En nuestra última colaboración con esta revista, mostramos nuestro agradecimiento a todos aquellos que habían publicado los resultados de sus experiencias ortogeriátricas y animamos a hacerlo, a todos aquellos que pudieran aportar mayor luz a esta área de la geriatría que cada vez cuenta con más y mejores profesionales1. Por ello nos ha sido grato leer el original de De Miguel Artal et al.2, al mismo tiempo que nos ha sorprendido la falta de referencias a experiencias hechas públicas, previamente y en su entorno, de trabajos originales con la misma metodología de estudio utilizada por los autores3–7.
La pregunta que nos hacemos es: ¿Hemos de avanzar? Está bien haber empezado por mejorar la atención hospitalaria de nuestros mayores con fractura de cadera, teniendo camino a recorrer aquellas instituciones que aún no están aplicando alguno de los modelos ortogeriátricos existentes. Sin embargo, nuestra humilde opinión es no quedarnos ahí y seguir avanzando. Una vez hemos establecido nuestro modelo ortogeriátrico, hemos de tener claro que la población anciana sigue creciendo y con ello el número de pacientes mayores con fractura de cadera. Por ello, nos hemos de plantear el cómo incidir en una posible y necesaria reducción de la incidencia de fractura de cadera.
Las intervenciones farmacológicas, en osteoporosis, han demostrado reducción en la incidencia de fracturas. Sin embargo, muchos de nuestros mayores siguen sin haber sido diagnosticados, ni tratados de osteoporosis, antes ni después de su fractura de cadera. Por ello pensamos que, sin olvidar el seguir mejorando la atención ortogeriátrica a la fractura de cadera, hemos de ir más allá y centrarnos en la prevención secundaria posfractura por fragilidad ósea.
Un primer paso podría ser el valorar y tratar al mayor número posible de pacientes con fractura de cadera atendidos en nuestras unidades ortogeriátricas, para así poder intentar reducir la incidencia de una refractura. Y no solo eso, además, deberíamos garantizar que hubiese una buena adherencia a dicho tratamiento. Nuestro grupo, en su primera fase de atención a pacientes con fractura de cadera en la unidad geriátrica de agudos (año 2010), obtuvo altas cotas de tratamiento antiosteoporótico oral posfractura de cadera (61,4%), y sin embargo, la adherencia al año era muy baja (35%)8,9. Ello nos hizo replantear la situación y empezamos a utilizar fármacos antiosteoporóticos con mejor adherencia (incrementando la prescripción al alta a un 90%), y a seguir a los pacientes, presencialmente, en nuestra consulta externa (CCEE). Ello motivó un cambio organizativo en nuestro hospital y nuestra unidad ortogeriátrica se abrió al hospital de día médico (HDM) y a una consulta monográfica de prevención secundaria posfractura. Ahí empezó nuestro modelo de Unidad de Fractura Osteoporótica (UFO), también conocido como Fracture Liaison Service (FLS), y con ello llegamos a una adherencia del 75% en el tratamiento antiosteoporótico en prevención secundaria9,10.
¿Hemos de seguir avanzando? Nuestros resultados nos han alentado a seguir avanzando, y por ello hemos pensado que actuar sobre la factura de cadera, está muy bien y debe hacerse; pero estamos llegando tarde.
Como primer objetivo, mejorar la atención al paciente con fractura de cadera es necesario. De la misma manera que lo es el empezar con la prevención secundaria posfractura en los pacientes mayores con fractura de cadera y, a la vez, poder conseguir una buena adherencia al tratamiento farmacológico. Sin embargo, creemos que hemos de avanzar más y mejor e ir a buscar la reducción de la incidencia en fractura de cadera. Ello ya requiere de equipos multidisciplinares más amplios, y de una integración entre atención hospitalaria, atención sociosanitaria y atención primaria con el objetivo de captar las fracturas por fragilidad ósea en >50 años, proceder a estudio de osteoporosis y de caídas, iniciar el tratamiento antiosteoporótico y de prevención de caídas más indicado y garantizar su adherencia. Este es el modelo potenciado por la International Osteoporosis Foundation (IOF) en su campaña «Capture de Fracture»11 y, en nuestro entorno, por la Sociedad Española de Investigación Ósea y Metabolismo Mineral (SEIOMM), a través de las UFO.
Nuestro grupo, FLS Anoia, está integrado por equipos multidisciplinares de la atención hospitalaria (Hospital de Igualada: Unidad Ortogeriátrica, HDM y CCEE monográfica conjunta con Reumatología), de la atención sociosanitaria (Fundación Sanitaría San Josep: Escuela de Prevención de Fracturas y Caídas [EPFiC]) y de la atención primaria (Instituto Catalán de la Salud [ICS] y Consorcio Sanitario del Anoia [CSA]). Su objetivo es el antes mencionado, de captar, estudiar, tratar y mantener la adherencia a dicho tratamiento, en el mayor número de fracturas osteoporóticas de la Comarca de la Anoia, con el objetivo de intentar reducir la incidencia de las fracturas mayores e incapacitantes por fragilidad ósea, en especial la de cadera.
Mejorar la atención al paciente mayor con fractura de cadera, sí. Publicar los resultados y citar las distintas experiencias, sí. Avanzar en prevención secundaria posfractura de cadera, sí. Pero el gran reto del siglo XXI debería ser la creación de unidades multiprofesionales de fractura osteoporótica en busca a reducir la incidencia de las fracturas mayores por fragilidad ósea (vértebra, pelvis, cadera y húmero) y en especial la de cadera.