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Inicio Progresos de Obstetricia y Ginecología Carcinoma adenoescamoso sobre pólipo cervical asociado a carcinoma endometrial
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Vol. 42. Núm. 3.
Páginas 235-237 (marzo 1999)
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Carcinoma adenoescamoso sobre pólipo cervical asociado a carcinoma endometrial
Adenosquamous carcinoma on cervical polyp associated with endometrial carcinoma
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M. Medina Pérez, J M. Silván Alfaro, D. Pérez Martín, F. Jiménez Ortega
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CASOS CLÍNICOS

Carcinoma adenoescamoso sobre pólipo cervical asociado a carcinoma endometrial


M. Medina Pérez

J. M. Silván Alfaro

D. Pérez Martín

F. Jiménez Ortega

Correspondencia:

Manuel Medina Pérez

Servicio de Anatomía Patológica

Hospital de la Merced

Avda. de la Constitución, 2

41640 Osuna (Sevilla)

Adenosquamous carcinoma on cervical polyp associated with endometrial carcinoma

Medina Pérez M, Silván Alfaro JM, Pérez Martín D, Jiménez Ortega F. Carcinoma adenoescamoso sobre pólipo cervical asociado a carcinoma endometrial. Prog Obstet Ginecol 1999;42:235-237.

Fecha de recepción: 27/4/98

Aceptado para publicación 29/9/98


INTRODUCCION

Los pólipos cervicales (PC) representan un hallazgo muy frecuente en la patología ginecológica, con una tasa estimada de entre el 2 y el 5% de las mujeres adultas(1). En algunos centros, la exéresis de los PC conlleva la realización de legrado endometrial(2). Presentamos un caso de PC con carcinoma adenoescamoso, concomitante con un carcinoma endometrial descubierto después de la histerectomía.

DESCRIPCION DEL CASO

La historia clínica corresponde a una mujer de 75 años que consultó por metrorragias persistentes en el último año. Entre sus antecedentes personales, figuraba ser madre de seis hijos. En la exploración inicial se encontró un PC, que fue extirpado. El mismo era bilobulado, y medía 3 x 2 x 2 cm. El estudio histopatológico demostró la existencia de un carcinoma adenoescamoso en una zona periférica (Figs. 1 y 2). La neoplasia estaba constituida por una proliferación celular que formaba glándulas y nidos escamosos simultáneamente. En un área, también era visible la diferenciación escamosa de células claras (Figs. 3 y 4). Las zonas no neoplásicas correspondían a un pólipo cervical típico (Fig. 5). La base de implantación no tenía neoplasia. La interpretación inicial fue la de carcinoma adenoescamoso primario, originado sobre el propio pólipo.

Figura 1.Periferia del pólipo. A la derecha, la neoplasia H&E, 40x.

Figura 2.Mayor detalle histológico. Véanse los componentes glandular y escamoso. H&E, 100x.

Figura 3. Microfotografía a bajo aumento. Áreas claras escamosas entremezcladas con glándulas. H&E, 40x.

Figura 4.Mayor detalle de la figura anterior. H&E, 100x.

Figura 5.Imagen de las áreas normales del pólipo cervical.

Al volver a estudiar a la enferma, se decidió realizar histerectomía con doble anexectomía, y omentectomía parcial. La cavidad endometrial estaba ocupada por una neoplasia granular que asentaba sobre la cara posterior, infiltrando menos de la mitad de la pared miometrial y limitada al cuerpo. No había extensión al canal endocervical. El estudio histológico fue concluyente para carcinoma adenoescamoso, con la misma morfología que el encontrado a nivel del pólipo antes resecado (Fig. 6).

Figura 6.Neoplasia endometrial. Nótese la diferenciación glandular y escamosa, infiltrando el miometrio. H&E, 100x.

Se realizó estudio para determinación de receptores de estrógenos, por inmunoperoxidasa(3), encontrando intensa expresión nuclear tanto en la neoplasia endometrial como en la que asentaba sobre el pólipo cervical.

La enferma ha evolucionado satisfactoriamente, y no se ha encontrado enfermedad fuera del útero.

DISCUSION

Los PC constituyen el 98% de los tumores benignos del cuello, y la frecuencia de presentación en los estudios colposcópicos oscila entre el 4 y el 6%(1). Pueden cursar de forma asintomática, u originar episodios de sangrado y de sobreinfección, con flujo purulento. Generalmente, son pediculados, con su base de implantación en la mucosa del canal endocervical. Pueden ser únicos, múltiples, y aparecer como lobulados; el que presentamos era bilobulado. En cuanto al tamaño, van desde pequeños y milimétricos, hasta mayores. Khalil y cols. han descrito uno de 17 cm y 250 gm de peso(4).

La presencia de pólipos cervicales plantea la cuestión de lesiones endometriales asociadas. Coeman y cols.(5) han publicado una revisión sobre histeroscopia en pacientes con PC, exactamente, 165 casos. Encontraron pólipo endometrial asociado en 44, leiomiomas en siete, hiperplasia endometrial en dos, y adenocarcinoma de endometrio en otros dos. No encontraron cambios malignos en ninguno de los PC. Ellos concluyen en que todas las pacientes menopáusicas con PC se benefician de una histeroscopia diagnóstica, siendo las premenopáusicas en tratamiento hormonal combinado las que menos lo harían.

Golan y cols.(2) publicaron un trabajo donde evalúan la conducta a seguir en los PC. De un total de 362 pacientes con PC, uno de ellos presentaba adenocarcinoma, aunque no especifican más, y en dos encontraron carcinoma endometrial coexistente descubiertos con el legrado. Ellos recomiendan la extracción ambulatoria de los PC incidentales, y el legrado uterino y resección hospitalaria cuando se trate de pacientes sintomáticas.

En nuestro caso, nos encontramos con que la base de implantación del pólipo estaba indiscutiblemente libre de neoplasia, por lo que no cabe argumentar extensión por vecindad a partir del pedículo. Cabrían, entonces, dos posibilidades: una, que la descamación de células endometriales malignas hubiese originado un implante en la periferia del PC, lo que consideramos improbable, y otra, que se tratase de carcinomas sincrónicos. Sería, pues, en un contexto de hiperestrogenismo, que se habrían producido dos carcinomas con la misma histopatología. En teoría, habría que considerar, incluso, una metástasis del carcinoma endometrial. Así, Jiménez Ayala y cols.(6) publicaron una metástasis de un carcinoma ovárico sobre un PC. El tipo histológico presente en nuestro caso, carcinoma adenoescamoso, era el mismo tanto en el PC como en el cuerpo uterino, por lo que parece más lógico pensar que ambos estén relacionados, aunque no exista continuidad física entre ambos.

A efectos prácticos, el caso sirve para ilustrar la necesidad de realizar estudio histopatológico de los PC, y, legrado endometrial, como mínimo, cuando se encuentren lesiones malignas en aquellos.


BIBLIOGRAFIA

1 Caroti S, Siliotti F. Cervical polyps: a colpo-cyto-histological study. Clin Exp Obst Gyn 1988;15:108-15.

2 Golan A, Ber A, Wolman I, David MP: Cervical polyp: evaluation of current treatment. Gynecol Obstet Invest 1994;37: 56-8.

3 Medina M. Combinación de microondas y presión en inmunohistoquímica. Rev Esp Patol 1997;30:357-60.

4 Khall AM, Azar GB, Kaspar HG y cols. Giant cervical polyp. A case report. J Reprod Med 1996;41:619-21.

5 Coeman D, Van Belle Y, Vanderick G y cols. Hysteroscopic findings in patients in patients with a cervical polyp. Am J Obstet Gynecol 1993;169:1563-5.

6 Jiménez-Ayala M, Martínez-Cabruja R, Esteban ML, Chinchilla C. Serous surface papillary carcinoma of the ovary metastastic to a cervical polyp. Acta Cytol 1996;40:765-9.

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