La industria avícola se ha convertido en una importante actividad económica en Argentina. En nuestro país, el consumo de carne aviar ha experimentado un aumento sustancial en los últimos años debido al incremento y a la diversificación de la oferta de productos. Gracias a los avances tecnológicos experimentados en los últimos años (mejoras genéticas, automatizaciones, planes sanitarios, etc.), el pollo parrillero alcanza en solo 50 días el peso requerido para la faena, con 2,7kg y una conversión alimentaria de alrededor de 1,6kg de alimento/kg de carne. Para satisfacer la demanda actual y continuar en la búsqueda de mercados internacionales, los pollos parrilleros son sometidos a sistemas de crianza intensivos en confinamiento. En esos sistemas, los pollos parrilleros están expuestos diariamente a diversos factores de estrés. La suplementación con antibióticos fue ampliamente utilizada en las últimas décadas para estabilizar la microbiota intestinal, mejorar los parámetros productivos y prevenir las enfermedades aviares. Sin embargo, la utilidad de esta estrategia ha sido cuestionada debido a la aparición y propagación de bacterias resistentes a los antibióticos en la carne. Por lo tanto, hay un renovado interés en la búsqueda de alternativas viables a los antibióticos; es así que la suplementación de las dietas con probióticos se plantea como una opción interesante. Esta revisión proporciona un resumen actual sobre el empleo de probióticos en pollos parrilleros, haciendo énfasis en el papel de estos como una terapia alternativa que podría reemplazar a los antibióticos utilizados en producción y sanidad animal.
The broiler industry has become an important economic activity in Argentina. Global production of broiler meat has been growing in Argentina faster than for any other meats, possibly due to declining poultry prices and increasing incomes. Modern rearing systems can produce broilers ready to slaughter in 50 days, with the required 2.7kg of weight and a feed conversion of about 1.6kg feed/kg of meat. Nevertheless, broilers raised under these intensive conditions are exposed to various stressors every day. For many years, feed supplementation with antibiotics was widely used to stabilize the gut flora, improve general parameters and prevent avian diseases. However, the utility of antibiotics has been questioned because of the emergence and spread of antibiotic-resistant bacteria in meat. Therefore, there is a renewed interest in finding viable alternatives to antibiotics. One potential method is the supplementation of broiler diets with probiotics. This review provides an updated summary of the use of probiotics to improve sanitary conditions and enhance performance in broilers, demonstrating the role of probiotics as a reliable option to replace antimicrobial growth promoters.
De acuerdo con las cifras aportadas por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, en los últimos años en Argentina se ha incrementado notablemente el consumo de carne de ave, la ingesta anual promedio se ha estimado en 39,66kg por habitante49. La producción total de carne aviar fue de 1.753.000 toneladas en el año 2014. Argentina tiene un protagonismo importante en el mercado internacional de carne de ave, en el que ocupa el octavo lugar como productor y el sexto como exportador.
A lo largo de los años, las condiciones de producción aviar han evolucionado y esto ha modificado la capacidad de resistencia natural de los pollos parrilleros. La crianza intensiva limita el contacto materno y utiliza nuevos métodos de alimentación y condiciones de hábitat artificiales. Asimismo, la utilización de animales más productivos y el incremento del uso de antibióticos favorecen las condiciones de estrés de las aves, incrementan las deficiencias en la composición de su microbiota intestinal, hacen más frecuentes los desórdenes digestivos y producen una menor resistencia natural a la colonización por microorganismos patógenos23,40,51.
Desde su descubrimiento, los antibióticos han representado una herramienta importante para el tratamiento de las enfermedades infecciosas en el hombre y los animales. Se han suministrado a los animales de granja junto con la dieta con un doble propósito: por un lado, permitir la prevención o el tratamiento de los cuadros bacterianos y, por el otro, favorecer el crecimiento de los animales2,67. Sin embargo, desde hace algunos años, el uso de antibióticos se ha restringido en ciertos países. Desde 2006, la Unión Europea instauró la total prohibición del uso de antibióticos promotores de crecimiento en la alimentación animal. El uso de estos productos en forma indiscriminada produjo la aparición de cepas bacterianas resistentes, proceso que se potenció por la capacidad de las bacterias de transferir la resistencia, incluso entre diferentes géneros y especies3,73. Las terapias con antibióticos, si bien controlan los microorganismos patógenos, también afectan a muchos microorganismos benéficos, lo que origina trastornos en el equilibrio de la microbiota gastrointestinal44. Muchos de estos antibióticos o sus residuos pueden quedar en los tejidos animales destinados al consumo humano. El conocimiento de que el uso de los probióticos puede sustituir las terapias con antibióticos brinda una nueva alternativa menos agresiva.
El avance en el conocimiento de que el uso de probióticos puede sustituir las terapias con antibióticos brinda una nueva alternativa menos agresiva21,61,66.
El papel de la microbiota intestinalEl intestino delgado del pollo recién nacido es inmaduro y su desarrollo requiere cambios morfológicos, bioquímicos y moleculares. Estos cambios acontecen durante las 2 primeras semanas de vida, y los más trascendentes son los que suceden dentro de las 24h después del nacimiento46. A medida que el animal crece, se establece una comunidad microbiana cada vez más compleja75, y cada región desarrolla un perfil microbiano específico28. Cuando los animales se desarrollan en sistemas de producción extensivos o en forma silvestre, el aparato digestivo es colonizado espontáneamente por la microbiota del entorno y se genera una simbiosis benéfica con el hospedador36. El tracto gastrointestinal (TGI) de los pollos contiene bacterias, hongos y protozoos, aunque las bacterias son los microorganismos predominantes24, con una concentración en el íleon de 108,9UFC/g y en los ciegos de 1010,11 UFC/g48. Se estima que el TGI de los pollos posee cerca de 1013 bacterias y que solo entre el 10% y el 60% de aquellas han podido ser cultivadas e identificadas por métodos de cultivo convencionales39. Las especies predominantes en íleon corresponden al género Lactobacillus, en primer lugar, y luego a las familias Clostridiaceae, Streptococcaceae y Enterococcaceae. En contraste, el grupo más abundante detectado en los ciegos es Clostridiaceae47.
En las crianzas intensivas, la posibilidad de adquirir la microbiota autóctona natural está fuertemente disminuida, lo que conduce a que el intestino sea fácilmente colonizado por patógenos, entre los que sobresalen Escherichia coli y Salmonella spp., que pueden desencadenar respuestas inflamatorias, producir infecciones localizadas o sistémicas, o sintetizar toxinas o compuestos perjudiciales46. Si consideramos las importantes pérdidas económicas que originan estos agentes patógenos en las explotaciones aviares, es evidente el interés que puede suscitar la manipulación de la microbiota intestinal como una estrategia para prevenir la colonización de enteropatógenos, así como para promover la salud y el rendimiento productivo de los pollos parrilleros9.
Pasado y presente de los probióticosEl término probiótico significa «a favor de la vida» y actualmente se utiliza para designar bacterias y levaduras que tienen efectos beneficiosos para los seres humanos y los animales. Los primeros conocimientos con base científica surgieron de los estudios que realizó Metchnikoff, a principios del siglo xx. Este investigador sugirió que la larga vida de los campesinos en Bulgaria era el resultado del consumo de los productos de leche fermentada que contenían cepas de bacterias ácido-lácticas (BAL), algunas de las cuales presentan propiedades probióticas. Sin embargo, dada la masificación del uso de antibióticos, no fue sino hasta la década de los sesenta cuando se intensificó la búsqueda de conocimientos que fundamentaran el efecto benéfico de determinados microorganismos para la salud del hombre y de los animales.
La definición más reciente de probióticos fue propuesta por la International Scientific Association of Probiotics and Prebiotics. Estos fueron definidos como «microorganismos vivos que, al ser administrados en cantidades adecuadas, confieren un beneficio saludable al hospedador»30. A su vez, un grupo de expertos convocados por esta entidad publicó un nuevo documento 12 años después con el fin de actualizar los conocimientos adquiridos respecto de los probióticos; se llegó así al documento de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y la Organización Mundial de la Salud17.
En la actualidad, el uso de probióticos en animales de producción está destinado a mejorar la conversión alimenticia, a promover el crecimiento y a inhibir el desarrollo de bacterias patógenas61. Frizzo et al.20 administraron a terneros lactantes un inóculo probiótico formado por una suspensión de 3 microorganismos. El inóculo utilizado produjo una evolución positiva de los pesos de los terneros criados en condiciones artificiales. En tanto, Ross et al.62 demostraron que la administración de probióticos a cerdos en fase de cría mejoraba el perfil lipídico de la carne. Por otra parte, Tellez et al.71 evaluaron el efecto protector en pollos parrilleros de un suplemento probiótico frente a un desafío con Salmonella sp. La administración preventiva de este suplemento probiótico permitió la disminución de la colonización de hígado, bazo y ciego en los pollos tratados.
Es interesante destacar que, aun cuando solo existe una vasta experiencia en el empleo de probióticos en aves y mamíferos, su utilización se ha propagado a especies de otros grupos. El empleo de BAL en abejas se hace posible puesto que se ha señalado su presencia como responsable de los cambios metabólicos y procesos fermentativos que permiten la preservación del pan de abeja. Este pan de abeja es el alimento que las abejas nodrizas dan a las larvas en el cuadro de cría. Si se añaden BAL que hayan sido seleccionadas según algún criterio determinado, por ejemplo, inhibición de algún microorganismo patógeno, se estaría colaborando con la presencia de estos agentes en el alimento que recibirá la cría4. En los últimos años, se han multiplicado los estudios referidos al uso de cultivos probióticos en acuicultura, utilizando microorganismos aislados del ambiente acuático. Se ha indicado no solo su efecto como agentes de control biológico de enfermedades, sino también como promotores de crecimiento, logrando así organismos más sanos y con tallas adecuadas para su comercialización en menor tiempo41,76.
Requisitos de los probióticosSi bien está instaurado el concepto de reemplazar las bacterias patógenas del intestino con bacterias benéficas, aún persisten dudas sobre la eficacia de los probióticos disponibles, muchas de ellas derivadas de experiencias sin éxito con este tipo de productos, ya que algunos no dieron los resultados esperados6,78. La variabilidad en los resultados puede deberse a que los probióticos proceden de otras regiones geográficas o incluso de otras especies animales, a las cepas usadas, a las dosis, a la composición de la dieta, a las estrategias de alimentación y a la interacción con otros aditivos alimenticios en la ración diaria11,55. A su vez, el comportamiento animal en respuesta a la adición de probióticos está influenciado por múltiples factores, entre los cuales se encuentran la edad, la raza, el tipo de explotación, el uso de antibióticos, el estrés y el ambiente de la crianza, por lo que considerar estos factores es un punto crítico antes de utilizar estos productos19.
Para que un organismo sea considerado probiótico debe cumplir una serie de requisitos, como contar con su caracterización in vitro, lo que implica conocer la estabilidad fenotípica y genotípica y los patrones de utilización de hidratos de carbono y proteínas. Además, se tienen en cuenta la resistencia a la acidez gástrica, la resistencia a la bilis, la adhesión al epitelio intestinal y la resistencia a lisozima (opcional). Otros factores que se deben considerar son la capacidad de utilizar prebióticos (opcional) y la existencia de ensayos in vivo e in vitro que demuestren los efectos probióticos adjudicados. Asimismo, deben tener carácter generally regarded as safe (GRAS, reconocido como seguro para la salud) y no presentar resistencia a antibióticos ni determinantes de patogenicidad74.
Mecanismos de acción de los probióticos en el tracto gastrointestinal de pollos parrillerosCompetencia por la adhesión en los receptores del epitelio intestinal y por nutrientesSe refiere a la capacidad de las bacterias probióticas de competir con microorganismos patógenos por nutrientes y por un lugar en la pared intestinal para fijarse exitosamente en el epitelio. Los microorganismos probióticos actúan como una barrera defensiva al impedir que el espacio del epitelio celular quede disponible para los patógenos, o al crear un ambiente desfavorable para aquellos57. Ciertos microorganismos probióticos pueden expresar sitios de unión a hidratos de carbono complejos, similares a las adhesinas de la superficie celular que se encuentran en los agentes patógenos potenciales. Neeser et al.53 encontraron que Lactobacillus johnsonii La1 tenía 2 sitios de unión a hidratos de carbono principales, por lo que podía inhibir la unión de los patógenos a los receptores de manano epiteliales de la mucosa.
Producción de sustancias antimicrobianasLos efectos inhibitorios de las bacterias probióticas sobre los microorganismos indeseables pueden deberse a la producción de diferentes metabolitos como peróxido de hidrógeno (H2O2), diacetilo, bacteriocinas y ácidos orgánicos. El efecto bactericida del H2O2 se atribuye a su potente acción oxidante, capaz de destruir componentes celulares esenciales59. El diacetilo inhibe el desarrollo de microorganismos gramnegativos al interaccionar con el metabolismo de la arginina, impidiendo la utilización de este aminoácido37.
Las bacteriocinas fueron inicialmente definidas como proteínas de bajo peso molecular biológicamente activas contra miembros de la misma especie o de especies muy relacionadas a la cepa productora34,70. Sin embargo, este concepto se ha visto modificado, ya que se ha encontrado evidencia experimental de acciones bactericidas contra cepas distanciadas filogenéticamente de la cepa productora63. Algunas investigaciones señalan que las bacteriocinas ejercen su actividad antimicrobiana provocando daños en la pared celular32. Stern et al.69 utilizaron la cepa Lactobacillus salivarius NRRL B-30514 aislada de ciego de pollos parrilleros para la producción de bacteriocinas. El tratamiento con dichas bacteriocinas mostró una reducción significativa en la prevalencia de Campylobacter jejuni en el intestino de los pollos. Line et al.45 reportaron que el empleo de la bacteriocina E 760 producida por Enterococcus durans/faecium/hirae (NRRL B-30745) condujo a niveles no detectables de Campylobacter spp. cuando se administró en la dieta en una sola dosis 4 días antes del análisis.
Los probióticos pueden, además, producir sustancias antimicrobianas como ácido láctico, acético y propiónico, que acidifican el medio intestinal y así crean un ambiente hostil para el desarrollo de microorganismos nocivos, los que reducen significativamente su velocidad de multiplicación y comienzan a morir, al no encontrar un ambiente adecuado22. Para comprender este principio, debemos recordar que las bacterias enteropatógenas se multiplican y viven en pH 5,5 a 7,5. Yu et al.80 observaron que los pollos inoculados con Lactobacillus reuteri Pg4 tenían una mayor concentración de ácido láctico y un pH más bajo en el ciego que los análogos no inoculados. Murry et al.52 determinaron que los ácidos grasos producidos por L. salivarius y Lactobacillus plantarum como parte de su metabolismo nutricional disminuían el pH del medioambiente intestinal y afectaban de esa manera a la supervivencia de bacterias patógenas, como E. coli, Salmonella typhimurium y Clostridium perfringens.
Estimulación de la inmunidadLa manipulación de la microbiota intestinal a través de la administración de probióticos puede estimular el sistema inmunitario de diversas maneras: generando una mayor actividad de macrófagos y una mayor capacidad para fagocitar partículas de microorganismos, incrementando la producción de inmunoglobulinas G y M e interferón γ, y aumentando los anticuerpos locales en las superficies mucosas (IgA)1.
No todos los microorganismos probióticos inducen el mismo tipo de efectos sobre la respuesta inmunitaria o sobre los microorganismos presentes en la luz intestinal, ni lo hacen con la misma intensidad. Higgins et al.29 indicaron que la administración de un cultivo a base de Lactobacillus spp. luego del desafío de pollos parrilleros con Salmonella enteritidis redujo significativamente (respecto de los controles) la recuperación de Salmonella a partir de las tonsilas cecales 24h después del tratamiento, probablemente por una estimulación de la respuesta inmunitaria innata.
Se ha demostrado que pollos tratados con probióticos producen mayor cantidad de anticuerpos frente a un determinado antígeno, cumpliendo un importante papel como adyuvantes33,50,68. A modo de ejemplo, los títulos de anticuerpos luego de la vacunación contra el virus de la enfermedad de Newcastle y contra Eimeria fueron mayores en pollos que consumieron probióticos que en aquellos que no recibieron el tratamiento42. Otro estudio examinó los efectos de un probiótico a base de Lactobacillus spp. sobre la respuesta inmunitaria intestinal de pollos parrilleros en el transcurso de una infección por Eimeria acervulina13. Los pollos alimentados con probióticos mostraron una reducción en el número de ooquistes producidos después de la infección con una dosis infectiva de E. acervulina. El estudio sugiere un impacto positivo de los probióticos en la estimulación de algunas de las respuestas inmunitarias tempranas contra E. acervulina, como la secreción de interferón e interleucina 2, lo que resulta en una mejora de las defensas inmunitarias locales contra la coccidiosis.
Uso de probióticos como promotores de crecimientoAlgunos autores han reportado que los probióticos mejoran los parámetros productivos de las aves31,64,67,77. Sin embargo, hay muchas otras investigaciones en las que los probióticos carecen de efectos positivos16,35,56,83. Los datos de la literatura ofrecen una variedad de resultados dispares en lo referente a la eficacia de los probióticos como promotores de crecimiento.
Jin et al.38 estudiaron el efecto de dos probióticos (Lactobacillus acidophilus l26 y una mezcla de 12 lactobacilos) sobre el crecimiento de pollos parrilleros. Comprobaron que la ganancia de peso era superior en los pollos tratados con probióticos respecto del grupo control. Asimismo, la eficiencia de conversión alimenticia de los grupos tratados con probióticos mejoró en relación con los controles. Sin embargo, cabe destacar que el uso de 12 cepas de lactobacilos para un tratamiento probiótico puede llegar a ser más costoso que las pérdidas asociadas a la mortalidad natural de los pollos del grupo no tratado. Blajman et al.8 analizaron en un metaanálisis los resultados de diferentes investigaciones realizadas con probióticos en pollos parrilleros: los pollos que consumieron probióticos aumentaron en promedio 661g más a lo largo de una crianza que aquellos que no consumieron probióticos. Asimismo, los pollos suplementados con probióticos utilizaron más eficientemente el alimento y necesitaron 281g menos de alimento por cada kilogramo de peso vivo producido. En tanto, Telg y Caldwell72 no hallaron diferencias significativas en la conversión alimenticia ni en la ganancia de peso de pollos parrilleros por administración de un probiótico comercial.
Leone et al.43 asociaron la mayor productividad de pollos suplementados con probióticos a una mayor altura de las vellosidades intestinales. El incremento de la función absorbente puede atribuirse al aumento de la superficie de absorción, de la expresión de enzimas del borde en cepillo y de los sistemas de transporte de nutrientes5. Los probióticos pueden sintetizar nutrientes, aportar enzimas que aumentan la actividad catalítica de las enzimas endógenas o reducir compuestos perjudiciales o antinutrientes. Jin et al.38 demostraron que la administración de L. acidophilus o de un cultivo mixto de Lactobacillus spp. a pollos durante 40 días aumentaba significativamente los niveles de amilasa. También se ha descrito que el consumo de Lactobacillus casei por pollos causa una disminución de la actividad ureasa del intestino delgado, acompañada por una mejora de la productividad79. Esta enzima está asociada con la conversión de ácido úrico (producto de excreción de nitrógeno en aves) en amoníaco, que es un compuesto tóxico para los enterocitos.
Métodos de administración de probióticos a pollos parrillerosLa vía de administración de los probióticos puede determinar la capacidad de colonización intestinal por las bacterias presentes en el producto empleado y, de esa manera, tiene una injerencia directa sobre el éxito del tratamiento. Las vías de administración más utilizadas en pollos parrilleros son la inclusión en el agua de bebida, la pulverización, la incorporación en los comederos o el agregado a las raciones, y, finalmente, la aplicación en dosis individuales. Ciertos estudios indican que la adición de los probióticos en el agua de bebida ocasiona una mejora en la productividad14. Sin embargo, algunos pollos recién nacidos se niegan a beber el agua, por lo que el probiótico podría propagarse de manera desigual entre los individuos27. Asimismo, la viabilidad de los organismos anaerobios muestra un rápido descenso, especialmente en agua clorinada, lo que afecta a la concentración bacteriana óptima necesaria para ejercer los efectos benéficos en el hospedador65. Eckert et al.14 demostraron que la administración de un probiótico sobre la base de Lactobacillus spp. a través del agua de bebida y el alimento incrementaba la ganancia de peso en pollos tratados con respecto a los controles. Sin embargo, la administración en alimento peletizado no fue tan eficaz como el suministro en el agua. Esto parece obedecer a que las BAL se destruyen en parte o totalmente por las altas temperaturas empleadas durante el proceso de peletización27.
Para mejorar la viabilidad microbiana en el alimento se pueden aplicar diferentes técnicas de conservación, entre ellas la encapsulación, que retiene microorganismos dentro de una matriz porosa. Rodklongtan et al.60 encapsularon la cepa L. reuteri KUB-AC5 destinada a pollos parrilleros en una matriz de alginato y quitosano; de ese modo, lograron mantener la viabilidad del probiótico durante el paso por el TGI.
La aplicación por aspersión permite tratar a los pollos con rapidez después de la eclosión y asegura una distribución homogénea del probiótico46, ya que la dosis y el grosor de la gota que ingresa al tracto digestivo se controlan mecánicamente antes de la administración. Además, se ha demostrado que no causa efectos adversos sobre la salud o el rendimiento de las aves12. Puede efectuarse de manera automática en los gabinetes de aspersión que se usan de forma rutinaria para la vacunación en las plantas incubadoras10 o en forma manual a través de aspersores tipo mochilas. El equipo utilizado para administrar el probiótico, la dosificación y la habilidad del personal que lo administra son factores clave que deben tomarse en consideración cuando se aplican probióticos por aspersión. Pivnick y Nurmi58 fueron los primeros en usar aerosoles como método para administrar probióticos. Ghadban25,26 informó que la aplicación por aspersión de las preparaciones de exclusión competitiva era un método efectivo para el control de Salmonella spp. y E. coli, y mejoraba los parámetros productivos de los pollos tratados.
La aplicación en dosis individuales por intubación solo se ha utilizado en ensayos de laboratorio, cuando ha sido importante el control preciso de la dosis de tratamiento54.
Monitorización de los probióticosEl conocimiento relacionado con el destino de las bacterias probióticas dentro del ambiente complejo de la microbiota intestinal es muy escaso y el estudio de la distribución de estas bacterias in vivo representa un gran desafío. La localización y el desplazamiento de los probióticos durante su tránsito por el TGI, así como su interacción con el sistema inmunitario del hospedador o con la microbiota endógena, se han comenzado a estudiar, pero aún no están bien entendidos81. En ese sentido, la utilización de herramientas de monitorización de las cepas probióticas in vivo pretende cooperar con la selección de cepas seguras y el entendimiento del mecanismo de acción de estas bacterias.
Ehrmann et al.15 generaron cepas resistentes a la rifampicina para poder rastrear el inóculo durante el ensayo in vivo en pollos parrilleros. Las cepas resistentes al antibiótico se obtuvieron por cultivos seriales en medio MRS, desde niveles bajos hasta una concentración de 100μg/ml de rifampicina. La generación de mutantes resistentes a rifampicina facilitó la enumeración y el aislamiento de los integrantes del inóculo, y permitió diferenciarlo fácilmente de la microbiota indígena intestinal. Además, posibilitó verificar la ausencia del inóculo en los sitios extraintestinales.
Feng et al.18 analizaron los cambios en la microbiota intestinal de pollos infectados con C. perfringens mediante electroforesis en gel con gradiente desnaturalizante (DGGE). La DGGE es un tipo de electroforesis que permite la separación de fragmentos de ADN del mismo tamaño, pero con diferente secuencia de nucleótidos. De manera similar, la DGGE podría ser un método exitoso para monitorizar in vivo las cepas que conforman un inóculo probiótico y tipificar el consorcio microbiano presente en el TGI luego de su administración. Zhu et al.82 estudiaron la composición de la microbiota del ciego de pollos parrilleros mediante hibridación in situ fluorescente, técnica basada en la utilización de sondas de ADN complementarias de regiones específicas de las ARNr 16S y marcadas con fluorocromos.
Yu et al.81 desarrollaron un sistema que permitió el seguimiento y la identificación de Lactobacillus delbrueckii ssp. lactis D17 y Lactobacillus fructosus C2 a lo largo del TGI de pollos parrilleros. Las cepas en estudio se transformaron con un vector responsable de la expresión de la proteína fluorescente verde (green fluorescent protein [GFP]). Los resultados obtenidos demostraron que las características de las cepas no eran afectadas por la introducción del vector exógeno y que el sistema de marcado fluorescente constituía una herramienta útil para la monitorización de los lactobacilos. Blajman et al.7 realizaron la monitorización de una bacteria marcada fluorescente a lo largo del tracto digestivo de pollos parrilleros. L. salivarius DSPV 003P fue marcada con isotiocianato de fluoresceína y administrada por vía oral. A intervalos frecuentes, se extrajeron muestras de buche, duodeno, ciego y bolsa de Fabricio, se incluyeron en parafina y se observaron en microscopio de fluorescencia. Esta metodología permitió efectuar la monitorización de una cepa potencialmente probiótica durante el tránsito intestinal de pollos parrilleros por un breve período.
Ante la disponibilidad de diferentes técnicas aplicables a estos estudios, resulta importante tratar de establecer qué metodología nos permitiría acceder a la mejor información, a fin de facilitar el desarrollo de nuevas investigaciones. Esta estrategia permitiría relacionar la localización y la carga microbiana en diferentes regiones del tracto intestinal con la generación de mejoras en la performance de crecimiento y en el estado sanitario de los pollos parrilleros durante la crianza intensiva.
ConclusionesSe han realizado muchos estudios para validar el concepto de probióticos como uno de los aditivos alimenticios más prometedores del futuro. Las tendencias actuales en los sistemas intensivos de producción postulan a los probióticos como una buena alternativa para el reemplazo de los antibióticos promotores de crecimiento. El consumo de probióticos en producción aviar ha aumentado considerablemente en los últimos años debido a los beneficios que genera en el hospedador. Esta práctica está encaminada a mejorar el balance microbiano en el TGI, inhibir el crecimiento de bacterias patógenas, estimular la respuesta inmunitaria y mejorar la performance de crecimiento. El empleo de probióticos en la producción de pollos parrilleros es una estrategia para mejorar las condiciones sanitarias y de producción de las explotaciones intensivas, como así para obtener materias primas a gran escala, asegurando su inocuidad y la de los alimentos de origen animal que a partir de ellas se generen.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Este trabajo fue realizado en el marco del proyecto CAI+D 501 201101 00006 LI «Utilización de la microbiota indígena, provenientes de animales domésticos, para mejorar las condiciones sanitarias y la performance en modelos productivos intensivos».