18647 - Meningitis tuberculosa como complicación inusual de la instilación intravesical de bacilo de Calmette-Guérin (BCG) en el tratamiento del carcinoma uretelial de vejiga
1Servicio de Neurología. Hospital Valle del Nalón; 2Servicio de Neurología. Hospital Universitario Central de Asturias; 3Servicio de Neurología. Hospital de Cabueñes.
Objetivos: Subrayar la inclusión de la meningitis tuberculosa (MT) en el diagnóstico diferencial de una meningitis aséptica en pacientes con antecedente epidemiológico de vacunación y/o instilación intravesical de BCG.
Material y métodos: Varón de 61 años, músico de profesión, tratado hace un año por cáncer de vejiga mediante resección transuretral e instilaciones de BCG, es traído por una alteración conductual caracterizada por desorientación, imposibilidad para la composición de partituras y, en la semana previa, intensa somnolencia diurna. En la exploración se objetivaron una tendencia a la somnolencia, una apraxia para la apertura ocular y un reflejo cutáneo-plantar extensor bilateral.
Resultados: La analítica reflejó una hiponatremia moderada en relación con un síndrome de secreción inadecuada de ADH (SIADH). Una TC craneal mostró una lesión isquémica subaguda cerebelosa, que la RM informó como un proceso infeccioso-inflamatorio. La punción lumbar evidenció consumo de glucosa, hiperproteinorraquia y pleocitosis linfocitaria, con negatividad para FilmArray, serologías de virus neurotropos, Borrelia y sífilis, y autoinmunidad. La PCR y el cultivo de LCR para M. tuberculosis fueron negativos. El despistaje sistémico para micobacterias también fue negativo. Se instauró tratamiento con isoniacida, rifampicina, pirazinamida y etambutol, asociando metilprednisolona 1 mg/kg. El paciente mostró una excelente respuesta en las siguientes 72-96 horas.
Conclusión: La MT representa una rara complicación de la instilación intravesical de BCG en el tratamiento del carcinoma de vejiga. El pronóstico es sombrío, con una alta morbimortalidad, justificándose un tratamiento empírico precoz ante la menor sospecha clínica. Los estudios microbiológicos son frecuentemente negativos, convirtiéndola en un verdadero reto diagnóstico.