Los lipomas son lesiones asintomáticas de crecimiento lento que constituyen verdaderas neoplasias de tejido graso. Su prevalencia es del 2,1%. Se clasifican en profundos y superficiales, siendo estos últimos los más frecuentes y en plano subcutáneo; y se consideran gigantes cuando alcanzan más de 10cm o un peso superior a 1000mg1.
Las localizaciones más comunes son espalda, cuello, extremidades superiores y abdomen. Su presencia en la mama es sumamente rara, y aún más extraña en el sexo masculino1.
Presentamos el caso de un varón de 79 años que acude a nuestro servicio para valoración radiológica de una gran masa en mama derecha de varios años de evolución.
A la exploración física se identifica una voluminosa tumoración blanda, móvil, no dolorosa y no adherida a planos profundos (fig. 1).
En la mamografía, en proyección craneocaudal (fig. 2A) y oblicua mediolateral (fig. 2B) derecha, se visualiza una lesión radiolúcida ovalada, de densidad grasa (flechas, fig. 2) y bien delimitada por una delgada cápsula radiodensa (cabezas de flecha, fig. 2). Dimensiones aproximadas de 10×7cm. Ecográficamente (fig. 3) se confirma la naturaleza adiposa de la lesión. Se interpreta como lipoma gigante y se establece un BI-RADS 2 del American College of Radiology (ACR), benigno.
A) Mamografía derecha, proyección craneocaudal. B) Proyección oblicua mediolateral. Se visualiza una lesión radiolúcida, de densidad grasa, con forma ovalada (flechas) y bien delimitada por una delgada cápsula radiodensa que lo separa del tejido circundante (cabezas de flecha), con dimensiones aproximadas de 10×7cm.
Los lipomas por definición son lesiones benignas, que no infiltran, sino que desplazan estructuras y nunca se ha demostrado su transformación maligna2. No obstante, pueden asociar problemas funcionales, como linfedema y compresión nerviosa3.
A pesar de que las pruebas de imagen aportan gran cantidad de información diagnóstica, la biopsia Tru-cut es el gold standard, sobre todo para la exclusión de liposarcoma. El diagnóstico diferencial incluye fibroadenoma gigante, tumor phylloides, hamartomas mamarios y carcinoma3.
El tratamiento se reduce a la extirpación quirúrgica o al control clínico. En nuestro caso, el paciente prefirió un control mamográfico anual.
Consideraciones éticasLa información ha sido tratada con respeto y privacidad, asegurando el anonimato del paciente. Se cuenta con la autorización para la realización de proyectos de investigación dentro del Sector Zaragoza III, así como con el acuerdo de confidencialidad y de finalidad de uso en estudios de investigación.
Consentimiento del pacienteLos autores declaran que han obtenido el consentimiento del paciente para la publicación de este artículo.
FinanciaciónNo existe subvención.
Conflicto de interesesNo existe conflicto de intereses.