Introducción: Existe muy poca información sobre el tratamiento oral de la endocarditis, sobre todo de las endocarditis izquierdas. En la actualidad disponemos de fármacos con excelente biodisponibilidad oral, lo que podría permitir adelantar el alta de algunos pacientes seleccionados. Nuestro objetivo fue analizar la frecuencia y resultados de los pacientes con EI que completaron el tratamiento ambulatoriamente con fármacos orales.
Material y métodos: Se recogieron los pacientes que fueron dados de alta con tratamiento oral en la cohorte GAME del HGUGM entre 2008 y 2016. Se incluyeron los 435 episodios de EI probada o probable de acuerdo a los criterios de Duke. Los datos se recogieron prospectivamente en un protocolo preestablecido.
Resultados: La EI tratada al alta con fármacos orales supuso el 10% de las EI probadas (44 episodios). Los microorganismos responsables fueron Staphylococcus aureus (15; 34%), Streptococcus viridans/Granulicatella spp. (7; 16%), bacilos gramnegativos (5; 11,4%), Staphylococcus epidermidis (4; 9%), Coxiella burnetii (3; 6.8%), anaerobios (3; 6,8%), hongos (2; 4,6%), Enterococcus faecalis, Streptococcus pneumoniae y Ureaplasma spp. (un caso cada uno) y 2 endocarditis de etiología desconocida. La edad media fue de 59 años (DE: 21) y 30 pacientes (68%) eran varones. La adquisición fue mayoritariamente comunitaria (27; 61,4%). La endocarditis afectó válvulas naturales en la mitad de los casos (54%), pero también válvulas protésicas (13; 29,5%) y material intracardíaco (9; 20,5%). Predominó claramente la afección del corazón izquierdo (aórtica 15; 34,1%/mitral 17; 38,6%). Se detectaron metástasis a distancia en 12 pacientes (3 SNC, 4 bazo, 4 pulmonares, 2 espondilodiscitis) y fueron intervenidos quirúrgicamente 29 pacientes (66%). Los fármacos más utilizados fueron las quinolonas (29; 66%), sobre todo levofloxacino (22). Otros fármacos fueron cotrimoxazol (4), linezolid (3), cloroquina y doxicilina (3), azoles (2), cefalosporinas (2) y rifampicina (6). La mediana de la duración del tratamiento oral ambulatorio fue 19,5 días (RIQ: 14-41). Precisaron reingreso por diferentes motivos 15 pacientes (34%), aunque solo hubo 2 recidivas precoces (una aspergilosis y un Streptococcus viridans que se había ido de alta voluntaria). El resto de las causas de reingreso fueron 2 implantes de marcapasos y casos aislados de bacteriemia de otro origen, espondilodiscitis, insuficiencia respiratoria, leishmaniasis, neoplasia, neumonía, sangrado, reajuste de sintrom, taquicardia y trasplante cardíaco. La mortalidad al año de seguimiento fue del 4,5%, pero ningún paciente falleció por la endocarditis.
Conclusiones: Nuestra serie demuestra que es seguro y factible completar el tratamiento de endocarditis de alta complejidad mediante tratamientos orales, pero que estos pacientes han de ser vigilados muy estrechamente pues la tasa de reingreso es elevada.