Los tumores carcinoides son los tumores neuroendocrinos más frecuentes1, y los carcinoides gástricos representan el 2% de todos los carcinoides, así como el 1% de todas las masas gástricas2. Este caso ilustra una causa rara de anemia ferropénica en un paciente joven debido a 2 tumores carcinoides gástricos tipo I, establecidos en una gastritis atrófica que causaba hipergastrinemia, en ausencia de déficit de vitamina B12.
Se trata de un varón de 38 años de edad, sin antecedentes de interés, que es derivado a la consulta de medicina interna para estudio de anemia. La exploración física fue normal. En la analítica destaca una discreta anemia ferropénica (hemoglobina: 12,4g/dl; volumen corpuscular medio: 75,8fl; hemoglobina corpuscular media: 24pg, y ferritina: 6,4ng/ml), con normalidad del resto de los parámetros hematológicos y bioquímicos, incluido la vitamina B12. Se practicó una panendoscopia digestiva. La colonoscopia no mostró hallazgos patológicos, mientras que la gastroscopia informó de la presencia de 2 lesiones polipoideas sésiles subcentimétricas, erosionadas en el vértice, situadas en cuerpo y antro gástrico, que fueron extirpados mediante pinza de biopsia (fig. 1). La descripción anatomopatológica de las muestras demostró una gastritis crónica de antro y cuerpo, sin bacilos tipo Helicobacter y 2 neoplasias neuroendocrinas bien diferenciadas, con infiltración de la lámina propia y de la muscularis mucosae. El estudio de extensión mediante tomografía computarizada toraco-abdomino-pélvica fue negativo. Se detectaron niveles de gastrina elevados (2.800pg/ml). La cuantificación en orina de 24h de ácido 5-hidroxiindilacético, cortisol libre y metabolitos de catecolaminas resultó dentro de los límites de la normalidad. El paciente, por otra parte, negaba clínica sugerente de síndrome carcinoide o hiperactividad simpática y la gammagrafía con 111In-octeótrido resultó normal. Se planificó su seguimiento mediante exploraciones endoscópicas periódicas y actualmente se encuentra asintomático.
El tumor carcinoide gástrico constituye una entidad infrecuente (menos del 5% de las neoplasias digestivas), aunque en este órgano se localizan entre el 11 y el 41% del total de tumores neuroendocrinos del tracto gastrointestinal3,4. En la literatura se describen 3 subtipos con una evidente utilidad clínica4. Los tumores tipo I se relacionan con situaciones de hipergastrinemia mantenida, secundaria a aclorhidria y gastritis crónica atrófica tipo A. Generalmente son asintomáticos y multicéntricos, aunque pueden manifestarse como una anemia perniciosa y, excepcionalmente, como una anemia ferropénica5,6. Pueden presentarse en varones jóvenes sin historia autoinmune, como en nuestro caso, a pesar de la conocida predilección por las mujeres entre 50 y 70 años5. Los tumores de tipo II son más raros y aparecen en pacientes con el síndrome de Zollinger-Ellison, en el contexto de un cuadro de neoplasia endocrina múltiple (NEM) tipo I7. Los carcinoides tipo III son esporádicos, no se asocian a hipergastrinemia y tienen un comportamiento más agresivo8. La resección endoscópica, con estrecho seguimiento posterior, se ha demostrado como la mejor opción terapéutica, reservando la cirugía (antrectomía o gastrectomía total) para los tumores multicéntricos, mayores de 1cm o acompañados de clínica digestiva o constitucional significativa2,3,7.