La existencia de sesgos en la edición científica está en la literatura y es una percepción de muchos autores. Se entiende por sesgos de edición, el sesgo de publicación, que se refiere a aquellas situaciones en las que los resultados influyen en la decisión de la aceptación, y el sesgo editorial, que se refiere a aquellas situaciones que influyen en la decisión de la aceptación de un manuscrito y que están relacionadas con los autores, bien por su origen bien por sus características o por su entorno.
DesarrolloSe realiza un análisis de la situación de los sesgos editoriales, como los que se desprenden de aceptar en mayor grado artículos con resultados positivos frente a los negativos por el hecho de serlo, o el grado de significación estadística de los mismos,así como el denominado sesgo de la latencia de la publicación, cuando los artículos con resultados positivos se publican antes que aquellos con resultados negativos. Dentro del sesgo editorial, se analiza la influencia del país o el continente de donde procede el artículo, el centro académico de procedencia, haber publicado previamente en la revista, la pertenencia a grandes grupos cooperativos o el idioma materno de los autores, y su influencia en la aceptación. Se analiza específicamente los sesgos producidos en la trayectoria editorial en la publicación de ensayos clínicos financiados.
ConclusionesLa existencia de sesgos en la edición es innegable, tanto de la publicación como editoriales, y desde un punto de vista ideológico sería preferible que no existieran. El autor, cuando remite su manuscrito, debe analizar si el mismo va a tener un trato de equidad o no, y actuar en consecuencia.
Many authors believe that there are biases in scientific publications. Editorial biases include publication bias; which refers to those situations where the results influence the editor's decision, and editorial bias refers to those situations where factors related with authors or their environment influence the decision.
DevelopmentThis paper includes an analysis of the situation of editorial biases. One bias is where mainly articles with positive results are accepted, as opposed to those with negative results. Another is latent bias, where positive results are published before those with negative results. In order to examine editorial bias, this paper analyses the influence of where the article originated; the country or continent, academic centre of origin, belonging to cooperative groups, and the maternal language of the authors. The article analyses biases in the editorial process in the publication of funded clinical trials.
ConclusionsEditorial biases exists. Authors, when submitting their manuscript, should analyse different journals and decide where their article will receive adequate treatment.
Existe el convencimiento en muchos autores de que la aceptabilidad de sus artículos por revistas indexadas se basa en parámetros no relacionados con la calidad ni la innovación. La potencial existencia de sesgos en la edición científica está presente en la literatura1,2, a pesar que algunos artículos de las grandes revistas relevantes no parecen demostrarlo3,4. Sin embargo, que una revista se analice a si misma para ver si presenta sesgos en sus decisiones de aceptación, ya por sí es una análisis sesgado, especialmente teniendo en cuenta la posición de sus editores, muy preocupados por cuestiones como la independencia editorial5 o las conductas inapropiadas de los autores6,7 y no tanto por una evaluación crítica de las mismas8. Aunque en muchas ocasiones se atribuye a las consecuencias del proceso de revisión externa que algunos artículos no sean aceptados9, es indudable que existen otros factores relacionados con la propia edición que discutiremos en este artículo desde la posición del actual equipo de gestión de Neurología y que son independientes de la política editorial de la revista, que aunque condiciona la aceptabilidad no puede ser considerada en si como un sesgo10–12.
Tipos de sesgos en la edición científicaAunque no existe en la literatura una clara definición del sesgo de la edición, es posible identificar varios tipos, e incluso de ellos presentan varias denominaciones. El sesgo de publicación se refiere a aquellas situaciones en las que los resultados influyen en la decisión de la aceptación13,14. Aceptar en mayor grado artículos con resultados positivos frente a los negativos15–17 por el hecho de serlo, o el grado de significación estadística de los mismos18, supone una anomalía en la decisión. Dentro de este sesgo existe el denominado sesgo de la latencia de la publicación, cuando los artículos con resultados positivos se publican antes que aquellos con resultados negativos. Es indudable que la rapidez en la publicación tiene un efecto no solo en la citación, sino en la propia difusión19. Relacionado con el sesgo de publicación, algunos autores han descrito el sesgo de la diseminación, que representa que el impacto de un determinado resultado supone un mayor conocimiento y difusión de la investigación20. Aunque no es estrictamente un sesgo de publicación, tiene, obviamente, aspectos comunes, porque los resultados positivos difunden mejor que los negativos21.
El sesgo editorial se refiere a aquellas situaciones que influyen en la decisión de la aceptación de un manuscrito y que están relacionadas con los autores, bien por su origen bien por sus características o por su entorno. El país o el continente22 de donde procede el artículo23–29, el centro académico de procedencia30, haber publicado previamente en la revista, la pertenencia a grandes grupos cooperativos31 o el idioma materno de los autores influyen en la aceptación32. La utilización de modelos de evaluación abierta favorece estos sesgos, especialmente en lo que se refiere a lugar de procedencia y pertenencia a centros académicos de prestigio33. Existe suficiente literatura que muestra cómo los autores corporativos tienen mayor facilidad para publicar sus artículos que los autores aislados. Los estudios financiados por empresas comerciales parecen tener un mayor índice de publicación34,35 frente a los no financiados36,37. Varias razones han justificado el sesgo editorial, como el corporativismo de determinados grupos o países, el idioma o la composición de los comités editoriales, ya que favorecen el sesgo38–41, ya que la mayoría pertenecen a muy pocos países.
Aunque nadie pone en duda que estos dos sesgos son un problema científico importante42,43, ya que conlleva a un análisis erróneo de la literatura y por lo tanto de la evidencia44,45, no es fácil de abordar y tiene consecuencias innegables sobre una parte importante de la patología, puesto que las enfermedades relacionadas con problemas de los países del tercer mundo se publican menos46.
Idioma y sesgos en la ediciónEl idioma tiene un papel restrictivo en la producción científica tanto en la producción, como en la publicación y difusión. Las revistas que no se editan en inglés tienen un factor de impacto en general más bajo, por lo que son menos valoradas incluso en aquellos países de donde es originario el idioma, lo que en si es una contradicción. La investigación de países que no tienen el inglés como idioma materno tiene menos impacto47–51. Sin embargo, no es solo una cuestión de visibilidad del lenguaje, ya que aunque es cierto que no es fácil para las revistas que no se publican en inglés captar citaciones de publicaciones anglosajonas52, tampoco se accede a estas citaciones al adoptar el inglés como idioma de una revista española53–55, o, por ejemplo, latinoamericanas56, ya que los autores y lectores anglosajones tampoco las leen y por tanto no las citan. Así, la razón de que las revistas en español tengan menos capacidad de tener un impacto elevado no es probablemente debido al idioma en si, sino que no están incluidas en las redes de autorías.
Al ser el idioma materno del autor una forma de sesgo editorial, es más difícil que sus artículos en su idioma entren en las redes de citación. Ese sesgo está complementado por otras dificultades. Así, las bases de datos favorecen las publicaciones en inglés57, no solo por el número sino por la facilidad de acceso. Existen ejemplos de publicaciones anglosajonas que han estado indexadas antes de aparecer el primer número, lo que es impensable en una revista que aparece en otro idioma. Pero un aspecto muy importante es la no inclusión de artículos que no se publican en inglés en las revisiones sistemáticas, a pesar de estar indexados. El idioma es un sesgo de muchos metanalisis58–61. Un reciente artículo de la Cochrane Database of Systematic Reviews ha mostrado que solo un 52% de los metanalisis publicados en la literatura incluyen artículos indexados que no se han publicado en inglés. Aunque en este artículo se señala que el papel de estos artículos es bajo en el total de los metanalisis, llama la atención que su inclusión o exclusión modifica el grado de beneficio obtenido y que por tanto señala que puede ser motivo del resultado. Por ello parece recomendable que en los metanalisis deberían incorporarse los artículos de los idiomas relevantes; y, en todo caso, su exclusión supone un sesgo editorial, ya que no es un número tan bajo, dado que en Neurología suponen un 22,2% pero en Psiquiatría son un 35%62–64.
Sesgo de edición y ensayos clínicosAunque los sesgos de la edición afectan a todo el campo de la ciencias, donde mayor discusión han tenido es en relación con los ensayos clinicos65, especialmente aquellos que tienen el soporte de la industria o pueden tener repercusiones en el mercado farmacéutico66. El debate tiene, sin duda, unos condicionantes ideológicos, más que puramente editoriales, pero se desprende de que aquellos ensayos promovidos por la industria farmacéutica se publican con mayor facilidad o con un menor tiempo de latencia que otras investigaciones. Sin duda, las publicaciones de estos ensayos tienen unas características especiales67.En primer término, existe una mayor probabilidad de autoría-fantasma, término que describe a profesionales que han formado parte del desarrollo del manuscrito pero que no lo firman68–76. Aunque ello se ha considerado como un anomalía de autoría, también es cierto que, utilizando los criterios estrictos de autoría del Grupo de Vancouver, estos autores no deberían formar parte de los firmantes, dado que no actúan en todo el proceso de realización del artículo77,78, de forma que esta crítica no es tan real. La segunda crítica se refiere a que en este tipo de ensayos los editores aceptan secuelas o artículos troceados, en lo que se ha denominado artículos-salami79, que se refiere a artículos con metodología común que supone un mayor número de publicaciones, sin que en si haya diferencias suficientes para ello, o incluso artículos redudantes80–83. En segundo término, los ensayos clínicos suelen tener un proceso de revisión visible, ya que, aunque sea ciego, los expertos conocen previamente la existencia del estudio y sus investigadores principales84. La revisión externa no ciega tiene connotaciones específicas que la diferencia de la ciega85,86. Por último, existe un amplia competencia entre las revistas en la publicación de estos ensayos, lo que sin duda favorece el sesgo.
La cuestión es, sin embargo, si debido al sesgo de edición resultados favorables poco relevantes aparecen en la literatura como más trascendentes de lo que son87–90, o se disminuye el impacto de los efectos adversos91 debido al sesgo editorial. Esta discusión es más académica que real, porque presume que el lector y el investigador no son capaces de discriminar los datos de las publicaciones y que, aunque les presenten un volumen mayor de información, no la sitúan en su lugar. El volumen de correspondencia que sigue a la publicación de un ensayo clínico probablemente desmiente esa posición. Se trata, por tanto, de un debate en que desde lobbies editoriales olvidan que el lector de una publicación médica tiene elementos de crítica suficientes para situar los resultados en su lugar y que el debate científico supera a las propias publicaciones. El ensayo clínico cooperativo financiado por la industria no es comparable por su complejidad a otros estudios y, por tanto, tiene connotaciones positivas y negativas, y la comparación no es posible.
ConclusionesLa existencia de sesgos en la edición es innegable, tanto de la publicación como editoriales, y desde un punto de vista ideológico sería preferible que no existieran, pero la cuestión es si son relevantes, si son evitables y si condicionan cambios en la opinión científica. El equipo de gestión de Neurología aboga por la equidad y por tanto debe tratar de reducirlos en la medida de lo posible. Sesgos editoriales como los relativos al idioma materno o al país de origen del manuscrito deberían ser evitados, pero las publicaciones que discuten en mayor medida los sesgos de la edición son aquellas que probablemente hacen menos por evitarlos. El autor, cuando remite su manuscrito, debe analizar si el mismo va a tener un trato de equidad o no, y actuar en consecuencia.