Objetivos: La cirugía de urgencias es un reto para el cirujano general. Una parte de esta, en nuestra región geográfica, es la cirugía taurina. Nuestro objetivo fue dar a conocer el tipo de cirugía que se realiza en un Hospital de Nivel I durante la atención de los heridos por asta de toro.

Métodos: Se realizó un estudio descriptivo retrospectivo desde el año 2000 hasta el año 2022 (durante los años 2020 y 2021, no hubo festejos taurinos por la pandemia). En él se recogieron datos demográficos y datos clínicos de los pacientes que fueron atendidos por el S. de Cirugía General de un Hospital de Nivel I. Se anotaron el número y el tipo de heridas, la localización de las mismas, la intervención realizada, las complicaciones posoperatorias, la necesidad de reintervención y la estancia hospitalaria.

Resultados: Se recogieron un total de 110 pacientes, en su mayoría varones 105 (95,5%) con una mediana de edad de 31 años [23 - 48] y edades comprendidas entre 14 y 83 años. En 72 pacientes (69,9%) solo se produjo una herida y en 22 (21,4%) dos. El tipo de cornada más frecuente fue la cornada profunda, 63 (61,2%), entendida esta como aquella que sobrepasa las fascias musculares. En 19 casos (18,4%) tuvo lugar una cornada superficial (afectación de piel y subcutáneo), 13 contusiones (12,7%) y 3 puntazos (2,9%). La localización más frecuente fue en extremidades inferiores 69 (67,0%), seguido de la zona perineal 12 (11,7%), la extremidad superior 7 (6,8%) y el abdomen 6 (5,8%). De los 110 pacientes, 85 (77,3%) tuvieron lesiones asociadas y 25 (22,7%) solo tuvieron que lamentar una cornada. Diez pacientes (9,7%) requirieron primera atención quirúrgica en el lugar de la cogida. La intervención más frecuente fue la exploración de la herida, su lavado, la realización de un Friedrich y la colocación de drenajes en 81 pacientes (78,6%). No tuvieron complicaciones inmediatas durante el ingreso 83 pacientes (80,6%). Seis, presentaron infección de la herida (5,9%) y seis tuvieron que ser reintervenidos; por evisceración debido a necrosis de pared abdominal, hemo/neumotórax e infecciones de herida. Hubo un fallecido en el quirófano con daños en los vasos ilíacos y en el plexo sacro y la mediana de hospitalización general fue de 5 días [2-7].

Conclusiones: La cirugía del trauma taurino supone un reto para el cirujano de urgencias en nuestro medio. El reto se multiplica cuando nos encontramos en un Hospital de Nivel I, con recursos y especialistas limitados. Los pacientes implicados fueron en su mayoría varones jóvenes, con afectación de extremidades inferiores en los que un buen lavado y desbridamiento evitaron complicaciones.