El neurotóxico 6-hidroxidopamina (6-OHDA) ha sido utilizado para generar modelos de la enfermedad de Parkinson (EP). A la fecha se ha establecido que si bien el modelo neurodegenerativo inducido por la 6-OHDA no reproduce la totalidad de síntomas de la enfermedad, sí replica procesos celulares tales como el estrés oxidativo, la neurodegeneración, la neuroinflamación y la muerte neuronal por apoptosis. En esta revisión se contempla el análisis de los factores que influyen en la vulnerabilidad de las neuronas dopaminérgicas, así como la estrecha relación entre el proceso neurodegenerativo, el neuroinflamatorio y la apoptosis ocasionada por la 6-OHDA. El conocimiento de los mecanismos involucrados en la neurodegeneración y la muerte celular en este modelo es relevante para definir posibles blancos terapéuticos para EP.
The neurotoxin 6-hydroxydopamine (6-OHDA) is widely used to induce models of Parkinson's disease (PD). We now know that the model induced by 6-OHDA does not include all PD symptoms, although it does reproduce the main cellular processes involved in PD, such as oxidative stress, neurodegeneration, neuroinflammation, and neuronal death by apoptosis. In this review we analyse the factors affecting the vulnerability of dopaminergic neurons as well as the close relationships between neuroinflammation, neurodegeneration, and apoptosis in the 6-OHDA model. Knowledge of the mechanisms involved in neurodegeneration and cell death in this model is the key to identifying potential therapeutic targets for PD.
La enfermedad de Parkinson (EP) es un trastorno cronicodegenerativo que presenta síntomas motores y no motores1. La EP afecta a gran variedad de núcleos en el sistema nervioso central, entre los que destacan el núcleo motor dorsal del vago, los núcleos del rafe, el locus coeruleus, el núcleo pedúnculo pontino, el núcleo retrorrubral, núcleo parabranquial, el área ventral tegmental (VTA) y la substancia nigra pars compacta (SNpc)2. A que la EP es multicausal, un signo indiscutible de la enfermedad es la degeneración progresiva de las neuronas dopaminérgicas de la vía nigroestriatal, la presencia de cuerpos de Lewy3 y daño generalizado de los circuitos neuronales que controlan el movimiento1.
Para evaluar el proceso neurodegenerativo se han empleado modelos animales que reproducen los principales procesos celulares de la EP, tales como el estrés oxidativo, la neurodegeneración, la neuroinflamación y la muerte celular. Entre los neurotóxicos más empleados se encuentran: a)el 1-metil-4-fenil-1,2,3,6-tetrahidropiridona (MPTP), que es convertido a 1-metil-4-fenilpiridinio (MPP+) por la monoaminooxidasa B (MAOB)4,5, y b)la 6-hidroxidopamina (6-OHDA)6,7. El MPTP atraviesa la barrera hematoencefálica (BHE)8, por lo que además del daño a la vía nigroestriatal, provoca pérdida de neuronas gabaérgicas estriatales9, de neuronas del VTA, del núcleo retrorrubral y gliosis reactiva10,11. Dado que la 6-OHDA no atraviesa la BHE es más selectiva para las neuronas dopaminérgicas de la SNpc, ha sido el fármaco más utilizado para inducir la neurodegeneración del sistema nigroestriatal.
La 6-OHDA es un análogo de la dopamina altamente oxidable que puede ser capturado a través del transportador de dopamina, lo cual da especificidad al neurotóxico para afectar a las neuronas catecolaminérgicas, tales como las neuronas dopaminérgicas de la SNpc12. Hasta la fecha se han propuesto 3 mecanismos para explicar el efecto citotóxico de la 6-OHDA. Estos mecanismos son: 1)auto-oxidación intra o extracelular de la 6-OHDA, que favorece la producción de peróxido de hidrógeno y de los radicales superóxido e hidroxilo8; 2)formación de peróxido de hidrógeno por efecto de la monoaminooxidasa13, y 3)inhibición directa del complejo i de la cadena respiratoria mitocondrial14. Estos mecanismos pueden actuar de manera independiente o de forma combinada para generar especies reactivas de oxígeno (ERO)15. El estrés oxidativo (EO) generado puede ser amplificado por el aumento de calcio libre en el citoplasma —producto de la excitotoxicidad de glutamato, o bien por la pérdida de permeabilidad de membrana mitocondrial— para conducir a la muerte celular16.
Ungerstedt demostró en 1968 que la inyección estereotáxica intracerebral de la 6-OHDA produce degeneración de la vía nigroestriatal6. Para evaluar los efectos y mecanismos neurodegenerativos de la 6-OHDA in vivo se han desarrollado 3 modelos de lesión: 1)la del haz medial del cerebro anterior17,18; 2)la lesión intranigral19,20, y 3)la lesión intraestriatal21-24. La lesión del haz medial del cerebro anterior y la lesión intranigral, aunque útiles para evidenciar los efectos inmediatos del neurotóxico, tienen la desventaja de provocar degeneración rápida y generalizada del núcleo lesionado7, por lo que resultan modelos desfavorables para estudiar los mecanismos de neurotoxicidad —y de muerte— generados por estrés oxidativo a largo plazo (21días poslesión). No obstante, el modelo de lesión intraestriatal sí provoca la pérdida progresiva de las neuronas dopaminérgicas de la SNpc, emulando al daño nigroestriatal observado en EP, por inyección intracraneal tanto unilateral25-28 como bilateral29,30.
El núcleo estriado en la rata se ha subdividido, por convención, en 2 regiones, dorsomedial y ventrolateral, las cuales reciben inervación de núcleos específicos. La región ventrolateral recibe aferencias de las áreas motora y sensoriomotora de la corteza e inervación exclusiva de la SNpc23,31. La región dorsomedial del estriado tiene una mezcla de inervación tanto de la SNpc, del VTA, del área cortical frontal y del sistema límbico23. Por ello, las lesiones con 6-OHDA que involucran a la región dorsomedial tienen efectos generales en la locomoción y la conducta de giro inducida por fármacos (como la anfetamina y la apomorfina), mientras que las lesiones que afectan a la región ventrolateral muestran efectos pronunciados en el inicio del movimiento, la orientación sensoriomotora y la conducta motora fina, los cuales son signos típicos de la EP12,23.
Kirik et al.23 establecieron en 1998 los parámetros óptimos para la lesión unilateral del estriado ventrolateral con una dosis única de 20μg, o una dosis de 6μg de 6-OHDA inyectada en cada uno de 3 sitios del estriado. Concluyeron que el efecto de la inyección intraestriatal depende del sitio de lesión y de la dosis. Observaron que la dosis única administrada en un sitio del estriado causa una reducción del 80% en la inervación estriatal y una pérdida cercana al 90% de la población dopaminérgica nigral, mientras que una dosis administrada en varios sitios del estriado genera daño en núcleos de inervación extraestriatal, como el globo pálido23.
A pesar de que el modelo de lesión intraestriatal afecta principalmente a neuronas dopaminérgicas de la SNpc, también genera disminución de neuronas dopaminérgicas en el VTA, las cuales forman la vía mesolímbica e inervan al núcleo accumbens32,33. La pérdida de neuronas dopaminérgicas en el VTA no excede el 20% de la población, y el daño no progresa con el tiempo, como lo observado en la SNpc. Por ello, la lesión intraestriatal ha sido la más empleada para evidenciar los mecanismos de neurodegeneración y muerte celular en un lapso de tiempo mayor, con la reserva de que el porcentaje de pérdida de neuronas dopaminérgicas de la SNpc y daños colaterales en VTA dependerán del sitio de la lesión y de la dosis empleada23.
Dado que el modelo de 6-OHDA no reproduce la presencia de cuerpos de Lewy34, se han establecido modelos murinos con alfa-sinucleína. Estos abordajes están basados en modelos knockout35, o en la expresión génica36 y en la inyección intracerebral de alfa-sinucleína37. Dado que esta proteína es un componente clave de los cuerpos de Lewy, estos abordajes podrían ser clave en el conocimiento de la degeneración de la vía nigroestriatal y su impacto en otros núcleos cerebrales, pero aún se requiere más investigación al respecto.
El modelo de lesión con 6-OHDA ha sido utilizado para demostrar la prueba de principio de la terapia neurotrófica (TN). La TN consiste en el envío dirigido de genes que codifican para factores neurotróficos tales como el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF)38, el factor neurotrófico derivado de la glía (GDNF)39-42, el factor neurotrófico conservado de dopamina (CDNF)43,44, entre otros, a través de nanopartículas45,46, o bien de vectores génicos de naturaleza viral o no viral2,3. El propósito de la TN evaluada en el modelo de 6-OHDA es evitar el progreso de la neurodegeneración y estimular la regeneración funcional del sistema nigroestriatal47,48. Por ello es importante continuar identificando los mecanismos de estrés oxidativo, neurodegeneración y muerte neuronal ocasionados por la 6-OHDA; este conocimiento es clave para determinar los mecanismos moleculares por los que actúan las novedosas terapias enfocadas a la EP.
DesarrolloVulnerabilidad de las neuronas dopaminérgicas a la 6-OHDALas neuronas dopaminérgicas de la SNpc son vulnerables al estrés oxidativo inducido por la 6-OHDA, debido a que poseen elevados niveles basales de especies reactivas de oxígeno (ERO), así como bajos niveles de glutatión-peroxidasa, enzima que reduce el peróxido de hidrógeno a agua evitando así el daño causado por ERO49. A su vez, la dopamina tiene alta susceptibilidad a autooxidarse y convertirse en neuromelanina, la que propicia la formación de radicales hidroxilo (OH−), que al combinarse con el hierro acumulado normalmente en altas concentraciones en las neuronas dopaminérgicas50,51 afecta su capacidad de eliminación. Sin embargo, no todas las neuronas dopaminérgicas de la SNpc son vulnerables a la toxicidad de la 6-OHDA, debido a que hay subpoblaciones de neuronas dopaminérgicas en la SNpc que expresan proteínas que unen calcio, como son la calrretinina (CR) y calbindina (CB), las cuales impiden la acumulación de calcio intracelular, evitando la consecuente excitotocidad debida al glutamato, por lo que evitan la acción citotóxica de la 6-OHDA52,53. A la fecha, se desconoce el número exacto de neuronas que constituyen estas subpoblaciones dopaminérgicas dentro de la SNpc; se sugiere que la presencia de estas subpoblaciones podría explicar la persistencia de un 10%23 de neuronas dopaminérgicas en la SNpc posterior al tratamiento con 6-OHDA, independientemente de la dosis y del sitio de inyección del neurotóxico22.
Diversos estudios in vivo han demostrado la mediación del estrés oxidativo en el efecto citotóxico de la 6-OHDA. Estudios de microdiálisis y HPLC en el núcleo caudado en ratas adultas muestran que una concentración de 100μM de 6-OHDA perfundida a través de la cánula de microdiálisis durante 60min genera un aumento en la producción de radicales libres. En estas condiciones, también se provoca daño al ADN de las neuronas dopaminérgicas de la SNpc54. En abordajes recientes, se demostró que la administración de una dosis de 6μg de 6-OHDA en el estriado dorsal de ratas incrementa en función del tiempo los niveles de oxidación de proteínas y de productos de la lipoperoxidación55. Por lo tanto, se ha propuesto que esos procesos bioquímicos originados por el estrés oxidativo mitocondrial conducen tanto a la neuroinflamación como a la muerte celular por apoptosis1.
NeuroinflamaciónEl proceso neuroinflamatorio ha sido evaluado a través de marcadores de células gliales, tales como la GFAP para astrocitos56,57 y OX-42 para microglía58,59. Se ha determinado el curso temporal de la activación de estas poblaciones gliales, por efecto del neurotóxico, a partir del día 3 posterior a la lesión22, e incluso su activación se ha observado hasta 3 semanas posterior a la lesión con 6-OHDA57. Se ha demostrado que el proceso neuroinflamatorio precede a la muerte de las neuronas dopaminérgicas nigrales (2semanas posterior a la lesión)57, probablemente como un mecanismo para contener el daño celular. Otro cuerpo de evidencia sugiere que el incremento en la activación de las células gliales, y la consecuente liberación de citosinas proinflamatorias y antiinflamatorias en el sitio de daño, podría incrementar la citotoxicidad de la 6-OHDA60. El estudio del proceso neuroinflamatorio en el modelo de 6-OHDA es de suma relevancia para definir blancos terapéuticos alternativos para la EP.
Apoptosis en la SNpcLa tirosina hidroxilasa (TH) es la enzima limitante de la síntesis de dopamina, por lo cual es uno de los marcadores de fenotipo dopaminérgico23. La noción de que la inyección de 6-OHDA causa muerte de las neuronas dopaminérgicas en la SNpc está basada en la disminución en el número de neuronas TH(+)19,61. La mayoría de los autores que emplean la 6-OHDA in vivo destacan que este neurotóxico produce muerte celular22,62-65; no obstante, un número reducido de autores no detectan indicadores de muerte celular23,66, lo que podría sugerir pérdida de fenotipo, sin embargo esto depende de la dosis y del modelo de lesión empleado.
La muerte celular ha destacado como el efecto final de la citotoxicidad debida a la 6-OHDA. Algunos estudios tratan de sustentar la activación de la apoptosis en la SNpc usando la tinción de plata, o el marcaje final con biotina-dUTP mediado por el ensayo de desoxinucleotidiltransferasa terminal (TUNEL), después de la inyección intraestriatal de 6-OHDA64,67,68. Sin embargo, estos estudios no emplean otros marcadores de apoptosis adicionales a la técnica de TUNEL para apoyar la participación de la apoptosis en el efecto de la 6-OHDA. Además, la técnica de TUNEL también reconoce las células necróticas y, por lo tanto, sus resultados no son concluyentes de la participación de la apoptosis, principalmente cuando los estudios in vitro han demostrado que la 6-OHDA causa necrosis a la dosis comúnmente usada in vivo69,70. Un estudio reciente evidenció que además de la pérdida de TH, la 6-OHDA administrada en el estriado de rata produce la pérdida de integridad del citoesqueleto en las neuronas dopaminérgicas de la SNpc22, evidenciándose con ello la participación de la muerte celular por apoptosis. Aunque la mayoría de autores coinciden en que la apoptosis es el principal tipo de muerte celular involucrado, también se ha evaluado la participación de necrosis y autofagia71-73 como procesos de muerte inducidos por la 6-OHDA in vivo. Dada la variedad de modelos experimentales no es posible aún determinar la proporción de neuronas dopaminérgicas de la SNpc afectadas por uno u otro tipo de muerte; sin embargo, la convergencia de varios tipos de muerte podría explicar la activación del proceso neuroinflamatorio, evento que debería ser explorado.
Apoptosis: caspasa-3 y cinasa de glucógeno sintasa tipo 3βLa apoptosis es un proceso de muerte celular regulado que se desencadena mediante 2 vías de señalización: la intrínseca y la extrínseca74. La vía intrínseca involucra daño mitocondrial y la consecuente liberación de citocromoC, lo cual favorece la activación de proteínas proapoptóticas. La vía extrínseca requiere la activación de receptores de muerte en la membrana celular y la posterior activación de una compleja cascada de señalización11,74. Sin embargo, aunque estas vías son independientes, convergen en la activación de las caspasas efectoras 3, 6 o 775,76.
La caspasa-3 es la principal caspasa efectora en las neuronas y su activación ha sido demostrada aplicando neurotóxicos in vitro e in vivo75,77,78. En este último caso, su presencia ha sido evidenciada una semana después de la inyección intraestriatal de 6-OHDA en ratas55,57. La mayoría de los estudios in vivo han demostrado la expresión de caspasa-3 en diferentes modelos de muerte celular, por lo que sugieren que la activación de la caspasa-3 participa en la muerte celular programada de neuronas de la SNpc78-80. Sin embargo, algunos estudios recientes no han podido confirmar la presencia de la caspasa-3 ni la caspasa-9 activas y, con base a esto, afirman que estas caspasas no están involucradas en la apoptosis de las neuronas dopaminérgicas de la SNpc81,82. Esta controversia se agudiza aún más por los recientes hallazgos que demuestran la participación de la caspasa-3 en funciones de índole no apoptótica, como la activación de la microglía83,84. Si bien la mayor parte de los autores coinciden en la participación de la caspasa-3 en la neurodegeneración inducida por la 6-OHDA, se mantiene la duda si su expresión solo conduce a muerte neuronal. Por lo tanto, ha sido necesario explorar otros marcadores del proceso apoptótico, y en este sentido ha destacado el estudio de la cinasa de glucógeno sintasa tipo 3β (GSK-3β).
La GSK-3β está implicada en la vía de señalización de la apoptosis neuronal activada por el estrés oxidativo85, un factor central en el proceso neuropatológico de la EP86. La GSK-3β se activa por fosforilación del residuo de tirosina 216 (Y216), ubicado en el dominio cinasa, y se inactiva por la fosforilación de la serina9 (S9)85. Un estudio reciente evidenció que la caspasa-3 y la GSK-3β están involucradas en el proceso apoptótico inducido por la 6-OHDA in vivo22. Se observó que una única dosis de 20μg administrada en el núcleo estriado de la rata produce pérdida de la integridad del citoesqueleto, pérdida de inmunorreactividad a TH y disminución progresiva de inmunorreactividad a NeuN (marcador de linaje neuronal) en las neuronas dopaminérgicas de la SNpc22.
Por otra parte, Kim et al.82 demostraron la atrofia y muerte progresiva de las neuronas dopaminérgicas dependiente de la translocación al núcleo del factor inductor de apoptosis (FIA), en la que no se observó activación de la caspasa-3 ni liberación de citocromoC o signos de apoptosis. Estos autores además demuestran que la muerte inducida por la 6-OHDA en las neuronas dopaminérgicas está mediada por la activación de FIA dependiente DEBax82. En este trabajo, la activación de FIA sugiere la participación de necrosis regulada. La controversia entre la muerte dependiente o independiente de caspasa-3 podría explicarse por la dosis, el modelo de estudio y el sitio de lesión empleado.
Pese a que la mayor parte de evidencia involucra la participación de la caspasa-3 en el proceso apoptótico inducido por la 6-OHDA, los estudios que contradicen este hecho dan pauta a considerar que la 6-OHDA también podría generar muerte neuronal por apoptosis (independiente de caspasa-3) u otros procesos de muerte celular (necrosis y autofagia) in vivo.
ConclusiónEl modelo de 6-OHDA reproduce varios de los procesos celulares identificados en la EP, por lo tanto es un modelo clave para explorar las bases moleculares de la citotoxicidad, así como para el estudio de los procesos celulares activados por estrés oxidativo (neuroinflamación y muerte neuronal), y en consecuencia un modelo útil para entender los mecanismos de novedosas terapias para la EP.
FinanciaciónEste trabajo fue apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) y el Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana, México, mediante la asignación de la «Cátedra CONACyT» en el proyecto No. 1840 a Daniel Hernández-Baltazar.
Conflicto de interesesLos autores hacemos constar que esta revisión no presenta conflicto de intereses.
Los autores hacemos constar que esta revisión o parte de la misma no ha sido presentada en la Reunión Anual de la SEN o en otras reuniones o congresos.