Sr. Director:
Recientemente hemos leído el artículo publicado por Segura Azuara et al.1 y nos gustaría comentarlo brevemente.
Es elevado el nivel de ansiedad entre los estudiantes de Medicina2, siendo mayor la prevalencia de esta alteración en este grupo que en la población en general3. Se asocia a factores como la excesiva carga de trabajo, la privación del sueño o la exposición a la muerte de los pacientes3.
Como Segura Azuara et al. mencionan, y estudios como el de Shah et al.4 demuestran también, los primeros encuentros clínicos pueden desencadenar ansiedad en los estudiantes de Medicina. Esta repercute negativamente en el rendimiento de los estudiantes3,4. Además, quienes la padecen muestran menos empatía hacia los pacientes3. Así pues, la calidad de la atención sanitaria podría estar en juego.
Asimismo, en el artículo se relata la posible disminución de los niveles de ansiedad tras la realización de múltiples simulaciones, aunque no hay suficiente evidencia. Las simulaciones han demostrado ser una muy buena herramienta educativa5 e incluso de evaluación6 en el ámbito médico, y sería interesante investigar más su posible beneficio en los alumnos con tendencia a padecer de ansiedad preclínica.
Parece ser que la situación ha empeorado debido a la pandemia por COVID-19: los niveles de estrés y ansiedad han aumentado entre los estudiantes debido al contexto social, educativo y familiar en el que se encuentran7,8. La docencia online podría jugar también un papel importante, agravando esta situación, a pesar de la falta de evidencia y estudios al respecto9.
Finalmente, recalcamos la importancia de realizar estudios como este para analizar los desencadenantes de ansiedad en los estudiantes y poder así proponer posibles soluciones. La simulación clínica podría ser una de ellas, por lo que enfatizamos la necesidad de realizar estudios que lo corroboren.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.