La demencia es actualmente un problema importante en la salud pública debido a la alta tasa de discapacidad y los costos sociales que esta conlleva, el cual viene en aumento con la prolongación de la esperanza de vida. El tipo de demencia más común es la enfermedad de Alzheimer (EA), que representa el 60-80% de los casos. Se estima que la cantidad de personas que viven con demencia alcanzará los 75 millones en 2030 en todo el mundo, lo que convierte la demencia en el mayor contribuyente individual a la discapacidad entre las enfermedades crónicas1. Aunque el deterioro cognitivo es el principal factor desencadenante de la demencia, otros factores desempeñan un papel importante de forma paralela intensificando la progresión del deterioro funcional, como lo son, por ejemplo, los síntomas neuropsiquiátricos, la malnutrición, el sedentarismo y la polifarmacia, entre otros síndromes geriátricos2. Entre los síntomas neuropsiquiátricos más comunes en los adultos mayores con demencia tenemos depresión, ansiedad, apatía y las alteraciones en el apetito3. Este último en muchos casos está subvalorado, pero puede tener consecuencias serias en cuanto al estado nutricional y de salud de la persona afectada con demencia4. Los niveles séricos de proteínas hepáticas como la albúmina ayudan al médico a identificar a los pacientes más enfermos y aquellos con mayor probabilidad de presentar desnutrición5. El objetivo de este estudio fue evidenciar si tener problemas en el apetito, como síntoma neuropsiquiátrico asociado a la demencia, se asocia con los niveles de albúmina en adultos mayores recién diagnosticados con EA leve. Para esto, analizamos los datos del Estudio de demencia de Noruega occidental (Demvest)6. Este es un estudio de cohorte longitudinal llevado a cabo entre 2005 y 2007 en los condados de Hordaland y Rogaland. Se utilizó el Inventario Neuropsiquiátrico (NPI)7 validado en noruego para determinar síntomas como la pérdida del apetito, la apatía y la depresión. Los niveles séricos de albúmina se registraron en g/l. El diagnóstico de demencia se realizó de acuerdo con los criterios del DSM-IV y por consenso. La demencia leve se definió como una puntuación del Examen de Estado Mini-Mental (MMSE) mayor de 20 puntos o una puntuación global de CDR=16. Hubo un diagnóstico patológico disponible para 56 pacientes en la cohorte de Demvest, lo que demuestra una precisión diagnóstica superior al 80% para EA6. Este estudio representa una investigación independiente apoyada por el gobierno noruego, a través del propietario del hospital Helse-Vest. Para este análisis se incluyó a 77 pacientes con demencia tipo Alzheimer. Se ajustaron modelos de regresión logística multivariable para obtener una odds ratio (OR) con intervalos de confianza (IC) del 95% para la asociación entre alteración del apetito y albúmina sérica. Los resultados fueron luego ajustados por sexo, edad, comorbilidad, depresión, apatía y estado cognitivo medido con el MMSE.
El promedio de edad fue de 76,27±8,02, hubo más mujeres que hombres (76,6%, n=59 vs. 23,37%, n=18). En el análisis bivariado el nivel de albúmina fue significativamente menor en aquellos con el apetito alterado (40,05±3,35, IC del 95%, 42,19-44,26 vs. 43,23±3,35, IC del 95%, 42,19-44,26; p valor<0,001) (fig. 1). Después de llevar a cabo la regresión logística, la alteración en el apetito tuvo una asociación de riesgo negativa con los niveles de albumina (OR 0,77, IC del 95%, 0,66-0,90, p valor 0,001). Esta asociación se mantuvo significativa luego del ajuste por las variables de confusión controladas (OR 0,79, IC del 95%, 0,66-0,95, p valor 0,013).
Los niveles de albúmina en suero pueden verse alterados por muchos procesos y más aún en enfermedades agudas5. Sin embargo, en el contexto de personas estables con demencia que viven en la comunidad, los valores de albúmina pueden reflejar a aquellos que tienen o están en mayor riesgo de sufrir desnutrición. La desnutrición es uno de los factores con mayor influencia en el aumento de la morbilidad, la mortalidad, la alteración de la calidad de vida y el deterioro funcional8. Adicionalmente, en varios estudios se ha establecido que el nivel de albúmina bajo está relacionado de forma independiente con mayor deterioro cognitivo y peor rendimiento cognitivo9,10.
En nuestro estudio se reporta una asociación independiente entre la alteración del apetito y los niveles de albúmina en suero. Síntomas como los trastornos en el apetito deben detectarse para valorar la indicación de una intervención de forma temprana, más aún en aquellas personas que viven con demencia y esto debe de estar asociado a una rigurosa tamización y seguimiento nutricional, idealmente en el contexto de una valoración geriátrica integral. Es necesario demostrar si de ese modo, consecuencias negativas como la malnutrición, un deterioro cognitivo más rápido y complicaciones adicionales como la progresión del deterioro funcional o mayor morbilidad, podrían ser prevenidas.
FinanciaciónEste estudio fue financiado por la autoridad regional de salud de Noruega occidental, Helse Vest RHF.