciente sin alergias conocidas, fumador de un paquete al día durante 22 años, sin antecedentes patológicos ni familiares. Natural de Barcelona, trabajador de mozo de almacén, negaba contacto con animales ni viajes recientes.
En la exploración física destacaron roncus en hemitórax izquierdo, por lo que se solicitó radiografía de tórax (figs. 1 y 2), que mostró una imagen cavitada en el lóbulo superior izquierdo (flecha blanca).
Ante la sospecha diagnóstica de tuberculoma, se derivó al paciente a Unidad de Diagnóstico Rápido, donde se realizó una detección de bacilo de Koch en esputo que resultó positivo con reacción en cadena de la polimerasa positiva y sensibilidad a rifampicina. Se realizó también una TAC torácica (fig. 3) para descartar patología maligna.
Se realizó estudio de contactos a nivel familiar y en trabajadores de la misma empresa, donde la esposa del paciente presentó derivado proteico purificado positivo con radiografía de tórax normal, iniciándose tratamiento con isoniazida+piridoxina. El resto de los estudios de contactos resultó negativo.
Se inició tratamiento con 4 fármacos (etambutol 165mg, isoniazida 400mg, rifampicina 275mg, pirazinamida 75mg), con buena evolución.
El tuberculoma o granuloma tuberculoso es un nódulo solitario, único o múltiple, de aspecto redondeado u ovalado y de 1-10cm de diámetro. Se trata de una complicación infrecuente de la enfermedad tuberculosa, pudiendo constituir una manifestación tanto de la tuberculosis primaria como posprimaria1.
Constituyen uno de los nódulos pulmonares benignos más comunes y a nivel pulmonar se localizan habitualmente en los lóbulos superiores. Pueden encontrarse también en otras localizaciones, como el sistema nervioso central (más frecuente), el intestino, el esófago, el hígado, el páncreas y el hueso.
Histológicamente, consisten en una cavidad central con necrosis caseosa rodeada de una pared de reacción granulomatosa, formada por células de Langerhans, histiocitos epiteloides y linfocitos. No presentan inflamación ni propagación periférica1.
Dado que en muchos casos puede mimetizar una neoplasia pulmonar, es conveniente realizar un buen diagnóstico diferencial. Para ello, la TAC de alta definición ha permitido afinar mucho el diagnóstico diferencial, evitando pruebas invasivas como la PAAF o la toracotomía abierta, que se reservan para casos dudosos2.
Se trata de una lesión que puede no presentar sintomatología y persistir largo tiempo silente. Es posible su reactivación cuando existen procesos patológicos de otro origen que afectan a los mecanismos de defensa del organismo.
El tratamiento se basa en antituberculosos, acompañados a veces de cirugía. La tomografía por emisión de positrones puede usarse para la monitorización de la respuesta de la lesión a antituberculosos3.
A veces, es necesaria la resección de los tuberculomas mediante toracotomía o alternativamente toracoscopia4. Los beneficios de dicha resección incluyen el diagnóstico de certeza y diferencial, la determinación de futuras estrategias terapéuticas y la disminución de la dosis y duración del tratamiento con antituberculosos3.