El nódulo de Orf o ectima contagioso es una zoonosis infrecuente causada por un parapoxvirus que se transmite por contacto directo con ovejas y cabras, o por contacto con materiales contaminados. El diagnóstico se basa en la presencia de la lesión clínica característica, la correlación histológica y la historia clínica compatible. En personas inmunocompetentes las lesiones se resuelven en 8-10 semanas sin necesidad de tratamiento, y las principales complicaciones suelen deberse a la agresividad de las medidas terapéuticas. Por el contrario, en los pacientes inmunodeprimidos aparecen lesiones de mayor tamaño y atípicas simulando carcinomas cutáneos que pueden ser difíciles de controlar1.
Presentamos el caso de un varón de 49 años, sin antecedentes médicos de interés, que acudió a urgencias por presentar una lesión dolorosa en el dorso de la mano de 2 semanas de evolución. El paciente, que trabaja como ganadero con ganado ovino en un pueblo de la provincia de Zaragoza, refería que la lesión había aparecido sobre una herida que se había hecho con una placa metálica de su granja donde había restos de lana y sangre, una semana antes de la aparición de la lesión.
A la exploración física presentaba una lesión en forma de 2 placas violáceas unidas de aspecto tumoral, infiltradas a la palpación, con una zona central umbilicada ampollosa y halo eritematoso de 2,5cm de diámetro, situadas en dorso de la mano derecha (fig. 1). En axila ipsilateral se palpaban pequeñas adenopatías rodaderas.
Con los antecedentes descritos de exposición a material contaminado por ganado ovino, y la evolución y las características clínicas de la lesión, se sospechó que pudiese tratarse de un nódulo de Orf, y se realizó una biopsia cutánea para descartar procesos tumorales e inflamatorios cutáneos y un cultivo de la lesión para descartar infección bacteriana o fúngica.
La biopsia reveló una ligera acantosis con vacuolización de las células en los 2 tercios superiores de la epidermis, con células necróticas y numerosas inclusiones eosinofílicas intranucleares en los queratinocitos, altamente sugestivas de infección por parapoxvirus. En dermis se apreciaban vasos dilatados de pared fina y un infiltrado predominantemente linfohistiocitario con algunos eosinófilos y células plasmáticas. El cultivo bacteriano y fúngico fue negativo.
Tras el resultado de la biopsia y el cultivo se estableció el diagnóstico de nódulo de Orf o ectima contagioso y se citó al paciente para revisión en 6 semanas sin tratamiento. Cuando acudió a la consulta la lesión prácticamente había regresado, quedando únicamente una mácula violácea con una costra adherida.
Las lesiones de ectima contagioso en humanos fueron descritas por primera vez en la literatura por Newsome y Cross en 1934, relacionándolas con las úlceras costrosas que presentaban las ovejas alrededor de la boca y en otras zonas descubiertas de pelo como las ubres2. La lesiones miden aproximadamente entre 1-3cm de diámetro y se localizan más frecuentemente en manos y brazos3.
El periodo de incubación es de 3 a 7 días, y durante su evolución la lesión pasa por distintos estadios clínicos: La primera semana tiene un aspecto maculo-papular, pudiendo estar acompañada de adenopatías y fiebre. Posteriormente adopta una morfología dianiforme que dura una o 2 semanas y luego pasa a ser nodular, papilomatosa y, finalmente, forma una costra y desaparece. En pacientes inmunocompetentes, el proceso cura espontáneamente sin cicatriz, y el sujeto adquiere inmunidad permanente4. Se han descrito algunas complicaciones, que son más frecuentes en inmunodeprimidos y que incluyen la sobreinfección bacteriana, el eritema multiforme, la diseminación de las lesiones, una erupción varioliforme generalizada e incluso la aparición de algunas enfermedades ampollosas autoinmunes como el penfigoide ampolloso o el penfigoide de membranas5–7.
El diagnóstico diferencial clínico incluye otras infecciones zoonóticas como el carbunco y el nódulo de los ordeñadores, enfermedades inflamatorias como el eritema multiforme cuando se encuentra en fase dianiforme y lesiones tumorales como el carcinoma espinocelular, el granuloma piógeno y el linfoma anaplásico de células grandes CD30 positivo. Este último es también uno de sus principales diagnósticos diferenciales histológicos, pudiendo presentar el infiltrado inflamatorio del nódulo de Orf células CD30 positivas8.
Para confirmar el diagnóstico es necesario un antecedente epidemiológico de contacto con cabras u ovejas, y una clínica y una histología compatible, ya que la anatomía patológica aislada no es patognomónica. Otras herramientas útiles son la PCR del virus, que no está disponible en la mayoría de los centros y la microscopía electrónica, que muestra el virus infectando las células9,10.
En resumen, presentamos un caso de nódulo de Orf o ectima contagioso que nos permite, conociendo esta imagen clínica característica, sospechar esta entidad infrecuente en pacientes con historia epidemiológica compatible, especialmente en el medio rural.