Sr. Editor:
Resulta llamativo el hecho de que desde algunos ámbitos, como las publicaciones neurológicas editadas en España, se defienda el interés y la necesidad de publicar en español frente al inglés1–3, que se ha constituido en la lingua franca hegemónica en el campo científico, especialmente en el ámbito de las ciencias naturales y biomédicas4.
Para determinar el peso y la importancia del español en la producción científica general de las instituciones españolas y en particular en el área de la neurología clínica, así como la posible incidencia de la publicación en español en relación con el grado de citación, se ha realizado un estudio de la presencia de este idioma en el Science Citation Index-Expanded (SCI-Expanded) y de la evolución del factor de impacto de las revistas biomédicas españolas, que se enmarca dentro de una línea de investigación más amplia que trata de caracterizar el papel de las lenguas no anglófonas en las diferentes áreas del conocimiento, así como la incidencia de determinadas estrategias editoriales de carácter lingüístico, como traducir al inglés los artículos publicados en otros idiomas.
El análisis de la evolución diacrónica de las publicaciones (artículos, cartas, revisiones y editoriales) en las que se incluye alguna filiación institucional española en SCI-Expanded entre 1979 y 2007 (fig. 1) revela una reducción drástica para la lengua de Cervantes, ya que se constata su continuo retroceso, con valores que no superan el 10% desde mediados de la década de los noventa, y representa únicamente un 6,29% del total de los trabajos producidos por las instituciones españolas el año 2007, pese al incremento en el número de revistas fuente editadas en español incluidas en esta base de datos y, por lo tanto, en la presencia de este idioma en términos absolutos. La misma tendencia decreciente se constata en relación con los trabajos publicados en las revistas de las diferentes especialidades que integran la medicina clínica, pese a que la presencia del español es mayor en el área, con valores que en cualquier caso se sitúan por debajo del 20% desde el año 2005 (fig. 1). En la neurología clínica se observa, en cambio, una evolución contraria, ya que el idioma español goza de una relativa buena salud en la disciplina, con una producción científica anual estable desde finales de la década de los noventa, que oscila en torno al 30-40% del total de trabajos firmados por instituciones españolas (fig. 1). La política editorial adoptada por las dos revistas de neurología clínica editadas en este idioma (Revista de Neurología y Neurología) incluidas en SCI-Expanded desde 1997 y 2001, respectivamente, constituye un importante impulso al empleo del español como idioma de comunicación científica, política editorial que, por otra parte, no ha supuesto un menoscabo en relación con otro parámetro habitualmente más codiciado, el factor de impacto, ya que éste ha experimentado en las dos publicaciones citadas un aumento lento, pero sostenido, desde su inclusión en los listados del Journal Citation Reports, y su evolución no muestra diferencias significativas en relación con los factores de impacto de las demás revistas biomédicas españolas que traducen sus contenidos al inglés, ya que solamente una publicación destaca muy por encima del resto, y otras se situán por detrás de las revistas neurológicas, pese a presentar los contenidos en inglés (fig. 2).
Una vez cumplidos los estándares de calidad formal y de contenido4,5, el incremento del grado de citación pasa, con carácter prioritario frente a las cuestiones lingüísticas6, por la adopción de medidas como asegurar un acceso sencillo, rápido y abierto5, una articulación clara por parte de los editores del propósito y de los contenidos de la publicación y una presentación atractiva de éstos7, ampliar el número de autores y favorecer la interrelación entre las redes de autores que publican en la revista8, fomentar los lazos científicos con los investigadores de los países hispanohablantes5, así como las colaboraciones internacionales de los investigadores españoles y la conexión interdisciplinaria de la investigación clínica con la actividad científica básica y epidemiológica9. Además, la política de primar el idioma inglés en una publicación puede conllevar efectos imprevistos y tal vez no deseados, como que la publicación vea reducida su importancia como vehículo de difusión de la comunidad a la que sirve. En este sentido, se han apuntado muy acertadamente desde el área diferentes aspectos de gran relevancia, que deben tener presentes todas las publicaciones de orientación clínica, particularmente en una coyuntura caracterizada por el incremento del número de revistas indexadas en el anhelado y, a la vez, controvertido SCI-Expanded, y es que habitualmente estas publicaciones son el vehículo de expresión de los intereses de una sociedad científica y sirven a una importante comunidad de lectores más allá de los científicos que publican en ellas y del papel que ocupan en los rankings clasificatorios de las publicaciones10.