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Vol. 44. Núm. 2.
Páginas 168-177 (abril 2000)
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Revisión protésica del componente acetabular en la artroplastia total de cadera
Revision of the acetabular component of total hip arthroplasty
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E. García Cimbrelo
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El recambio acetabular puede llegar a ser una intervención de gran complejidad dependiendo del defecto óseo existente. Aunque la planificación preoperatoria es necesaria para poder prever, en lo posible, la dificultad de la operación, son los hallazgos intraoperatorios los que definitivamente indicarán el tipo de intervención a seguir. En los defectos acetabulares menores del 30% (tipos 1 y 2 de Paprosky) el empleo de una cúpula sin cementar porosa y hemisférica suplementada con tornillos proporciona buenos resultados. El uso de injerto triturado permite rellenar los defectos cavitarios. En pacientes mayores, con poca actividad, y sin defecto óseo, pueden utilizarse cúpulas cementadas sin injerto. En los defectos acetabulares mayores del 30% (tipos 3A y 3B de Paprosky) el empleo de injerto triturado e impactado con cúpula cementada según la técnica de Slooff suele dar buenos resultados. Los casos difíciles con discontinuidad pélvica, requieren añadir, al injerto y cúpula cementada, placas de osteosíntesis o grandes anillos metálicos como los de Burch-Schneider.
Palabras clave:
Cadera
Prótesis
Componente acetabular
Recambio
Cup revision can be a highly complex intervetion depending on the bone defect present. Although preoperative planning is necessary in order to foresee potential surgical difficulties, the intraoperative findings determine what intervention will be performed. In acetabular defects of less than 30% (Paprosky types 1 and 2), porous hemispheric noncemented cups fixed with screws give good resuts. Morsellized allografts can be used to fill cavitary defects. In older patients with little activity and no bone defects, cemented cups can be used without a graft. In acetabular defects of more than 30% (Paprosky types 3A and 3B), morsellized allografts impacted with a cemented cup following the Slooff technique usually produce good results. Difficult cases with pelvic discontinuity require, in addition to allograft and a cemented cup, osteosynthesis plates or large metal rings, such as Burch-Schneider rings.
Keywords:
Hip
Prosthesis
Acetabular component
Revision
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Revisión protésica del componente acetabular en la artroplastia total de cadera

Revision of the acetabular component of total hip arthroplasty

GARCÍA CIMBRELO, E.

Departamento de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Universitario La Paz. Madrid.

Correspondencia:

Dr. E. GARCÍA CIMBRELO

Pez Austral 13, 5.º A

28007 Madrid

Recibido: Enero de 2000.

Aceptado: Enero de 2000.


RESUMEN: El recambio acetabular puede llegar a ser una intervención de gran complejidad dependiendo del defecto óseo existente. Aunque la planificación preoperatoria es necesaria para poder prever, en lo posible, la dificultad de la operación, son los hallazgos intraoperatorios los que definitivamente indicarán el tipo de intervención a seguir. En los defectos acetabulares menores del 30% (tipos 1 y 2 de Paprosky) el empleo de una cúpula sin cementar porosa y hemisférica suplementada con tornillos proporciona buenos resultados. El uso de injerto triturado permite rellenar los defectos cavitarios. En pacientes mayores, con poca actividad, y sin defecto óseo, pueden utilizarse cúpulas cementadas sin injerto. En los defectos acetabulares mayores del 30% (tipos 3A y 3B de Paprosky) el empleo de injerto triturado e impactado con cúpula cementada según la técnica de Slooff suele dar buenos resultados. Los casos difíciles con discontinuidad pélvica, requieren añadir, al injerto y cúpula cementada, placas de osteosíntesis o grandes anillos metálicos como los de Burch-Schneider.

PALABRAS CLAVE: Cadera. Prótesis. Componente acetabular. Recambio.

ABSTRACT: Cup revision can be a highly complex intervetion depending on the bone defect present. Although preoperative planning is necessary in order to foresee potential surgical difficulties, the intraoperative findings determine what intervention will be performed. In acetabular defects of less than 30% (Paprosky types 1 and 2), porous hemispheric noncemented cups fixed with screws give good resuts. Morsellized allografts can be used to fill cavitary defects. In older patients with little activity and no bone defects, cemented cups can be used without a graft. In acetabular defects of more than 30% (Paprosky types 3A and 3B), morsellized allografts impacted with a cemented cup following the Slooff technique usually produce good results. Difficult cases with pelvic discontinuity require, in addition to allograft and a cemented cup, osteosynthesis plates or large metal rings, such as Burch-Schneider rings.

KEY WORDS: Hip. Prosthesis. Acetabular component. Revision.


El aflojamiento de la cúpula acetabular conlleva cierto grado de defecto óseo que determina la conducta a seguir en el momento de la cirugía de recambio. Todo defecto óseo debe ser evaluado tanto antes de la intervención como en el momento de la cirugía, ya que puede variar durante la misma, especialmente en presencia de componentes difíciles de extraer, pudiendo los defectos menores convertirse en grandes defectos difíciles de resolver.

En el contexto de la reconstrucción acetabular, el substrato óseo ideal será aquel que cubra completamente la cúpula acetabular mediante hueso sano por la parte craneal, medial y posterior, y casi completamente por la parte anterior, estando el centro de rotación en su lugar anatómico.7 En cirugía primaria es frecuente la aparición de un aflojamiento precoz de la cúpula cuando existe un defecto óseo en el acetábulo, ya que ello hace difícil la adecuada fijación inicial del componente protésico.23

Debido a que la mayor parte de la pérdida ósea se produce de modo insidioso, se puede producir una discontinuidad pélvica, difícil de observar incluso durante la cirugía. La existencia de una discontinuidad pélvica requiere de su estabilización antes de proceder a la reconstrucción del defecto óseo.56

Evaluación radiográfica del acetábulo

Las radiografías más utilizadas habitualmente son las proyecciones anteroposterior de la pelvis, lateral y oblicuas de cada cadera.

1) Proyección anteroposterior. Ofrece una información de gran utilidad relativa al estado del techo y fondo acetabulares. Una penetración de la cabeza femoral más interna que la línea de Köhler indica un defecto del fondo acetabular, mientras que la pérdida de la lágrima de Köhler indica una afectación de la placa cuadrilateral. Sin embargo, las radiografías anteroposteriores dan una información limitada sobre el estado de las columnas acetabulares, debido a que se superponen entre ellas y con la imagen del implante protésico. Una zona de lisis a nivel del isquion sugiere la existencia de un defecto de la columna posterior.55

2) Proyección lateral. Es de gran utilidad para analizar el componente femoral, lo es menos para la cúpula acetabular. Aunque las columnas acetabulares pueden observarse parcialmente en las radiografías laterales, la proyección lateral no ofrece una verdadera visión de perfil de la cadera.

3) Proyecciones oblicuas. La columna anterior se puede observar en la proyección obturatriz, mientras que la columna posterior se puede analizar mejor en la proyección alar, como han descrito Judet y Letournel.35

En ocasiones pueden utilizarse técnicas especiales, como la angiografía, en aquellos casos en los que exista riesgo de lesión de los vasos ilíacos durante la revisión de una cúpula acetabular penetrada en la pelvis. Si la angiografía mostrara un estrecho contacto entre los vasos y el implante, podría ser necesario un abordaje retroperitoneal para poder extraer la prótesis.12

Los estudios con tomografías computadorizadas o con resonancia magnética son de poca utilidad dado que el componente metálico del implante produce artefactos que impiden la interpretación de las imágenes.

Clasificación de los defectos acetabulares

El empleo de un sistema de clasificación antes de la operación resulta de gran utilidad. Sin embargo, existen diferentes sistemas que no han sido validados de modo universal, lo que conduce a errores intraobservador e interobservador en la identificación y graduación del defecto óseo. Todo sistema de clasificación de defectos óseos, basado en hallazgos radiográficos preoperatorios, debe considerar los siguientes aspectos:50 se basará en estudios radiográficos fáciles de obtener; debe ser validado por la existencia de cifras bajas de error interobservador e intraobservador;48 y la clasificación que se utilice debe servir de guía al cirujano para facilitar la elección de la técnica quirúrgica utilizada durante la cirugía de revisión.

Existen diferentes clasificaciones para valorar el defecto óseo acetabular:

American Academy of Orthopaedic Surgeons (AAOS). A propuesta de la AAOS, D''Antonio y cols. clasificaron en 1989 los defectos óseos acetabulares en 5 tipos:7 tipo I, defecto segmentario, definido como cualquier pérdida de hueso en la porción de soporte de la hemiesfera acetabular, incluida la parte medial; tipo II, defecto cavitario, definido como la pérdida volumétrica de estructura ósea de la cavidad acetabular estando el borde acetabular intacto; tipo III, defecto combinado; se define cuando los dos defectos previamente citados coexisten; tipo IV cuando existe una discontinuidad pélvica; y tipo V cuando existe una artrodesis de cadera. El tipo V va incluido en esta clasificación por la dificultad de su tratamiento.

Aunque de gran sencillez, este sistema de clasificación no establece diferencias en relación con el grado de afectación o de pérdida de hueso en cada uno de los tipos utilizados, por lo que resulta de dudosa utilidad para el cirujano.

Paprosky. El autor diseñó su clasificación con el fin de elegir la técnica de revisión dependiendo del grado de defecto óseo.55,56 La clasificación se basa en el estudio de cuatro criterios: la emigración superior de la cúpula, la existencia de lisis isquiática (defecto de la columna posterior), ausencia de la línea de Köhler (lesión del fondo acetabular), y existencia de lisis a nivel de la lágrima de Köhler (lesión de la columna anteroinferior). De acuerdo con estos criterios, Paprosky divide los defectos acetabulares en diferentes grupos (Tabla 1).

 

Tabla 1. Clasificación del defecto acetabular (Paprosky y Sekundiak):56

Tipo Migración superior* Lisis isquion** Migración medial*** Lisis lágrima de Köhler****

INo significativoNoNoNo
IIANo significativo LeveGrado I Leve
IIBNo significativo a significativo LeveGrado II Leve
IICNo significativo LeveGrado IIIModerado a grave
IIIA Significativo ModeradoGrado II+ o III Moderado
IIIB Significativo GraveGrado III+ Grave

*No significativo = < 3 cm por encima de la línea obturatriz. Significativo = > 3 cm.
**Leve, la lisis alcanza = 0 a 7 mm por debajo de la línea obturatriz; Moderada = 7 a 14 mm, y Grave = > 15 mm.
***Grado I = lateral a la línea de Köhler; Grado II = emigración a la línea de Köhler; Grado II+ = expansión medial a la línea de Köhler dentro de la pelvis; Grado III = emigración dentro de la pelvis con afectación de la línea de Köhler; y Grado III+ = emigración marcada dentro de la pelvis.
****Leve = pérdida mínima del borde lateral; Moderada = pérdida completa del borde lateral; Grave = pérdida de los bordes lateral y medial.

Para Paprosky, en los defectos tipo 1 y 2, la pérdida de hueso es menor del 30% de la superficie acetabular. Los defectos tipo 3A tienen una pérdida de hueso entre el 30 y el 50%, mientras los defectos 3B tienen un defecto de hueso mayor del 50%. El principal problema de esta clasificación es que no toma en consideración defectos específicos como la discontinuidad pélvica, que aunque puede ser incluida en los defectos tipo 3B, debe considerarse como un defecto diferente dadas sus características.

Gross. Como la clasificación de Paprosky, está pensada para poder elegir la opción más adecuada en el momento de la revisión.26-28 Para Gross existen tres tipos de defectos: protrusión, defectos menores (pérdida del reborde acetabular menor del 50%) y defectos mayores (pérdida mayor del 50%) de las columnas acetabulares.

Engh y cols. Los autores utilizan una clasificación muy sencilla:14 tipo I (leve), se caracteriza por una mínima pérdida ósea con un reborde y un fondo acetabular intactos; tipo II (moderada), se define cuando el reborde acetabular es deficiente pero el fondo está intacto; tipo III (grave), se caracteriza por un reborde y un fondo deficientes.

Gustilo y Pasternak. Refieren cuatro tipos:29 tipo I, cuando sólo existe un menor ensanchamiento de la pared acetabular; tipo II, existe un marcado ensanchamiento de la cavidad acetabular, pero sin llegar a perforarla; tipo III, existe un defecto local en la pared acetabular, anterior, posterior, superior o medial; tipo IV, se observa un colapso o defecto masivo que afecta a dos o más paredes acetabulares.

Chandler y Penenberg. Dividen el acetábulo en techo, fondo y columnas:6 tipo 1, defectos del reborde acetabular; tipo 2, defectos intracetabulares; tipo 3, protrusión de la pared medial; tipo 4, perforación de la pared medial; tipo 5, defectos combinados, con diferentes subgrupos.

Técnicas quirúrgicas y resultados en cirugía de revisión acetabular

La cirugía de revisión de una prótesis total de cadera es un procedimiento difícil y complejo que requiere de soluciones individuales, dependiendo del defecto óseo de cada paciente, y que frecuentemente presenta complicaciones.1,13,15,38,40,49,57 Actualmente el empleo de anillos metálicos de refuerzo, cúpulas sin cementar, aloinjertos, e incluso prótesis a medida, ha permitido mejorar los resultados, siendo actualmente la resección artroplastia de Girdlestone innecesaria en la mayoría de los pacientes con grave defecto óseo. El empleo de técnicas diferentes en pacientes con distintos defectos óseos hace difícil su evaluación. Por otra parte, las revisiones múltiples lesionan progresivamente el hueso, siendo cada vez más exigentes y los resultados peores.37,59

1. Cúpulas cementadas en cirugía de revisión

Inicialmente, la cirugía de revisión se realizaba frecuentemente mediante abordajes que incluían una osteotomía del trocánter mayor para facilitar la operación y tensar la musculatura abductora, al tiempo que se mejoraba la estabilidad de la prótesis y la función postoperatoria.25,57 El empleo de cúpulas cementadas, implantadas con la misma técnica que en cirugía primaria, requería en ocasiones en las que existían defectos en la pared medial del acetábulo, del uso de mallas metálicas, con el fin de evitar la entrada de cemento dentro de la pelvis.34

La complejidad de la cirugía de revisión en los años setenta explica la alta incidencia de complicaciones.5,13,40,49,57 Fracturas femorales al luxar la prótesis, perforaciones en el fondo acetabular, pseudoartrosis del trocánter mayor, infecciones y luxaciones postoperatorias eran frecuentes. La adecuada exposición, junto con una radical liberación de partes blandas que permita la movilización de la parte proximal del fémur, evitan la mayor parte de estas complicaciones.36

Un deficiente mecanismo abductor producido por el desplazamiento del trocánter mayor, en caso de pseudoartrosis, el excesivo acortamiento del fémur, y la colocación más proximal de la cúpula acetabular favorecen la mayor incidencia de luxaciones postoperatorias en este tipo de cirugía.24

Luxaciones recidivantes requieren, en ocasiones, el empleo de nuevas prótesis constreñidas, de las que todavía no existen resultados a medio plazo.

La práctica actual de cultivos y estudios anatomopatológicos intraoperatorios de los implantes aflojados permite diagnosticar revisiones sépticas que antes eran consideradas como asépticas. Posiblemente, la alta frecuencia de infecciones postoperatorias en cirugía de revisión, en los años setenta, guarde relación con este hecho. El empleo de cemento con antibióticos en cirugía de revisión es hoy generalmente aceptado.46

Los resultados de las cúpulas cementadas en la cirugía de revisión dependen del grado de defecto óseo de cada paciente.25,34 Mientras los resultados son buenos en cúpulas sin defecto óseo, los resultados son malos cuando el defecto óseo es importante. El empleo de una cúpula acetabular cementada, sin ningún refuerzo, requiere, por tanto, de un buen substrato óseo para ser eficaz, siendo necesario que el reborde acetabular mantenga la función de soportar la nueva cúpula implantada.

Incluso en casos favorables, es frecuente la existencia de líneas radiotransparentes en la interfaz hueso-cemento.47,57 Estas líneas son compatibles con un buen resultado clínico. Sin embargo, en nuestro medio,25 las líneas radiotransparentes aumentaban progresivamente de anchura con el paso del tiempo, pudiendo considerarse como un signo de aflojamiento radiográfico.31,63 La existencia de líneas radiotransparentes en caderas asintomáticas es un signo de una mala fijación hueso-cemento-prótesis. Estudios con RSA han mostrado una fijación menos segura en casos de revisión con prótesis cementadas que en cirugía primaria, especialmente cuando existen graves defectos óseos.16,71 Esta mala fijación inicial en la cirugía de revisión puede deberse a la existencia de partículas residuales de tejidos,42 o a una inadecuada unión entre el cemento y el lecho escleroso del acetábulo.10 La pérdida grave de substrato óseo hace difícil colocar la nueva cúpula en la posición óptima sobre un hueso con la resistencia necesaria para permitir una adecuada fijación. La Tabla 2 muestra diferentes series con resultados de la cúpula cementada en cirugía de revisión.

 

Tabla 2. Resultados de la cúpula acetabular en cirugía de revisión.

AutorAñoCasosSeguimiento (años)Cúpulas revisadasCúpulas aflojadasMal resultado

Pellicci57 1985 99 8,1 29 47%
Kavanagh38 1985 162 8 20% 10%
Callaghan5 1985 139 3,6 29% 18%
Ejsted13 1987 97 4 14%
Marti49 1990 60 5-14 4 14 15%
Kershaw40 1991 220 6,2 18 18 23%
G. Cimbrelo25 1995 148 11,5 19 29 13%

2. Anillos metálicos de refuerzo en cirugía de revisión

Durante los años setenta, Müller desarrolló un anillo metálico con el fin de aumentar el lecho acetabular deficiente.53 Burch y Schneider tambien desarrollaron anillos de mayor tamaño («jaulas»).64 Actualmente son numerosos los modelos existentes con una función similar.27,39 Su finalidad es conseguir una mayor zona de contacto entre el implante y el hueso acetabular, con el fin de distribuir las fuerzas articulares sobre una zona más amplia.2

En aquellos primeros años, el anillo metálico de refuerzo se asociaba con una cúpula cementada. Los anillos de Müller se utilizaban en defectos segmentarios, mientras que los anillos de Burch y Schneider se empleaban en defectos mayores.2

En nuestra serie, los resultados obtenidos en aquellos casos iniciales mostraban resultados aceptables, con 23,8% de malos resultados a los 10 años según las curvas de supervivencia.20 Aunque la mayoría de los pacientes supervivientes mostraban una clara mejoría de su dolor, era frecuente la mala función. La mayoría de estos malos resultados se debería a su avanzada edad y a la presencia de enfermedades sistémicas asociadas, más que a un aflojamiento asintomático de la cúpula acetabular. La mayoría de los casos operados en nuestro centro mostraban una colocación de la cúpula en una posición anatómica.

Los mejores resultados con el anillo metálico de Müller se obtienen en defectos cavitarios y en defectos segmentarios anteriores, mientras que los peores resultados se observan en defectos acetabulares segmentarios posteriores.60

El anillo de Burch-Schneider estaría indicado en grandes defectos óseos, pero su uso requiere de experiencia, y amplios abordajes, debiendo colocarse los tornillos en zonas con buen substrato óseo.58 Los peores resultados han sido referidos en casos de discontinuidad pélvica, en los que puede ser necesario asociar placas para reconstruir el acetábulo antes de implantar la prótesis.58

Aunque las series con resultados tardíos se refieren a pacientes en los que se utilizó un anillo metálico asociado con una cúpula cementada, actualmente se utilizan junto con injertos triturados o segmentados, que son protegidos de las fuerzas que favorecerían su fracaso durante la fase de remodelación y maduración. Todas las series refieren mejores resultados cuando se asocian injertos. En estos pacientes es frecuente observar la maduración, y probable incorporación, del injerto sin una reabsorción significativa.2,4,17,18,30,43,58,60,74 La Tabla 3 muestra diferentes series con resultados de los anillos de refuerzo acetabular en cirugía de revisión.

 

Tabla 3. Resultados de los anillos metálicos acetabulares en cirugía de revisión.

AutorAñoCasosSeguimiento (años)Cúpulas revisadasCúpulas aflojadasMal resultado

Fusch17 1988 68 2-5 0 3%
Berry2 1992 42 5 5 (10%) 10 (24%)
Zehtner74 1994 55 5,5-10 20 1
G. Cimbrelo20 1997 22 10 6 12 6
Korovessis43 1999 26 9 3 6 6
Haddad30 1999 48 5 0 0

En el momento actual, el empleo de grandes anillos, asociados a cúpulas cementadas, injertos e incluso placas de reconstrucción acetabular, es necesario en revisiones de defectos acetabulares con discontinuidad pélvica.4

3. Cúpulas sin cementar en cirugía de revisión

Son frecuentes las series que refieren buenos resultados en cirugía de revisión con el empleo de cúpulas hemiesféricas porosas sin cementar suplementadas con tornillos, asociadas en ocasiones a injertos triturados o estructurales.11,51,54,66,72 Sin embargo, han ido apareciendo estudios donde se muestran malos resultados cuando el defecto del lecho óseo acetabular es mayor del 50%.26,32,33,44,52,55,56

En un estudio que realizamos sobre 65 cúpulas sin cementar asociadas a injertos triturados y/o estructurales, tomados todos ellos de cabezas femorales, con un seguimiento medio de 8,3 años, los resultados fueron buenos en pacientes con defectos acetabulares menores del 30% y malos en caderas con defectos mayores, especialmente cuando se empleaban injertos estructurales.19

A diferencia de lo observado en cirugía primaria, en nuestra serie fue frecuente la existencia de líneas radiotransparentes alrededor de la bandeja metálica de la cúpula.

La importancia de estas líneas radiotransparentes es bien conocida en prótesis cementadas,22,31 pero no sucede lo mismo cuando se refiere a cúpulas no cementadas. Es conocido que las cúpulas sin cementar pueden ser estables en presencia de tejido fibroso.54

La posición postoperatoria de la cúpula no cementada no parece afectar el comportamiento posterior del implante. Para algunos autores, la colocación proximal de la cúpula, como consecuencia de un defecto acetabular, no se asocia con su emigración. El contacto directo de la cúpula contra un hueso intacto y viable es necesario para obtener un buen resultado, y si el único hueso sano está en una parte más proximal del acetábulo, la cúpula no cementada debe colocarse también proximal.8,54,61

Mientras se puede esperar buenos resultados en acetábulos con defectos menores, no sucede lo mismo en grandes defectos, especialmente cuando se asocian injertos segmentarios.32,33,56 Un defecto acetabular mayor raramente reproduce la geometría del implante, y es muy difícil que un injerto estructural rellene completamente el defecto óseo. El resultado es que el contacto directo entre la superficie porosa del implante y el hueso viable es muy limitado, de modo que no se produce la osteointegración. Cuando la cúpula está en contacto directo con un hueso vascularizado, la estabilidad de la cúpula es comparable a la que se observa en cirugía primaria.

En nuestra experiencia, el uso de injerto asociado a una cúpula sin cementar resulta de utilidad cuando se emplea para rellenar pequeñas cavidades. Aunque el estudio radiográfico aporta información muy limitada sobre el estado del injerto,6 cuando se emplean injertos estructurales sólidos en grandes defectos óseos, éstos están expuestos a las fuerzas de carga, observándose una lenta pero continua emigración de la cúpula con una progresiva reabsorción del mismo. En pequeños defectos cavitarios, el reborde acetabular cortical mantiene su capacidad de soporte. Sin embargo, en defectos segmentarios, el reborde acetabular pierde dichas propiedades. Estudios de laboratorio muestran que el tejido que une la superficie porosa de la cúpula con el injerto es tejido fibroso, por lo que la revascularización del injerto estructural no se produce.32,33

Con el fin de adaptarse a los defectos óseos, se emplean cada vez cúpulas de mayor tamaño, incluso recientemente se recomiendan cúpulas que intentan reproducir la forma del defecto, así las cúpulas oblongas, como la LOR propuesta por Willert,41 o los tipo «oblong» (Johnson & Johnson).9 Aunque nuestra experiencia es corta con este tipo de implantes, los problemas que hemos encontrado son similares a los que se observan cuando se utiliza una cúpula hemiesférica cuando existe un defecto importante en el acetábulo. La Tabla 4 muestra resultados de las cúpulas hemiesféricas porosas sin cementar en cirugía de revisión.

 

Tabla 4. Resultados de la cúpula hemisférica porosa sin cementar en cirugía de revisión.

AutorAñoCasosSeguimiento (años)Cúpulas revisadasCúpulas aflojadasMal resultado

Tanzer72 1992 140 4 2
Paprosky55 1994 147 5,7 3 6 6
Lachiewicz44 1994 60 5 0 0
Dorr11 1995 139 4,3 4,3% 2,1%
Silverton66 1995 115 8 13 0
Morsi52 1996 29 7,1 4 14%
G. Cimbrelo19 1999 65 8,3 7 18 14 (22%)

4. Aloinjerto triturado compactado y cemento

Basándose en los buenos resultados obtenidos con autoinjertos, tomados de la cabeza femoral, en la reconstrucción acetabular en protrusiones acetabulares,69 Slooff y cols. utilizan una técnica similar para reconstrucciones acetabulares en cirugía de revisión.68,70 Los defectos segmentarios se convierten en cavitarios mediante el empleo de mallas metálicas, pudiendo rellenarse con aloinjerto triturado y fuertemente impactado. Finalmente, la cúpula se cementa directamente sobre el aloinjerto. Desde su inicio en 1978, Slooff y cols. han desarrollado nuevos sistemas de mallas y tornillos que facilitan el empleo de su técnica (X-Change Acetabular Revision Instrumentation System, Howmedica Intern., Staines, UK). Algunas series refieren buenos resultados con una técnica similar, si bien las mallas son sustituidas por anillos metálicos en defectos segmentarios.30

En nuestro centro, somos partidarios del empleo de la técnica de Slooff en pacientes con defectos acetabulares mayores del 30%, donde el uso de cúpulas sin cementar se ha mostrado frecuentemente ineficaz. En una serie de 70 casos con un seguimiento medio de 5,6 años, no se ha observado ninguna cúpula radiográficamente emigrada (Fig. 1). Como sucede en otras series, la presencia de líneas radiotransparentes fue infrecuente. Aunque el estado del injerto óseo fue difícil de evaluar, por la presencia de mallas metálicas, sólo 6 cúpulas mostraban una rebsorción menor del aloinjerto.21 Posteriormente, a la presentación del estudio, se produjeron en pacientes no incluidos en la serie por tener un seguimiento menor, una infección que exigió una resección artroplastia y dos luxaciones, por un déficit en el aparato abductor, tratadas con cúpulas constreñidas, si bien el lecho óseo mostraba un buen estado del injerto. Se produjo también en una paciente con artritis reumatoide, una emigración medial de la cúpula a los dos años, que tuvo que ser revisada quirúrgicamente.

A

B

C

Figura 1. A: Radiografía de un paciente portador de una prótesis curva de Müller aflojada 14 años después de la operación. El acetábulo muestra un defecto óseo grave. B: Radiografía postoperatoria del paciente anterior. El acetábulo ha sido reconstruido mediante injerto compactado y cúpula cementada. Una malla metálica oblitera el defecto segmentario medial. C: Radiografía del caso anterior 4 años después de la operación. El paciente se encuentra asintomático, la cúpula es estable y el injerto muestra un buen aspecto en su remodelación.

A diferencia de lo que sucede en aloinjertos corticales, en la técnica de Slooff y cols., durante la fase de revascularización, la estructura abierta del aloinjerto esponjoso permite una invasión más rápida de la vascularización. Por otra parte, el hueso neoformado precede a la función osteoclástica, por lo que la sustitución del hueso tiene lugar sin que se debilite mecánicamente el aloinjerto esponjoso.3,45,70 Otra ventaja del hueso triturado y compactado es su fácil adaptación a las irregularidades que muestra el defecto acetabular, por lo que su relleno y resistencia es mayor.

Además de series clínicas,65,68,70 diferentes estudios en animales han demostrado los buenos resultados de esta técnica.62 En estudios con 8 biopsias, a los 15 meses el hueso adquiría un aspecto normal con algunos remanentes de injerto.3 Los resultados en humanos eran similares a los encontrados en estudios con animales.45,67

Parece, por tanto, razonable realizar una reconstrucción con aloinjerto compactado y cúpula cementada en personas más jóvenes donde es previsible una nueva revisión con el paso del tiempo (Tabla 5).

 

Tabla 5. Resultados del injerto compactado con cúpula cementada en cirugía de revisión.

AutorAñoCasosSeguimiento (años)Cúpulas revisadasCúpulas aflojadasMal resultado

Slooff68 1996 88 5,8 6 4
Schreurs65 1998 62 11,8 (10-15) 5 4 4
G. Cimbrelo21 1999 70 5,4 0 0 1

5) Aloinjerto acetabular total

Aunque en un inicio Paprosky y cols. preconizaban el empleo de cúpulas sin cementar con aloinjertos en todo tipo de defectos acetabulares, posteriormente recomendaron el empleo de un injerto acetabular total con cúpula cementada en defectos 3B, donde se acepta que la pérdida del substrato óseo es mayor del 50% del lecho acetabular.56 Diferentes series recomiendan actualmente, en cirugía de revisión, el empleo de una pelvis de un hombre joven que permita una reconstrucción acetabular adecuada, de modo similar a como sucede en cirugía tumoral.27,56 La unión entre el injerto y el hueso original, así como cualquier defecto cavitario, debe rellenarse con aloinjerto triturado. Placas con tornillos y anillos metálicos de Burch-Schneider son necesarios para obtener la necesaria estabilización. Finalmente la cúpula es cementada en el nuevo lecho acetabular. En España, Vilarrubias y cols. tambien refieren buenos resultados con una técnica similar.73


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