P-259 - Metástasis de leiomiosarcoma en lóbulo caudado que comprime vena cava retrohepática
Hospital Universitario Virgen del Rocío, Sevilla.
Introducción: Los tumores retroperitoneales primitivos representan del 0,05 al 0,2% del total, siendo principalmente sarcomas malignos. La vía de difusión metastásica suele ser la hemática, pudiendo producir también implantes peritoneales por contigüidad, siendo el hígado y el peritoneo las localizaciones más frecuentes. Presentamos el caso de una paciente de 48 años sometida a una resección radical de metástasis de leiomiosarcoma situado en el lóbulo caudado que condicionaba compresión de la vena cava.
Caso clínico: Paciente de 48 años con antecedentes de leiomiosarcoma retroperitoneal intervenido en 2009 y en tratamiento con pazopanib. En seguimiento por Oncología médica se evidencia en la TAC de control una lesión a nivel del lóbulo caudado compatible con metástasis con posible infiltración a la vena cava retrohepática y otra lesión metestásica en segmento III (fig.). Tras presentar el caso en comité de tumores se indica cirugía programada valorando la posibilidad de resección de cava. Realizamos un abordaje abdominal mediante incisión subcostal derecha. Se realiza ecografía intraoperatoria que descarta la presencia de otras lesiones hepáticas ni en otras localizaciones. Durante la movilización hepática se identifica la tumoración en el lóbulo caudado que comprime la vena cava en su totalidad, identificando plano de disección entre ambas que evita la sección de la misma y permite liberar la lesión junto al segmento I íntegro. Posteriormente se realiza tumerectomía de la lesión del segmento III. La paciente fue alta al 3er día postoperatorio sin incidencias. El análisis histológico de la pieza informó de metástasis de leiomiosarcoma que respeta márgenes de resección.
Discusión: El leiomiosarcoma es una neoplasia agresiva derivada de las células del músculo liso. Su ubicación más frecuente es el retroperitoneo y hasta un 10% de los pacientes presenta metástasis en el momento del diagnóstico. Su tratamiento debe ser multidisciplinar, ya que la radioterapia mejora el control local mientras que la quimioterapia ayuda a reducir el tamaño tumoral, culminando el tratamiento con la cirugía radical siempre que sea posible. La supervivencia global a los 5 años varía del 15-50% pero llega a ser del 32-74% si se limita a considerar los casos sometidos a exéresis completa.