La palabra ambulatorio proviene del latín ambulatorius, que deriva del verbo ambulare (andar, caminar, desplazarse a pie), y que se refiere a aquello que se realiza paseando o que sirve para el paseo. En Medicina se utiliza como un adjetivo tanto para referirse a una condición de atención primaria, como para señalar aquellas patologías o tratamientos médicos que no requieren la internación en un hospital o clínica y, por lo tanto, permiten al paciente su libre desplazamiento.
Históricamente, el modelo de atención médica occidental tuvo durante mucho tiempo al hospital como su centro. Sin embargo, hacia fines del siglo XX se comenzaron a hacer evidentes las limitaciones de este modelo pues, a los costos propios para la persona enferma: limitación de su libertad, desvinculación de su familia, amigos y trabajo; y riesgos propios de una internación, tales como infecciones y accidentes intrahospitalarios, se agregó el incremento en los costos de atención médica. Por otra parte, también comenzó a cuestionarse el modelo biomédico imperante hasta ese entonces que, de estar centrado en la enfermedad, separado de lo psicosocial y de corte paternalista, comenzó a girar en torno a la persona y su entorno (modelo biopsicosocial).
Todo este proceso de transformación paradigmática planteó el desafío de desarrollar una “nueva medicina”, que permitiera atender al paciente inserto en su medio social. Los sistemas de organización sanitaria acogieron este llamado y lo llevaron a la práctica poniendo espacial énfasis en el nivel primario de atención, que incluyera el crecimiento y potenciación de toda la red de establecimientos de atención ambulatoria. Esta nueva forma de entender el modelo de atención se hizo transversal a todas las acciones de salud y especialidades médicas, de tal forma que en la actualidad tanto los estudios diagnósticos (imágenes, laboratorio) como los procedimientos y las cirugías, tienen una orientación a ser realizados mayoritariamente, y en la medida de lo posible, de manera ambulatoria. Por otra parte, este modelo también permitió en Chile el desarrollo de una nueva especialidad médica, la Medicina Familiar y Comunitaria, cuyo objetivo central es la atención integral del paciente, su familia y la comunidad.
En este número de la Revista Médica de Clínica Las Condes, titulado Medicina Ambulatoria, convergen una serie de autores de las más variadas especialidades que desarrollan su disciplina, toda o parte de ella, en el nivel ambulatorio. Así, los lectores podrán encontrar desde antecedentes históricos respecto al nuevo modelo de atención imperante en Chile hasta herramientas prácticas para el desarrollo de la medicina ambulatoria. Podrán conocer también estrategias basadas en la evidencia para el chequeo preventivo de salud y nuevas formas de enfrentar la atención de los pacientes con multimorbilidad; entender la importancia de las buenas prácticas de la visita domiciliaria integral en la atención primaria y conocer la medicina de los estilos de vida. Además, encontrarán interesantes artículos respecto a cómo enfrentar algunos de los problemas más frecuentes de la consulta ambulatoria, como son el dolor articular y abdominal y las infecciones de la piel y del tracto urinario.
Agradezco muy sinceramente a todos los autores y sus colaboradores por todo el trabajo y tiempo invertido en la elaboración de los artículos; a los revisores, que con su cuidadosa labor permitieron mejorar la calidad de los mismos; y al Comité Editorial de Revista Médica Clínica Las Condes, por todo el apoyo en la realización de esta tarea.
Esperamos que este número contribuya a una mejor comprensión del estatus actual de la medicina ambulatoria en el nuevo modelo de atención médica y también constituya un aporte en la práctica clínica diaria para todos aquellos profesionales que se desempeñan en este nivel de atención.