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Inicio Revista Médica Clínica Las Condes MICHEL PETRUCCIANI: EL GENIO Y LA ADVERSIDAD DE LOS GENES
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Vol. 27. Núm. 4.
Tema central: Perinatología
Páginas 561-563 (julio 2016)
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CRÓNICA
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MICHEL PETRUCCIANI: EL GENIO Y LA ADVERSIDAD DE LOS GENES
MICHEL PETRUCCIANNI: THE GENIUS AND THE GEN ADVERSITY
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Stefan Hosiassona,
Autor para correspondencia
stefan@clc.cl

Autor para correspondencia.
, José Hosiassonb
a Unidad de Neonatología, Departamento de Pediatría. Clínica Las Condes, Santiago, Chile
b Crítico de Jazz
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Mi padre me contó alguna vez de la primera vez que vio tocar a Michel Petrucciani. Estaba en el festival de Jazz de Niza, al que asistía regularmente todos los años, y en las noches, cuando los conciertos habían acabado y la inyección intensiva de Jazz no podía solo terminar ahí, iba a algún club de Jazz. Corrían los años 70 y esa noche el lugar estaba como siempre bastante atestado de gente. Considerando que era tarde en la noche y que en el local se vendían bebidas alcohólicas, le sorprendió ver sentado en la primera fila a un niño pequeño. Aún mayor fue su sorpresa cuando vio que el niño es tomado en brazos y llevado hasta depositarlo en la butaca del piano. La música entonces fue lo que terminó por eclipsar todo a su alrededor. Este pequeño, a estas alturas un gigante, tocaba con una técnica y sensibilidad prodigiosas, dialogando las improvisaciones con los demás músicos acompañantes con una soltura y brillantez impresionantes.

Michel Petrucciani nació en la ciudad de Orange, en el sur de Francia, el 28 de diciembre de 1962, en el seno de una familia de músicos de origen italiano. Nació enfermo, portador de una osteogénesis imperfecta, pero también destinado a ser parte del selecto grupo de pianistas europeos que moran en el Olimpo del Jazz, una élite donde, entre algunos otros, están su compatriota Martial Solal, los británicos George Shearing y Victor Feldman y el español Tete Montoliu, los pocos tecladistas europeos cuyo aporte discográfico incide importantemente en la historia de esa música.

La osteogenesis imperfecta (OI) es una enfermedad genética caracterizada por fragilidad ósea aumentada que produce fracturas espontaneas ante traumatismos menores y que además en algunos tipos se asocia a dentinogénesis imperfecta y, en la vida adulta, a hipoacusia.

La OI se ha clasificado clásicamente en 4 diferentes tipos, basados en las características clínicas y en los hallazgos radiológicos en la actualidad se considera además un quinto tipo 1:

  • OI tipo I: Forma clásica, no deformante, con escleras azules

  • OI tipo II: perinatal letal

  • OI tipo III: progresiva deformante

  • OI tipo IV: similar a la I, con escleras normales

  • OI tipo V: con calcificación de membranas interóseas

Basado en los antecedentes clínicos, Petruccianni padeció una osteogénesis imperfecta tipo III, una forma severa, progresiva, deformante, no letal. En la mayoría de los casos se origina por una nueva mutación de los genes COL1A1 o COL1A2 responsables de la codificación de las cadenas α del colágeno tipo I 2, aunque también se han descrito formas recesivas, se estima que se trata de una afección de tipo autosómica dominante. Los pacientes suelen presentar fracturas in útero y por tanto al nacer presentan múltiples fracturas costales y de huesos largos, así como deformidad de los huesos largos, especialmente de las piernas. Pueden tener escleras azules o grises, fascie triangular y dentinogénesis imperfecta, y la gran mayoría cursa con talla baja y serias dificultades para lograr la marcha 3.

El tratamiento actual incluye un manejo multidisciplinario que considera al pediatra, endocrinólogo, fisiatra, traumatólogo, dentista, genetista, apoyo psicológico, kinesiología y terapia ocupacional, entre otros. Los medicamentos más relevantes usados son los bisfosfonatos, análogos sintéticos de los fosfatos inorgánicos naturales que actúan inhibiendo la función osteoclástica, permitiendo así reducir el recambio óseo y disminuir el riesgo de fracturas4,5.

En 1962, cuando nació Petrucciani, aún no se disponía de bisfosfonatos.

Nació en un mundo inundado de dolor, pero también de música. Su padre, Antoine Petrucciani, “Tony”, era profesor y guitarrista de Jazz. Su hermano mayor, Louis, tocaba contrabajo y Michel inició a los 4 años clases de piano clásico, no sin antes romper indignado un piano de juguete que le regaló su padre y exigir uno de verdad.

De todo el jazz que creció escuchando, algunas de sus más importantes influencias habrían sido Duke Ellington, Charlie “Bird” Parker, John Coltrane y el legendario pianista Bill Evans. En algunas de sus grabaciones es fácil notar la influencia de este último.

A los 9 años ya tocaba en un trío de Jazz acompañando a su padre y hermano, aunque a esas alturas era su padre quien tocaba el piano y él la batería, y al mismo tiempo se pasaba practicando piano en promedio nueve horas diarias. Según él mismo diría alguna vez, tenía la “ventaja” de que a raíz de su enfermedad no tenía opción de distraerse con otras cosas de niños de su edad como deportes o juegos al aire libre.

Sufría constantemente de fracturas que le ocasionaban un dolor crónico y llegó a medir tan solo 99cm de estatura, y recién a los 17 años logró caminar por si solo apoyado en un bastón.

Cuando recién tenía 15 años dio su primer concierto como profesional en el festival de Cliousclat, pueblo situado cerca de Montelimar, donde él vivía. Aún entonces era llevado en brazos hasta el piano, y usaba una aditamento especial para los pedales que le había diseñado su padre (más adelante la prestigiosa marca de pianos Steinway & sons le fabricaría un adaptador especial para sus pies). En ese mismo festival venía como músico invitado internacional el gran trompetista norteamericano Clark Terry.

Terry llegó requiriendo un pianista para su actuación y Michel no dudó en acercarse y ofrecerse para acompañarlo. El famoso trompetista miró desconcertado a este adolescente de talla baja y aspecto muy inusual, pero Petrucciani, que personalidad tenía de sobra, se limitó a decir “let's play the blues” y sin más se puso a tocar piano. Clark Terry quedó tremendamente impresionado y lo incluyó en su presentación en el Festival. Esa actuación marcó el comienzo de una carrera musical vertiginosa.

Su extensa discografía empezó con “Flash”, disco que grabó a los 17 años de edad en Francia, en agosto de 1980, y terminó con “Me voi seul”, una canción donde acompaña al cantante Charles Aznavour en el CD “Jazznavour”, grabado en noviembre de 1998, dos meses antes de su muerte.

En 1982, con 20 años de edad y ya reconocido en los círculos europeos, decidió trasladarse a California, EE.UU, donde al poco andar conoció al legendario saxofonista Charles Lloyd quién en esa época ya estaba retirado. El joven logró motivarlo para que volviera de su retiro y realizaran una gira juntos, la cual tuvo enorme éxito y culminó en 1985 con un concierto en el Town Hall de Nueva York para un documental del sello Blue Note.

Petrucciani no paró de tocar y grabar en forma vertiginosa durante toda su corta vida. En total participó en 54 sesiones de grabación -36 de ellas bajo su propio nombre- las que produjeron los 42 discos comerciales en que se puede apreciar las muchas facetas de su maravilloso arte. También existen de él el DVD “Power of Three”, filmado en el Festival de Jazz de Montreau (Canadá) en 1986, y el DVD “Concert Solo”, filmado en el Festival de Jazz de Marciac (Francia) en 1996.

Grandes grabaciones y conciertos con muchos de los grandes del Jazz de su época: Wayne Shorter, Lee Konitz, Dizzie Gillespie, Joe Lovano, Toots Thielemans, Jim Hall, Dave Holland, Tony Williams, y tantos otros, dan cuenta de la importancia y gravitación de sus interpretaciones. Sus conciertos y grabaciones como solista son también memorables.

Durante sus extensos viajes por el mundo, hizo dos visitas a Santiago: el 20 y 21 de noviembre de 1992 y más tarde el 6 y 7 de diciembre de 1994, ambas veces con su propio trío.

Tuvo cuatro mujeres significativas en su vida y un solo hijo, el cual heredó su enfermedad. Le gustaba la vida social y vivió de forma intensa, acelerada y a todo vapor. En el documental sobre su vida filmado por Michael Radford y estrenado en Cannes el 2011 confesó que le temía a la muerte, pero cuando le preguntan si ese miedo tenía relación la posibilidad de sentir dolor antes de morir, el respondió que no porque a eso estaba acostumbrado.

Michel Petrucciani.

En varias ocasiones, y en especial durante sus visitas a Chile, mi padre tuvo la fortuna de conocerlo y hablar con él, lo cual le dio la oportunidad de apreciar cómo, a los pocos minutos de estar allí mientras él conversaba, tomando, comiendo y fumando, uno olvidaba por completo su tan distinta e inicialmente chocante apariencia física.

Michel falleció en Nueva York el 6 de enero de 1999 producto de una neumonía, habiendo cumplido recién los 36 años de edad. Venía de terminar un año 1998 en que había realizado más de 200 conciertos. Su cuerpo fue posteriormente trasladado a París, donde se le rindieron grandes honores. El Presidente de Francia de la época, Jacques Chirac, destacó en él “su coraje, plasmado en la tenacidad y la inclinación al desafío que parecieron haber significado en Petrucciani un triunfo de la mente y el corazón sobre el cuerpo”. Sus restos descansan actualmente en el cementerio de Père-Lachaise, al lado de la tumba de Chopin.

Su espíritu trasciende el tiempo inmortalizado en muchas grabaciones memorables realizadas en sus tan solo 15 años de carrera musical profesional. Basta escuchar por ejemplo su versión de “Body and Soul” junto al saxofonista Joe Lovano para sentir en “cuerpo y alma” a este ser extraordinario que con su genio logró superar sus terribles amarras genéticas.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
[1]
Osteogénesis imperfecta. Cortés F., Ortega X.. (2016) En prensa.
[2]
Update on the evaluation and treatment of Osteogenesis Imperfecta. Harrington J., Sochett E., Howard A.; Pediatr Clin N Am 61 (2014) 1243-1257.
[3]
Osteogenesis imperfecta: Clinical diagnosis, nomenclature and severity assessment. Van Dijk F.S., Sillence D.O.; Am J Med Genet Part A (2014) 1470-1481.
[4]
Osteogenesis imperfecta: Diagnosis and treatment. Biggin A., Munns C.F.; Curr Osteoporos Rep (2014) 12:279-288.
[5]
Osteogenesis imperfecta. Arundel P.; Paediatrics and Child Health (2015) 25, 12: 574-579.
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