La urticaria es una dermatosis común, de patogénesis poco conocida. Se caracteriza por la presencia de habones. Cuando dura menos de 6semanas es denominada urticaria aguda (UA). El 20% de la población sufrirá al menos un episodio de UA a lo largo de su vida. Aunque la mayoría de los casos son de origen idiopático, en ocasiones guardan relación con infecciones, fármacos o vacunas, entre otros1.
Varón de 27años, sin antecedentes de interés, profesional sanitario, quien 10días después de administrarse la tercera dosis de la vacuna contra la SARS-CoV-2 mRNA-1273 (Moderna) refirió la aparición de lesiones pruriginosas eritematoedematosas, evanescentes que impedían la conciliación del sueño. El paciente negaba tanto episodios similares anteriormente, como reacciones cutáneas tras las dos primeras dosis de la vacuna mRNA-1273. A la exploración física se objetivaron principalmente lesiones habonosas localizadas de forma dispersa por el cuerpo, destacando su presencia a nivel del tronco, palmas, así como angioedema que afectaba al labio superior derecho, sin otro compromiso de mucosas. El paciente confirmó el carácter evanescente de las lesiones. A la palpación no se apreciaron adenopatías sospechosas. Por lo demás, no asociaba otra clínica, manteniendo un buen estado general. Todos ello era compatible con una urticaria. Se inició tratamiento con ebastina 10mg/12h y pauta descendente de prednisona 60mg/día con control sintomático y disminución del número de las lesiones tras 12días de tratamiento, con estabilidad posterior, siendo compatible con una UA. Este caso se notificó como reacción adversa a la vacuna al Sistema Nacional de Farmacovigilancia.
Las vacunas contra SARS-CoV-2 han desencadenado numerosas manifestaciones cutáneas2,3. Debido al resurgir de la COVID-19, por las nuevas variantes, la introducción de una tercera dosis de recuerdo facilita que nos encontremos ante una nueva ola de consultas sobre la clínica cutánea derivada de ella4.
Dentro del espectro de lesiones cutáneas que se han descrito asociadas a estas vacunas destacan reacciones a nivel local, reacciones tardías locales exageradas, erupciones morbiliformes y urticaria (pudiendo aparecer de horas a días después de la vacunación)2.
De forma general, las urticarias agudas que se desencadenan tras la vacunación corresponden a reacciones de hipersensibilidad tipoI, mediadas por IgE, apareciendo de forma rápida en las primeras 24h tras la vacunación. Sin embargo, pueden ocurrir como reacciones retardadas que se manifiestan de horas a días después del desencadenante. Se cree que esto puede obedecer a procesos no mediados por la IgE, como puedan ser la activación del complemento o debido a inmunocomplejos5.
Si bien es cierto que, en el presente caso, el inicio de la clínica se demora 10días después de la vacunación, este mecanismo tardío podría explicar el desencadenante de la urticaria, por lo que consideramos que la vacuna mRNA-1273 podría tratarse del desencadenante más plausible.
Pese a que no podemos demostrar causalidad, reportamos este caso ejemplificando un primer brote de UA tras la tercera dosis de la vacuna mRNA-1273 en un varón previamente sano, pudiendo obedecer a un mecanismo retardado no mediado por IgE. Las reacciones adversas cutáneas leves no deberían en ningún caso desalentar el uso de la vacunación contra la COVID-19.
Responsabilidades éticasSe ha contado con el consentimiento de los pacientes y se han seguido los protocolos de los centro de trabajo sobre tratamiento de la información de los pacientes.
FinanciaciónNinguna.
Conflicto de interesesNinguno.