En relación con el artículo original de Alfaro-Lara et al.1 sobre errores de conciliación, publicado en el número 3 de la Revista Española de Geriatría y Gerontología(REGG). En la tabla que recogen la clasificación de los errores según el National Coordinating Council for Medication Error Reporting and Prevention (NCC MERP), solo recogen los errores potenciales y sin daño (categorías A-D), no considerando los errores con daño que puede ser temporal o permanente, que requieran diferentes intervenciones, hospitalización o aumento de la estancia (categorías E-H), o aquellos errores mortales (categoría I). Al ser un estudio observacional prospectivo tiene capacidad de detectar diferentes incidentes en el tiempo, aunque al realizarse la conciliación por parte del farmacéutico hospitalario en las primeras 24h del ingreso, se comporta más como un ensayo transversal.
Creo, que el análisis descriptivo de los mismos debe servir para poder intervenir en los puntos intermedios de riesgo y conocer el cambio en las consecuencias derivadas como objetivo primario.
El estructurar la detección de los errores con herramientas de valoración validadas, constituye el primer paso para analizar adecuadamente este gran problema asistencial, sin embargo, el establecer relaciones causales con diferentes procesos incidentales en los pacientes geriátricos es mucho más complejo, pues habría que ser capaces de detectar cambios significativos en el curso clínico de los pacientes motivados por el error, que no sea producido por las comorbilidades o de las diferentes intervenciones diagnósticas o terapéuticas2. Otro factor de confusión a tener en cuenta es la frecuente presentación atípica de la enfermedad en los pacientes geriátricos, así como la presencia de síntomas frecuentes en relación con las enfermedades crónicas o agudizadas, dificultando en gran manera la interpretación adecuada tras el proceso iatrogénico cometido. Se estima que los errores de medicación pueden producir diferentes tipos de daño en un 2% de los casos a los pacientes, especialmente en aquellos que se dan de repetición3,4.
Todas las organizaciones sanitarias deben implementar aquellas pautas que permitan la máxima seguridad asistencial5, especialmente controlando y analizando las caídas, infecciones nosocomiales, errores de medicación producidos, para que tras el análisis de la información, poder intervenir y modificar las consecuencias relevantes de las mismas. La sensibilización de los equipos multidisciplinares por medio de la formación continuada analizando la información obtenida, ayuda a las propias organizaciones en maduración y transparencia en la propia actividad asistencial, evitando oscurantismo u ocultación de la información, que daña en gran manera la confianza depositada6.