La ansiedad tiene efectos negativos sobre el rendimiento cognitivo y el ajuste psicosocial de las personas mayores. Dada la elevada prevalencia de los síntomas de ansiedad en personas con deterioro cognitivo, se ha indicado que podrían ser un marcador precoz de demencia. Una de las pruebas más utilizadas para valorar el nivel de ansiedad en personas mayores es el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI). No obstante, en la medida en que puede resultar una escala larga para los mayores, sería deseable contar con una versión abreviada de la misma.
MétodosSe reclutó una muestra de 489 participantes mayores de 68 años cognitivamente sanos, todos ellos eran voluntarios en un proyecto de investigación longitudinal sobre la enfermedad de Alzheimer (Proyecto Vallecas). La muestra se subdividió en 2 grupos homogéneos: el grupo A se utilizó para reducir el número de ítems y de opciones de respuesta, y el grupo B para obtener las propiedades psicométricas de la nueva escala reducida (STAIr).
ResultadosSe empleó el modelo de Rasch dicotómico para obtener el STAIr. Las variables sociodemográficas no mostraron asociación con las puntuaciones de la nueva versión. Se estudiaron las propiedades psicométricas y se hallaron los datos normativos del STAIr.
ConclusionesLa nueva versión STAIr se compone de 13 ítems y presenta una adecuada bondad psicométrica. En la medida en que es una escala rápida y sencilla para las personas mayores, su aplicación resulta útil en los contextos clínico e investigador.
Anxiety has negative effects on the cognitive performance and psychosocial adjustment of elderly people. Given the high prevalence of anxiety symptoms in patients suffering from cognitive impairment, it has been suggested that these symptoms may be an early marker of dementia. The State-Trait Anxiety Inventory (STAI) is one of the most widely-used scales for evaluating anxiety in elderly people. However, inasmuch as the STAI may be difficult to apply to older people, having a short form of it would be desirable.
MethodsThe participants comprised 489 community-dwelling individuals aged 68 years and over. All of them were volunteers in a longitudinal study for early detection of Alzheimer’ Disease (Proyecto Vallecas). The full sample was divided in two homogeneous subgroups: Group A, used to reduce the number of items and response options, and Group B, the group used to determine the psychometric properties of the new short form (STAIr).
ResultsA dichotomous Rasch model was used to obtain the STAIr. No statistically significant differences for STAIr scores were found with respect to sociodemographic variables. Psychometric properties and normative data were obtained for the new short version.
ConclusionsThe STAIr is composed of 13 items and data fits the model well. Since it is short and easy to apply to elderly people, STAIr will be very useful in clinical and research settings.
La ansiedad es un estado de agitación e inquietud reactivo a una situación concreta. Se trata de una emoción, por lo general displacentera, que se manifiesta en mayor o menor medida a través de un triple sistema de respuesta —cognitivo, fisiológico y conductual— y que puede ser suscitada tanto por estímulos ambientales como por estímulos internos al sujeto (pensamientos, imágenes mentales, etc.) cuando son percibidos como peligrosos o amenazantes.
Los trastornos de ansiedad constituyen uno de los problemas psicopatológicos con mayor prevalencia en todo el mundo. Según el estudio europeo ESEMeD, el 13,6% de la población habría presentado algún trastorno de ansiedad a lo largo de su vida y el 6,4% durante el último año1. Así mismo, la revisión sistemática de 27 estudios epidemiológicos llevados a cabo en Europa encontró una prevalencia para los trastornos de ansiedad del 12%2, similar a la hallada en el estudio ESEMeD. En nuestro país, se ha estimado que la prevalencia para los trastornos de ansiedad a lo largo de la vida es del 9,4%, con un riesgo del 6,2% de presentar una crisis de ansiedad en el último año3.
Con respecto a la población mayor, los trastornos de ansiedad también constituyen uno de los diagnósticos psiquiátricos más comunes entre la población anciana4, con tasas de prevalencia que oscilan entre el 15 y el 52% para los síntomas de ansiedad, y el 3 y el 15% cuando se trata de trastornos clínicos de ansiedad tipificados en las guías diagnósticas5. Estudios con muestras clínicas han estimado que la frecuencia de presentación de los síntomas de ansiedad en personas que presentan deterioro cognitivo leve es del 24%6 y del 27% al 40% en personas con demencia7.
Es importante prestar especial atención a la presencia de síntomas de ansiedad en las personas mayores en la medida en que pueden tener implicaciones negativas para su adecuado ajuste psicosocial. Los mayores con síntomas de ansiedad tienden a mostrar un menor nivel de autonomía, mayor pérdida de agudeza visual y auditiva, rasgos de personalidad neuróticos, bajo nivel de salud percibida, menoscabo en su calidad de vida, mayor utilización de los servicios sanitarios, e incremento del riesgo de mortalidad8–12. Así mismo, existe una estrecha relación entre ansiedad y rendimiento cognitivo en personas mayores cognitivamente sanas13. Los niveles elevados de ansiedad se han asociado de forma inversamente proporcional con el rendimiento en tareas de memoria episódica14,15, velocidad de procesamiento16, atención selectiva17 y funciones ejecutivas18,19. Además, se ha observado mayor sintomatología ansiosa en pacientes con deterioro cognitivo frente a sujetos cognitivamente sanos20–22. En este contexto, algunos autores han subrayado el papel de la ansiedad como marcador precoz de deterioro cognitivo23, así como predictor de conversión de deterioro cognitivo leve a demencia22,24,25. A su vez, el empeoramiento en el rendimiento cognitivo se relaciona con un peor pronóstico y resistencia al tratamiento de la ansiedad en personas mayores26.
Entre los cuestionarios más conocidos para la evaluación de la ansiedad puede destacarse el Inventario de Ansiedad de Beck27, la Escala de Ansiedad Manifiesta de Taylor28, el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad29 o el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI)30. Este último cuestionario se ha convertido en el test más utilizado por los psicólogos españoles para valorar ansiedad31. Se trata de un instrumento de medida fundamentado en un modelo teórico de dos componentes: ansiedad estado y ansiedad rasgo. La ansiedad estado es una condición emocional transitoria, que se caracteriza por sentimientos subjetivos conscientemente percibidos de tensión y aprensión, así como por una hiperactividad del sistema nervioso autónomo. Por su parte, la ansiedad rasgo refleja un atributo de personalidad relativamente estable por el que los sujetos tienden a percibir las situaciones como amenazantes, elevando consecuentemente su nivel de ansiedad. Ambos componentes se evalúan a través de dos subescalas autoaplicadas de 20 ítems cada una.
Entre la población mayor, el STAI es una de las escalas preferidas para valorar ansiedad por 2 motivos. En primer lugar, porque sus ítems evalúan casi de forma exclusiva el componente cognitivo de la ansiedad, eliminando las preguntas relacionadas con los síntomas fisiológicos. Estas preguntas siempre resultan difíciles de interpretar para las personas mayores debido a su carácter impreciso y a que pueden confundirse con los efectos secundarios de algunos medicamentos habituales32. Y, en segundo lugar, porque se trata de un instrumento con una extraordinaria sensibilidad para la detección de diferentes trastornos mentales en ancianos33. Debido a estas razones, el STAI se ha validado de forma específica en personas mayores32,34 y se han estudiado sus propiedades psicométricas en este grupo de población35. En nuestro país, pese a que existe una reciente validación en adultos jóvenes36, no se dispone de datos normativos adaptados a personas mayores.
El objetivo del presente trabajo es proporcionar un instrumento de evaluación que detecte de manera sensible la presencia de síntomas de ansiedad en las personas mayores. En este contexto, se recurrirá al marco general de la teoría de respuesta al ítem (TRI), que ha demostrado su superioridad frente a otras técnicas psicométricas para la reducción de ítems y se ha utilizado con anterioridad en otros test con excelentes resultados37. Por tanto, ambas subescalas del STAI se analizarán a partir de los supuestos de la TRI, con el fin de seleccionar los ítems más discriminativos dentro del continuo de ansiedad. Además, con objeto de minimizar la dificultad que con frecuencia encuentran las personas mayores para responder a ítems politómicos, se reducirán las 4 opciones de respuesta originales a solo 2 para confeccionar la nueva versión reducida (STAIr). De este modo, se obtendrá un inventario breve, rápido de aplicar y de sencilla cumplimentación para las personas mayores. Por último, se estudiarán las propiedades psicométricas de esta nueva versión y se proporcionarán los datos normativos para su aplicación en contextos clínicos e investigadores.
Sujetos y métodosMuestraSe obtuvo de forma consecutiva una muestra de 489 sujetos mayores de 69 años cognitivamente sanos (edad=74,35±4,10; años de escolaridad=10,71±6,24; 62,09% mujeres), que participaron voluntariamente en un proyecto longitudinal de investigación puesto en marcha por la Fundación Centro de Investigación en Enfermedades Neurológicas-Fundación Reina Sofía para la detección precoz de la enfermedad de Alzheimer (Proyecto Vallecas). A todos los participantes se les administró un minucioso protocolo de evaluación consistente en una valoración neurológica, una exploración neuropsicológica que incluía, entre otras, pruebas el Mini Mental State Examination (MMSE)38, un análisis bioquímico y genético, y una prueba de neuroimagen. Para la evaluación específica de los síntomas de ansiedad se utilizó el STAI. Todos los participantes con demencia degenerativa primaria, sintomatología psiquiátrica, accidente cerebrovascular, traumatismo craneoencefálico, encefalitis, hidrocefalia normotensiva, antecedentes neuroquirúrgicos, enfermedades sistémicas o historial de abuso de drogas fueron excluidos del estudio. La lengua materna de todos los participantes era el español.
Atendiendo a los requerimientos del estudio, la muestra se dividió en 2 grupos de 400 y 89 participantes, respectivamente. El primer grupo (grupo A) fue utilizado para aplicar la metodología de la TRI sobre ambas subescalas del STAI y obtener así la nueva versión reducida. Por su parte, una vez confirmada la homogeneidad entre las 2 submuestras, se empleó al segundo grupo de sujetos (grupo B) para comparar ambas versiones y obtener las propiedades psicométricas del STAIr.
Material y procedimientoSe recogió la información sociodemográfica y clínica de todos los participantes por medio de una entrevista estructurada. El protocolo de evaluación neuropsicológica, entre el que se incluía el STAI, se aplicó en una única sesión de evaluación de aproximadamente una hora de duración, manteniendo unas condiciones similares para todos los sujetos. Durante la realización de las pruebas de evaluación se informó a los participantes de la posibilidad de hacer un descanso para evitar el efecto de la fatiga sobre su rendimiento cognitivo. En todos los casos, el cuestionario fue cumplimentado en presencia de un psicólogo para resolver las posibles dudas de los participantes.
El STAI se aplicó a todos los participantes siguiendo las instrucciones del manual del test39. La prueba se compone de 2 subescalas (ansiedad rasgo y ansiedad estado) de 20 ítems cada una, algunos de ellos redactados de forma inversa. Cada ítem tiene 4 opciones de respuesta desde 0 (nada/casi nunca) hasta 3 (mucho/casi siempre). Las puntuaciones totales de cada subescala se obtienen sumando los valores de los ítems individuales, teniendo en cuenta las pertinentes inversiones de los ítems negativos. Por tanto, el rango de puntuación de ambas subescalas oscila entre 0 y 60 puntos, de forma que las puntuaciones elevadas reflejan mayor ansiedad. Las respuestas de todos los participantes se recogieron en las hojas de anotación para su posterior codificación y análisis estadístico.
Análisis estadísticoEn primer lugar, se estudió la estructura dimensional de ambas subescalas del STAI. Para ello se llevó a cabo un análisis factorial exploratorio a partir de las correlaciones policóricas entre los ítems con el software MicroFACT 2.040. La extracción de factores se realizó a través del método de ejes principales y rotación PROMAX.
Una vez confirmada la estructura unidimensional de ambas subescalas, se procedió a dicotomizar los ítems politómicos originales para facilitar a las personas mayores la cumplimentación de la nueva escala STAIr. Tras un estudio preliminar para decidir la mejor alternativa de recodificación de ítems, se optó por dicotomizar las 4 opciones de respuesta originales (3, 2, 1, 0) en 2 nuevas sin forzar la naturaleza ordinal de los ítems (1, 0), colapsando así las alternativas 3 y 2 en 1 y las opciones 0 y 1 en 0 de la siguiente forma: 3, 2, 1, 0 → 1, 1, 0, 0. Se utilizó el software ConQuest41 para estudiar el ajuste de los ítems al modelo de Rasch dicotómico. Se utilizaron los estadísticos Infit y Outfit para determinar el grado de ajuste de los datos al modelo, tomando como criterio de decisión el intervalo [–2,+2]. El proceso de eliminación de ítems se llevó a cabo en varias etapas, atendiendo a los resultados obtenidos por los estadísticos de ajuste.
Finalmente, con objeto de estudiar las características psicométricas de la nueva versión reducida en una nueva muestra de sujetos cognitivamente sanos, se utilizó el paquete estadístico de distribución libre R 2.1542. Se analizó la posible existencia de diferencias estadísticamente significativas entre los 2 grupos con respecto a las variables sociodemográficas y neuropsicológicas (MMSE y STAI). Para ello, dada la disparidad entre los tamaños de ambos grupos, se utilizaron test no paramétricos —estadístico χ2 para variables dicotómicas y pruebas U de Mann-Whitney y Kruskal-Wallis para la comparación de 2 o más grupos, respectivamente. Se estudió la correlación entre el STAI y el STAIr, y se determinó la fiabilidad de la nueva escala por medio del coeficiente lambda 4 de Guttman (λ4). Finalmente, se obtuvieron los datos normativos asignando las puntuaciones directas a rangos de percentiles en función del lugar que ocupaban en la distribución. Dichos rangos de percentiles se transformaron posteriormente en puntuaciones escalares con el fin de que los datos se ajustasen lo máximo posible a una distribución normal y poder comparar adecuadamente a los sujetos. Se obtuvo la puntuación correspondiente a 1,5 desviaciones típicas por encima de la media, utilizada habitualmente en ciencias de la salud para establecer puntos de corte43, con el propósito de identificar puntuaciones de ansiedad estado y de ansiedad rasgo susceptibles de ser diagnosticadas como ansiedad elevada.
ResultadosLa tabla 1 muestra las características de la muestra utilizada en el presente estudio. El grupo A fue empleado para llevar a cabo la reducción de ítems y categorías de respuesta del STAI. Por su parte, el grupo B permitió validar la nueva escala STAIr y obtener sus datos normativos. No se encontraron diferencias significativas entre ambos grupos con respecto a edad, sexo y años de escolaridad. Así mismo, tampoco se apreciaron diferencias estadísticamente significativas con respecto a la puntuación en el MMSE y en ambas subescalas del STAI. Estos resultados garantizaron la homogeneidad de los grupos.
Características sociodemográficas de los grupos A y B que componen la muestra
Grupo A(n=400) | Grupo B(n=89) | Estadístico de contraste | Sig. | |
---|---|---|---|---|
Edad | 74,27±4,03 | 74,71±4,41 | W=17.122,5 | p=0,491 |
Sexo | 62,31% mujeres | 61,11% mujeres | χ2=0,01 | p=0,927 |
Años de escolaridad | 10,76±6,31 | 10,5±5,94 | W=17.830 | p=0,891 |
MMSE | 28,78±1,33 | 28,59±1,16 | W=20.307 | p=0,162 |
STAI estado | 13,30±9,15 | 14,77±7,66 | W=15.323 | p=0,117 |
STAI rasgo | 16,60±9,79 | 17,2±8,14 | W=16.512 | p=0,247 |
MMSE: Mini Mental State Examination; STAI: State Trait Anxiety Inventory.
Dada la elevada correlación encontrada entre los 3 factores identificados en el análisis factorial exploratorio (r=0,68), se consideró que todos los ítems se movían bajo un mismo concepto unidimensional de ansiedad. Por tanto, no fue necesario eliminar ningún ítem antes de aplicar los supuestos de la TRI sobre las subescalas del STAI.
Se aplicó el modelo de Rasch dicotómico sobre la nueva codificación de ítems (1, 0). La subescala STAI estado requirió 2 etapas consecutivas de análisis. Solo 6 ítems evidenciaron un ajuste al modelo de forma que la nueva escala STAIr estado quedó compuesta por los ítems 1, 5, 8, 12, 18 y 19 (χ2(5)=370,59; p<0,001). De estos, los ítems 1, 5, 8 y 19 son inversos, por lo que una puntuación directa de 1 en cualquiera de ellos debe transformarse en 0 a la hora de corregir la escala. En el caso del STAI rasgo, se llevaron a cabo 4 etapas progresivas de eliminación de ítems. Únicamente 7 se ajustaron de manera apropiada al modelo Rasch dicotómico en la cuarta etapa, conformando así la nueva escala STAIr rasgo: ítems 27, 29, 30, 31, 32, 33 y 38 (χ2(6)=506,39; p<0,001). En este caso, debe tenerse en cuenta para la corrección de la escala que los ítems 27, 30 y 33 son inversos y, por tanto, requieren transformación.
La figura 1 muestra el mapa de Wright de las 2 escalas del STAIr. En ambos casos se puede observar de manera gráfica que todos los ítems están suficientemente separados y cubren todo el continuo de ansiedad. Así mismo, los coeficientes de separabilidad de los parámetros, cuya cuantía es de 0,990 para las 2 escalas (el intervalo válido para este coeficiente es 0,1), evidencian un buen ajuste de los ítems.
Una vez obtenidas las versiones reducidas del STAI, se procedió a estudiar sus propiedades en el grupo B. Los resultados mostraron una adecuada correlación entre el STAI y el STAIr, tanto para la subescala ansiedad estado (r=0,81) como para la de ansiedad rasgo (r=0,80). Por su parte, los coeficientes de fiabilidad para el STAI estado (λ4=0,86) y el STAI rasgo (λ4=0,81) evidenciaron mejores resultados que para las versiones reducidas (λ4=0,58 y λ4=0,60, respectivamente).
A continuación, se estudió la potencial influencia de las variables sociodemográficas sobre ambas versiones reducidas dada su importancia para obtener los datos normativos de la prueba. Los resultados no revelaron diferencias significativas en el STAIr estado con respecto a los grupos de edad (Kruskal-Wallis χ2(2)=2,75; p=0,253), sexo (W=2,75; p=0,050) y nivel educativo (Kruskal-Wallis χ2(2)=1,51; p=0,471). Así mismo, tampoco se evidenciaron diferencias en el STAIr rasgo en relación con la edad (Kruskal-Wallis χ2(2)=0,05; p=0,975), sexo (W=963; p=0,762) o nivel educativo (Kruskal-Wallis χ2(2)=0,61; p=0,738). Por tanto, no se consideró ninguna de estas variables para estratificar los datos normativos del STAIr. En la tabla 2 se puede apreciar la equivalencia de las puntuaciones directas en ambas subescalas con los percentiles y sus correspondientes puntuaciones escalares. Como puntos de corte para el STAIr estado y el STAIr rasgo, se estimaron puntuaciones directas iguales o superiores a 3 y a 4, respectivamente.
Distribución y puntos de corte para el STAIr estado y el STAIr rasgo
Pc | PD STAIr estado | PD STAIr rasgo | PE |
---|---|---|---|
< 1 | 0 | 0 | 2 |
1 | 3 | ||
2-3 | 4 | ||
4-6 | 5 | ||
7-12 | 6 | ||
13-20 | 1 | 7 | |
21-30 | 8 | ||
31-43 | 1 | 9 | |
44-56 | 2 | 10 | |
57-69 | 11 | ||
70-79 | 2 | 3 | 12 |
80-87 | 13 | ||
88-93 | 3 | 4 | 14 |
94-96 | 5 | 15 | |
97-98 | 4 | 16 | |
99 | 5 | 6-7 | 17 |
> 99 | 6 | 18 |
Los datos en negrita corresponden a puntuaciones susceptibles de elevada ansiedad (punto de corte 3-6 para ansiedad estado y 4-7 para ansiedad rasgo).
Pc: percentil; PD: puntuación directa; PE: puntuación escalar.
Los síntomas de ansiedad tienen una elevada prevalencia durante el envejecimiento. La presencia de tales síntomas se ha asociado en múltiples ocasiones con un decremento de la velocidad de procesamiento de la información16 y del rendimiento cognitivo13,15,17,19 en personas mayores cognitivamente sanas. Así mismo, se ha observado un incremento del nivel de ansiedad en pacientes diagnosticados de deterioro cognitivo al compararlos con sujetos cognitivamente sanos22, lo que ha llevado a considerar la ansiedad como potencial marcador de deterioro cognitivo23 e incluso como predictor de conversión a demencia22,24,25. Por todas estas razones, la evaluación del nivel ansiedad en las consultas de deterioro cognitivo puede tener un especial interés para el diagnóstico y el pronóstico de cada caso.
El STAI es una escala muy utilizada a nivel internacional para evaluar síntomas de ansiedad. No obstante, en la medida en que puede resultar una prueba larga y difícil de completar en determinados contextos clínicos, algunos investigadores han demostrado una especial preocupación por obtener versiones reducidas del STAI. Así, se han propuesto diferentes versiones para medir los niveles de ansiedad en mujeres embarazadas44, pacientes de una unidad de ventilación asistida45 o personas que van a someterse a cirugía con anestesia general46. Todas estas versiones se han obtenido utilizando diferentes técnicas estadísticas47, entre las que se incluye la TRI46.
En la evaluación de las personas mayores, el uso de escalas subjetivas compuestas por ítems politómicos como los del STAI tiene el inconveniente de que puede introducir una enorme confusión en la abstracción del propio ítem (en muchos casos los sujetos no comprenden qué se les pide), así como una cuantiosa incertidumbre en la calibración de la respuesta (no saben qué opción elegir porque tienen dificultad para entender la composición de una escala de respuesta ordinal). Por el contrario, los ítems dicotómicos funcionan mucho mejor en este grupo de población, reduciendo la confusión e incertidumbre en las respuestas48. El propósito del presente trabajo ha sido obtener un instrumento breve y de rápida aplicación que permita evaluar la presencia de síntomas de ansiedad en personas mayores. Para ello, se administró el STAI a una muestra de sujetos mayores cognitivamente sanos y se aplicaron los supuestos de la TRI sobre los ítems de ambas escalas del STAI.
Los análisis psicométricos determinaron la estructura de las nuevas versiones STAIr estado y STAIr rasgo, formadas, respectivamente, por 6 y 7 ítems dicotómicos. El análisis bivariado mostró que las puntuaciones del STAIr no estaban condicionadas por la edad, el sexo o el nivel educativo de los participantes. Estos resultados reflejan una menor influencia de las variables sociodemográficas sobre los niveles de ansiedad de las personas mayores, medidos a través de las nuevas versiones del STAI. No obstante, esta hipótesis habría que tomarla con cautela, ya que sería necesario llevar a cabo más estudios al respecto para demostrar su validez.
Así mismo, entre los resultados también resulta llamativa la disparidad entre las puntuaciones de ansiedad que obtiene nuestra muestra en relación con los resultados obtenidos por otros estudios con adultos jóvenes36. La interpretación de este resultado podría matizarse atendiendo a que las personas mayores tienden a mostrar una imagen de sí mismas como socialmente deseable, de forma que puntúan más alto en las escalas de deseabilidad social49,50. Debido a este efecto, los mayores podrían proporcionar respuestas por debajo de su nivel real de ansiedad.
Con respecto a la pérdida de fiabilidad en las versiones del STAIr en relación con la prueba original, debe tenerse en cuenta que una reducción de ítems lleva asociado un descenso en la fiabilidad de las puntuaciones de cualquier escala51. Así mismo, la reducción del número de opciones de respuesta también presenta el problema añadido del descenso en la variancia de las puntuaciones totales de la escala, lo que conduce a un decremento en el índice de fiabilidad52. Ambos factores justificarían la pérdida de fiabilidad del STAIr. No obstante, dado que los índices de fiabilidad del STAIr tienen un tamaño moderado y que ambas versiones reducidas correlacionan de forma elevada con sus respectivas versiones originales, puede afirmarse que el nuevo STAIr cuenta con unas propiedades psicométricas aceptables.
En resumen, dada la implicación negativa que tienen los síntomas de ansiedad sobre el ajuste psicosocial y el rendimiento cognitivo de las personas mayores, no es extraño que se haya afirmado en repetidas ocasiones su papel como marcador precoz de deterioro cognitivo y de predictor de conversión a demencia. Por tanto, pese a que habitualmente se suele omitir la valoración de la ansiedad en los contextos clínico e investigador, sería deseable el empleo de instrumentos de evaluación que permitan graduar el nivel de ansiedad de los sujetos mayores, especialmente en el campo del deterioro cognitivo. En el presente trabajo, se ha llevado a cabo una reducción de una de las escalas más utilizadas internacionalmente para medir ansiedad, el STAI. El resultado final muestra una nueva versión, el STAIr, con unas adecuadas propiedades psicométricas, que resulta rápida y sencilla de aplicar a personas mayores.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.