La terapia regenerativa con células madre o mesenquimales, aparece como una interesante posibilidad en neonatología, principalmente en aquellas enfermedades crónicas, en las cuales la patogenia involucra mecanismos inflamatorios persistentes, con los consecuentes trastornos en la regeneración y remodelación de órganos y tejidos. El potencial inmunomodulador y regenerativo de estas células, representarían una promisoria solución terapéutica; sin embargo, los resultados de los ensayos en modelo animal y en algunas series clínicas, hasta ahora, no han estado exentos de controversia por los efectos laterales y las consideraciones éticas. Se presenta una revisión de los distintos aspectos relacionados con las células mesenquimales y su potencial de beneficio terapéutico en neonatología, en el contexto de los mecanismos de daño involucrados en estos niños, así como los elementos de debate asociados.
Regenerative therapy with stem or mesenchymal cells, appears as an interesting possibility in neonatology, especially in those chronic diseases in which the pathogenesis involves persistent inflammatory mechanisms, with consequent disorders in regeneration and organ and tissue remodeling. The immunomodulatory and regenerative capacity of these cells represent a promising therapeutic potential solution; however, results in animal models and some clinical series, so far, have not been without controversy by side effects and ethical considerations. A review of the various aspects of mesenchymal cells and their potential therapeutic benefit in neonatology, in the context of damage mechanisms involved in these children, as well as elements associated discussion is presented.
El aumento de la sobrevida en el prematuro extremo menor de 28 semanas, ha llevado también, a un incremento en la cantidad de secuelas capaces de deteriorar la calidad de vida. Una proporción significativa de estos niños puede desarrollar una displasia broncopulmonar (DBP), con los riesgos asociados a esta condición 1. En prematuros, la morbimortalidad, tiene una relación inversa con la edad gestacional. La prematurez extrema, menores de 32 semanas de gestación, se observa en 1% de los embarazos únicos y en 9% de los dobles 2. Las noxas perinatales, se pueden ver en niños nacidos de pretérmino y de término. En el caso de los prematuros, el espectro de injuria encefálico, sugiere que la fisiopatología subyacente no se debe a una lesión única, sino diversos trastornos de la sustancia blanca y gris 3, lo que dificulta el enfrentamiento. En recién nacidos de término, el daño encefálico por asfixia o accidentes vasculares puede afectar 1 a 3 niños por cada 1000 nacidos vivos 4, los que son principalmente tratados con hipotermia, pero incluso, con esta modalidad de tratamiento, un 40 – 50% de los niños puede morir o quedar con severas secuelas neurológicas 5. En el caso de los prematuros menores de 33 semanas de EG, una secuela importante la constituye la parálisis cerebral (PC), en quienes el riesgo de desarrollarla puede llegar a ser 30 veces mayor que en los niños nacidos a término 6. La parálisis cerebral (PC), es una secuela que se ha intentado manejar de diversas maneras. El sulfato de magnesio antenatal, previo al nacimiento, en menores de 30 semanas de gestación, ha disminuido las tasas de PC y mortalidad asociada a PC a los 2 años de edad; sin embargo, los estudios controlados randomizados no han demostrado beneficios neurológicos en el largo plazo7,8, es más, una significativa proporción de estos niños, además de la PC, pueden presentar epilepsia, hiperactividad importante y trastornos del neurodesarrollo 9. Los mecanismos de injuria, en estos niños, están frecuentemente exacerbados por la inflamación fetal, en la que se afecta preferencialmente la sustancia blanca, lo que puede llevar a una leucomalacia periventricular y hemorragia de la matriz germinal 3.
Aproximadamente, un 25% de los prematuros extremos, puede desarrollar una displasia broncopulmonar con consecuencias de largo plazo, como deterioro respiratorio crónico y retraso del neurodesarrollo 10. Actualmente, se entiende la patogenia de la DBP como una alteración basada en la inmadurez y en un desarrollo capilar y alveolar desorganizado, lo que representa, también, un trastorno del desarrollo 11. Está apareciendo evidencia, en modelo animal y humano, respaldando el potencial terapéutico de las células madres o troncales, en numerosas enfermedades como es el caso de la DBP, en la que la depleción o disfunción de estas células en el pulmón en desarrollo, sería parte de la patogenia. Así, el reemplazo de las células troncales residentes, podría generar un potencial beneficio terapéutico12,13. Inicialmente, el origen de estas células era el sistema hematopoyético, hoy se están obteniendo, también, de otros tejidos, como células de cordón umbilical, que se han utilizado, incluso, en trasplantes de médula ósea 14. Así mismo, se están estudiando otras aplicaciones en neonatología, como síndromes malformativos de diagnóstico prenatal 15. Por estas razones, resultan una alternativa novedosa y atractiva, basada en sus capacidades inmunomoduladoras y regenerativas 16. Hoy, el acceso a ellas resulta bastante más fácil, ya que se pueden obtener de la sangre de cordón umbilical o de la gelatina de Wharton 17. Esta revisión, tiene como objetivo, describir los beneficios potenciales de las células madres o troncales, en el daño crónico de origen perinatal.
IIMECANISMOS DE DAÑO PERINATALLos sistemas más estudiados, por las secuelas e impacto en la calidad de vida de los prematuros, son el respiratorio y neurológico, por lo que centraremos en ellos esta revisión.
El sistema inmune en prematuros extremos, puede presentar una adecuada reacción a través de inmunidad innata, pero escasa aún de la adaptativa (Th1, Th2, Treg), así, la inapropiada capacidad de regulación de la respuesta inflamatoria, pareciera ser un elemento común en el daño a órganos y tejidos en estos niños 18. De esta manera, la inflamación, como fenómeno fisiológico, también puede causar daño en tejidos inmaduros, como ocurre en pulmón y cerebro 19 y también en otros; en modelos animales, se ha visto que la exposición a lipopolisacárido (LPS), desencadena una fuerte respuesta de la inmunidad innata, no sólo en tejidos expuestos, sino también en otros remotos no expuestos20–22. Uno de los hitos iniciales importantes es el flujo de neutrófilos y macrófagos al sitio de la inflamación, lo cual puede amplificar la respuesta inflamatoria y alterar la capacidad modulatoria de algunos factores 18, como el factor de crecimiento transformante Beta (Beta-TGF), esto sumado a la liberación de citokinas pro-inflamatorias, puede incrementar los fenómenos de apoptosis 23. De esta manera, los fenómenos inflamatorios perinatales, pueden tener un efecto modulador del desarrollo fisiológico o patológico de sistemas y órganos del recién nacido, dependiendo de la magnitud y capacidad autorregulatoria de dicho proceso 24. Así, la infección / inflamación materna, no sólo es un riesgo mayor de parto prematuro, sino también, puede desencadenar una respuesta sistémica inflamatoria fetal, la cual puede dañar los tejidos fetales 25.
En modelo animal, se puede inducir injuria pulmonar, exponiendo a roedores recién nacidos a altas concentraciones de oxígeno26,27, y se ha observado una significativa reducción de células madres circulantes y residentes en los tejidos afectados 12, así como también de células progenitoras endoteliales (EPC) circulantes y residentes de pulmón y médula ósea 28 y de células epiteliales alveolares tipo II 29. Finalmente, la injuria pulmonar lleva a una remodelación epitelial alveolar precoz disfuncional, que promueve la inflamación 30. En resumen, usando este modelo animal de daño pulmonar inducido por hiperoxia, se ha encontrado una significativa perturbación de las células formadoras de colonias endoteliales (ECFC), de las células progenitoras endoteliales (EPC), de las células madre mesenquimales (MSC) y de las células epiteliales pulmonares12,31. Las evidencias clínicas en niños prematuros extremos con displasia broncopulmonar, han mostrado alteraciones en las células madre mesenquimales en aspirado traqueal32,33 y en muestras de sangre de cordón umbilical34,35. La presencia de estas células madre mesenquimales en aspirado traqueal, se han considerado indicadoras de un mayor riesgo de desarrollar esta condición clínica 36, muestran un patrón de expresión genética específico de pulmón y secretan citoquinas proinflamatorias 33. La hipertensión pulmonar, propia de los cuadros displásicos severos, estaría relacionada al desarrollo de capilares dismórficos, lo cual, a su vez, sería consecuencia de un patrón alterado de factores de crecimiento angiogénico, como el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) y sus receptores 37. La plasticidad del pulmón en desarrollo en el prematuro extremo, aún no se conoce completamente. Los seguimientos de largo plazo, sugieren una recuperación incompleta del crecimiento pulmonar en los casos severos de displasia broncopulmonar 38.
En el sistema nervioso central (SNC), los estudios han identificado diferentes fases de daño. La muerte neuronal primaria se relaciona a la depleción de energía, la secundaria y terciaria, a la excitotoxicidad, disfunción mitocondrial y acumulación de radicales libres, lo que conduce a necrosis celular o apoptosis, con deterioro de la mielinización y función axonal 39. En estas dos últimas fases, se puede producir inflamación persistente y gliosis, y consecuentemente, una sensibilización a mayor injuria y detrimento de la maduración oligodendrocítica 40, influenciando, además, fases críticas de la mielinización y plasticidad cortical 41. Así, el desarrollo cerebral, mielinización, vascularización y apoptosis, están fuertemente influenciadas por la respuesta inflamatoria, tanto en condiciones fisiológicas como patológicas42,43. Las reguladoras de esta respuesta inmune en el SNC son las células gliales, capaces de orquestar la liberación de citoquinas pro y anti inflamatorias44,45. Las citoquinas pro inflamatorias, como el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa) e interferón gamma (IFN-gamma), son citotóxicos para las oligodendrocitos 46; sin embargo, pueden producir citoquinas anti inflamatorias como IL-10, capaz de disminuir la expresión de IL-1B y TNF-alfa, contribuyendo así a resolver la inflamación y promover procesos de reparación 45. Por último, la formación de una cicatriz astrogliótica, pone una barrera alrededor de los tejidos lesionados, impidiendo el paso de células inflamatorias a las zonas sanas 46.
La inflamación, aparece como uno de los mecanismos más importantes en la producción de daño perinatal en el prematuro y que va más allá del efecto de la noxa tisular primaria, generando un efecto amplificador sobre tejidos vecinos y remotos, afectando, además, el desarrollo de las distintas líneas de células regenerativas precursoras.
IIICÉLULAS MADRE MESENQUIMÁTICAS O ESTROMALES (MSC): descripción, funcionamiento, beneficios terapéuticos potencialesLa célula madre o troncal, se define como una célula con capacidad de autorregeneración y diferenciación. Las de origen embrionario fueron las que primero se identificaron, pero su uso terapéutico se ha visto limitado por consideraciones éticas y su potencial oncogénico, principalmente el desarrollo de teratomas 47.
Las células mesenquimales (MSC), son consideradas células troncales somáticas, ya que se originan de “nichos” de células troncales, como son la médula ósea, piel, tejido adiposo, cordón umbilical y tejidos placentarios 48. Estas células tienen la capacidad de adaptarse al microambiente de los órganos dañados. Su utilidad radica, tanto en el reemplazo o restauración del tejido perdido y/o en la protección o rescate de las células injuriadas 49. Estas células, son pluripotenciales, es decir, presentan una gran capacidad de diferenciación. Sin embargo, se debe aclarar que no son totipotenciales, ya que no poseen la capacidad de formar un individuo completo. Esta característica, sólo es propia de los blastómeros antes del estado de mórula.
Ante las dificultades mencionadas, en el uso de células troncales de origen embrionario, las obtenidas de los anexos fetales, se están utilizando en la actualidad con fines terapéuticos 50, ya que éstas, en comparación con las obtenidas de médula ósea, presentan ventajas, tales como, una mejor disponibilidad, menos riesgo de rechazo y menores riesgos de infección 51.
Uno de los problemas, en la actualidad, es la caracterización de las MSC, ya que lo heterogéneo de su origen, dificulta los estudios y las definiciones. Estas caracterizaciones, hoy, se realizan sobre criterios mínimos 52. Se ha logrado identificar diferentes patrones de expresión genética en la superficie de la membrana celular, las que difieren dependiendo del origen tisular y de las técnicas de cultivo utilizados53,54. Así, por ejemplo, MSC derivadas de líquido amniótico (LA), expresa en la superficie celular muchos marcadores característicos de las MSC obtenidas de médula ósea, como son CD73, CD90, CD 105 y complejo mayor de histocompatibilidad (MHC) tipo I 55. La falta de MHC tipo II, CD40, CD80, y CD86, sugiere un fenotipo de baja inmunogenicidad, comparado con otras fuentes de MSC 56. Sin embargo, MSC derivadas de gelatina de Wharton expresan marcadores diferentes, a pesar de ser ambas originarias de estructuras fetales57,58.
Las células originadas de gelatina de Wharton, son consideradas más primitivas que las obtenidas de médula ósea 59, como consecuencia de esto, son capaces de diferenciarse más eficientemente a precursores neurales 60. Existiría, además, otra variable determinada por la condición clínica subyacente, la que también podría afectar el fenotipo de la MSC. Así, en aquellas obtenidas de cordón umbilical en embarazos con pre eclampsia, pareciera haber una mayor tendencia a diferenciarse hacia neuroglías, en relación a las de embarazos no complicados49,61.
Otra característica interesante de las MSC, es su capacidad de migración y de alojarse en el sitio del daño (“homing”), lo cual está influenciado por múltiples factores. Estas características son muy importantes al considerar sus posibles beneficios terapéuticos 62. La aparente capacidad migratoria y de “homing” de las MSC y la ausencia de potencial oncogénico, se ha descrito en diferentes estudios y en diferentes modelos de enfermedad63,64.
En modelo de injuria inducida por hiperoxia en tejido pulmonar, en estudios animales, MSC inyectadas por vía periférica, fueron detectadas en la zona dañada 65. En otros estudios experimentales, se identificó Quemoquinas como las principales moléculas responsables del “homing”, en los que tuvieron particular relevancia los receptores quimiotácticos CXCR3, CXCR4, y CXCR666–68. La secreción de otros factores, tales como el Factor 1-alfa derivado celular estromal (SDF-1alfa), que se une al receptor CXCR4, promueve la migración de las MSC al sitio de la injuria 69. Aún queda por conocer de las diferentes señales que promueven esta migración hacia los tejidos dañados en los que la MSC ejerce su efecto terapéutico, los que pueden ser de mucha importancia futura, para diseñar las diferentes estrategias de intervención.
La capacidad inmunomoduladora de las MSC, ha sido demostrada en varios estudios, en los cuales se ha reportado que el secretoma es capaz de alterar la respuesta inmune innata y adaptativa70,71. El desplazamiento de los macrófagos alveolares, de un fenotipo M1 (pro inflamatorio) a M2 (protector), atenúa la injuria pulmonar en modelos de daño inducido por LPS, propios de inmunidad innata 72. Esta capacidad, así como la de promover linfocitos T reguladores (inmunidad adaptativa), es propia de la MSC 73. También, se ha descrito la inhibición de células T auto reactivas, como las observadas en modelos animales de injuria encefálica hipóxica-isquémica74,75. Pero no sólo se ha reportado modulación de células T (Th1), sino también, proliferación de linfocitos B (Th2), función de neutrófilos, monocitos y toxicidad de Natural-Killer (inmunidad innata). Es decir, una capacidad de modulación inmune amplia76–78. Aunque estos efectos modulatorios solo se conocen parcialmente, el contacto célula a célula y los factores solubles serían relevantes 79. Adicionalmente, los efectos de las MSC van más allá de la acción sobre elementos constitutivos del sistema inmune, produciendo y liberando citoquinas por sí mismas, como son IL-1, IL-6, IFN-Gamma, TNF-Alfa y TGF-Beta; además, factores de crecimiento como VEFG80,81.
Además de los efectos inmunomoduladores, se han identificado mediadores secretados por las MSC, que a través de mecanismos paracrinos tienen efectos tróficos: neurogénesis, angiogénesis, hematopoyesis, regeneración cardiovascular82,83. Las obtenidas de gelatina de Wharton, gatillan sobrevivencia y diferenciación neuronal in vivo e in vitro84,85. Así, se ha logrado identificar diversos factores tróficos: VEGF-A, Angiopoyetina-1, factor de crecimiento de fibroblastos (FGF-1 y FGF-2), factor de crecimiento de hepatocitos (HGF), factor neurotrófico encéfalo-derivado (BDNF), factor neurotrófico derivado de línea glial (GDNF) y factor de crecimiento derivado de plaquetas (PDGF)86–90.
Beneficios terapéuticos potenciales: La capacidad de auto regeneración y pluripotencialidad de las MSC, la convierten en una opción interesante de estudiar, para proveer regeneración y reemplazo en encéfalo y pulmón dañado, aunque se debe considerar el riesgo oncogénico91,92. Se ha logrado una diferenciación exitosa de las MSC a distintos tipos de células, cardiomiocitos, miocitos, células endoteliales y epiteliales93–95. Además, células capaces de expresar un tipo de células, pueden diferenciarse a otras, también, como ocurre con MSC que pueden hacerlo hacia neuroglias y neumocitos96–100. Falta mucho por conocer sobre los factores que pueden afectar la proliferación y diferenciación de estas células, entre ellas, los factores de crecimiento y proteínas de la matriz intercelular 49.
El estudio de los beneficios terapéuticos de las MSC en niños prematuros, se basa en la eficacia demostrada en modelos animales 101, y de la variedad de terapias asociadas a células troncales, las aplicaciones en niños con DBP son las más estudiadas 102.
El rol inmunomodulador es otro de los beneficios terapéuticos de las MSC 103, ya que aparte de su potencial regenerativo, pueden modular la respuesta inmune innata y adquirida, además de un efecto anti apoptosis. Puede disminuir la inflamación e incrementar la reparación tisular, a través de un efecto paracrino104,105, este último mecanismo se ha sugerido al analizar las tasas de injerto en el pulmón utilizando MSC 106. Por todos estos potenciales beneficios, en la actualidad, hay estudios clínicos y en modelo animal, para evaluar posibles efectos regenerativos en pulmón y encéfalo107,108.
En modelos experimentales animales de DBP, la administración de MSC de médula ósea, por vía intratraqueal, intravenosa o intraperitoneal, atenuó la inflamación pulmonar, el daño vascular y mejoró el crecimiento celular alveolar12,109–111. Al aplicar MSC de cordón umbilical humano, se reportó una disminución de la injuria pulmonar inducida por hiperoxia y se demostró un efecto dosis – dependiente 112.
Sin embargo, existe discordancia en los resultados y existe evidencia de resultados no beneficiosos en el uso terapéutico de las MSC. Por ejemplo, la inyección intravenosa de células mesenquimales mejora el infarto al miocardio, sin un reemplazo permanente de las células dañadas. En el pulmón, pueden embolizar, causando injuria de las células endoteliales 113.
Pareciera ser, que el potencial de inmunomodulación y protección de las células troncales, después de una injuria, depende de la comunicación bidireccional entre las células huésped dañadas y las injertadas, a través del intercambio de información específica, más que un efecto directo de las MSC 114. De hecho, las células troncales no secretarían directamente factores de crecimiento y citoquinas, sino más bien, estimulan el crecimiento y suplementan a las células huésped115,116. Aunque esta línea de investigación es promisoria, el potencial de las MSC para reemplazar células y tejidos dañados, no está probado y es materia de constante debate107,117,119. En esta discusión, debiera también, comenzar a incluirse el efecto de la epigenética, ya que la expresión fenotípica final de la célula pluripotencial, puede depender de las condiciones ambientales 120, que en este caso podrían estar determinadas por el microambiente tisular.
Finalmente, ante la pregunta, acerca de si los factores secretados por las MSC o por las células huésped, representa la gran alternativa para la terapia del pulmón y SNC en el recién nacido, la respuesta no es clara y la discusión sigue aún abierta 113.
IVFUENTES DE EXTRACCIÓNEl origen de las células troncales, se puede dividir en dos grandes grupos:
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Embrionarias: Se pueden obtener del blastocisto. Estas células tienen un mayor potencial oncogénico, principalmente, la formación de teratomas y las consideraciones éticas asociadas a su uso y manejo, han desincentivado una mayor investigación en sus potenciales beneficios.
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No embrionarias: Células mesenquimales o estromales (MSC), son las mayormente aceptadas por la comunidad científica y en las que se ha focalizado la investigación.
Así, las principales fuentes de MSC que hoy se utilizan, son121,122:
Médula ósea:
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Se obtiene mediante punciones en múltiples sitios bien espaciados en las crestas ilíacas y requiere anestesia.
Sangre periférica:
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Se recolecta después de estimulación con factor estimulante de colonias de granulocitos (G-CSF).
Sangre de cordón umbilical:
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Las células madre de sangre de cordón umbilical se recolectan inmediatamente después del parto.
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La sangre del cordón umbilical puede obtenerse de bancos de cordón umbilical en dosis única o doble.
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Las células madre de sangre de cordón tiene la ventaja de estar disponible inmediatamente.
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La colección es fácil e inofensiva.
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Menor cantidad que las obtenidas de colección de medula ósea o sangre periférica.
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El trasplante con células madres derivadas de la sangre de cordón lleva a una incidencia y severidad reducida de rechazo.
Tejido de cordón umbilical:
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Se toma inmediatamente después del parto.
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Se realiza un corte extenso de cordón y se deposita en un medio de transporte, para la posterior purificación de células madres mesenquimáticas.
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Puede ser tan eficiente como la obtención de sangre de cordón umbilical.
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Requiere crio preservación.
Tejido adiposo:
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Se deriva del mesodermo embrionario y contiene un estroma que puede ser aislado con facilidad.
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Se puede obtener células pluripotenciales de su fracción estromal (ADAS, Adipose-Derived Adult Stem Cells).
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Pueden diferenciarse hacia linajes específicos
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Adipogénico
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Condrogénico
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Osteogénico
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Miogénico
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Neurogénico
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La aspiración del tejido adiposo (liposucción) es bien tolerada
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Es abundante y de fácil acceso
Tejido dentario:
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Se realiza la extracción dentaria, para obtener el tejido pulpar, desde el cual se cultivan las células troncales
Actualmente, las terapias regenerativas utilizando células madres, es una opción teórica, como alternativa de tratamiento en enfermedades perinatales, y si bien, impresiona promisorio, en campos como la cascada inflamatoria y sus consecuencias o la capacidad regenerativa en SNC y pulmón, también se ha considerado su potencial en enfermedades genéticas y síndromes malformativos. Sin embargo, aún no hay consensos y las aplicaciones en neonatología, están todavía en el campo de la investigación123,124.
El optimismo que lleva los avances tecnológicos y de conocimiento sobre las cualidades de las células madres, ha generado un debate extenso y complejo sobre el límite que puede tener esta ciencia. Desde sus inicios, las investigaciones y experimentaciones con células madres han gatillado diversas discusiones éticas y controversias, sobre todo cuestionamientos basados en la metodología de obtención de éstas, en las cuales, el origen embrionario es sobre lo que se ha centrado mayoritariamente la discusión y no genera consensos 125.
Actualmente las intervenciones en este campo se basan en el uso de células mesenquimales adultas o específicas de tejido (somáticas), ya que no plantean, en principio, más conflictos éticos que los referentes al consentimiento informado de la persona de la que se extraigan las células, a diferencia de lo observado en la llamada clonación terapéutica, para la obtención y posterior manipulación de células madre embrionarias. Estas poseen la capacidad de generar cualquier célula diferenciada en el organismo (pluripotenciales), pero quienes se oponen han sostenido que se trata de una intervención ilícita. El principal argumento en contra del uso de este tipo de células, es que teóricamente, se puede haber realizado la fecundación con el único fin de lograr un embrión del cual obtener este material. El manejo citológico posterior, también es tema de debate. El desarrollo del cultivo de células embrionarias in vitro pretende superar este dilema ético instalado 126.
Desde el punto de vista de la psicología, los avances médicos y tecnológicos en el campo de la Neonatología, nos desafían a reflexionar en torno a nuestro rol en el apoyo y orientación a los padres frente a los cuestionamientos sobre la vulnerabilidad de sus hijos y las garantías o “seguros de vida” que estos avances prometen, principalmente, cuando se ofrecen en el contexto de un procedimiento, como es el parto, en el cual, la obtención de células de cordón umbilical y/o tejido placentario, es relativamente fácil. La evidencia, aún incompleta, referente a los múltiples beneficios, debiera motivar a un consentimiento adecuado y exhaustivamente informado, considerando el costo económico que implica para los padres. Por estas razones, entre otras, mientras la discusión se mantenga en un plano hipotético y sin un completo respaldo científico, se debe actuar con mucha precaución, evitando fomentar expectativas, que pudieran ser irreales, principalmente, cuando se trata de situaciones de vulnerabilidad psicológica, como es la de enfrentar una realidad dolorosa, como resultado de una enfermedad crónica y de mal pronóstico en un hijo(a).
En la actualidad, uno de los principales obstáculos, además del acceso limitado a este tipo de tratamientos y los costos, es la falta de evidencia clínica para el trasplante de células madre en patologías distintas a la leucemia.
Con el objetivo de que las Células MSC sean una alternativa optimista de tratamiento de diversas enfermedades, es nuestra responsabilidad como equipo médico, y disciplina científica en desarrollo, establecer los límites y normas éticas bajo las cuales basamos los avances en la manipulación genética y uso de células mesenquimales. Así mismo, debemos saber que cuando se trata de ser padres, no existe límite para cualquier intento de mejorar la calidad y expectativa de vida de los propios hijos.
VICONCLUSIONESLa terapia regenerativa con células madre en neonatología, hoy, se ve enfrentada a la falta de evidencias sólidas que avalen su uso, en cuanto a una eficacia y seguridad necesaria para su utilización terapéutica. Sin embargo, las investigaciones en curso son promisorias, en cuanto a proponer una modalidad de tratamiento tendiente a recuperar anatómica y funcionalmente tejidos, órganos y sistemas, que en la actualidad conducen a enfermedades crónicas. Se requiere más investigación al respecto. Por estas mismas razones, se recomienda una conducta conservadora al aconsejar a los padres de estos niños y no crear falsas expectativas, principalmente, cuando existe un desarrollo explosivo de empresas que ofrecen la “cura milagrosa” en base a las MSC.
Los autores declaran no tener conflictos de interés, en relación a este artículo.