Justificación: Hay pocos datos disponibles que comparen la endocarditis infecciosa (EI) después del reemplazo quirúrgico de la válvula aórtica (RVA) y tras la implantación de la válvula aórtica transcatéter (TAVI).
Objetivo: Comparar las características demográficas, clínicas, microbiológicas, quirúrgicas y pronósticas al año de seguimiento de la EI después de una RVA en comparación con la TAVI.
Método: Los casos proceden de los registros internacionales de EI sobre TAVI y del ICE. Solo se incluyeron pacientes con una EI sobre prótesis aórticas. Se compararon las cohortes de EI sobre prótesis mecánicas, biológicas y homoinjertos aórticas (controles) con las EI sobre TAVI (casos) y se realizó un análisis de propensión 1:1 (misma edad y sexo y diabetes, insuficiencia renal crónica y episodio previo de EI) para comparar las características clínicas y el pronóstico de los pacientes con EI sobre TAVI y los pacientes con EI sobre una bioprótesis aórtica. Se utilizó Stata v.15.0 (College Station, TX) para todos los análisis.
Resultados: Se incluyeron un total de 1.688 pacientes. De ellos, 602 pacientes (35,7%) tenían bioprótesis, 666 (39,5%) una prótesis mecánica, 70 (4,2%) un homoinjerto y 350 (20,7%) una EI sobre TAVI. Los pacientes con EI sobre una prótesis mecánica u homoinjerto aórticos eran más jóvenes (mediana [RIC] de 64,6 años [53,2-72,9] y 50,2 años [38-64,9] respectivamente) en comparación con aquellos con una EI sobre bioprótesis o TAVI (73,8 años [66,1-78,5] y 80 años [74,6-84] respectivamente), p<0,001. Los pacientes con EI sobre TAVI tenían más comorbilidades (EPOC, enfermedad cerebrovascular y enfermedad renal crónica) en comparación con el resto de grupos. Un episodio de EI previo fue más frecuente en pacientes con bioprótesis (20,0%), válvula mecánica (20,6%) y homoinjerto (51,4%), en comparación con los pacientes con EI sobre TAVI (1,4%). En el análisis de propensión, la EI sobre TAVI vs. la EI sobre bioprótesis, la tasa de insuficiencia aórtica moderada o grave nueva fue mayor en el grupo de bioprótesis (43,4 vs. 13,4%, p<0,001) y se diagnosticaron menos vegetaciones en el grupo de bioprótesis (62,5 vs. 82%, p<0,001). Los pacientes con EI sobre bioprótesis tuvieron mayor afectación paravalvular (47,9 vs. 27%, p<0,001) y la EI por Staphylococcus aureus fue menos frecuente en este grupo (13,4 vs. 22%, p=0,033). A pesar de una mayor tasa de cirugía intrahospitalaria en pacientes con EI sobre bioprótesis (44,4 vs. 26,8%, p<0,001), la mortalidad estimada a 1 año fue similar en ambos grupos (bioprótesis: 46,5%, EI-TAVI: 44,8%; p=0,697).
Conclusiones: La presentación clínica, la etiología y el pronóstico de la EI difirieron entre los pacientes con distintas prótesis aórticas y TAVI. Sin embargo, en el análisis de propensión, las EI sobre bioprótesis o TAVI tuvieron unas tasas de mortalidad elevadas y similares al año de seguimiento.