El enfoque tradicional de la educación universitaria en general y de la Medicina en particular, que consistía en proporcionar información, ha perdido su relevancia con los rápidos avances del conocimiento y la tecnología. La enseñanza ha cambiado el concepto de “saber todo” por el de “saber hacer”, haciendo hincapié en el aprendizaje activo en lugar de la adquisición pasiva de conocimientos, y en la resolución de problemas en lugar de la simple transmisión de información. Al sustituir la absorción pasiva de la información transmitida por el profesor, por un aprendizaje activo, basado en la curiosidad y la resolución de problemas, los métodos de enseñanza utilizados para impartir los actuales planes de estudios de medicina también han cambiado. Hechos como, los frecuentes exámenes y las extenuantes horas de clases y prácticas, solían ser la perspectiva de quien quería ser médico. Y de ese sistema desalentador surgieron buenos médicos. Sin embargo, la educación y la formación médica actuales tienen demasiada presión para que ese modelo sobreviva. Se necesita un nuevo paradigma basado en una definición del proceso salud-enfermedad que incluya lo biológico, lo psicológico, lo social y lo cultural, que no sea puramente biológico. Pero también se requiere un cambio en la forma de enseñar y aprender medicina. En la enseñanza, tan importante es establecer un contexto o clima para el aprendizaje adecuado, como impartir conocimientos o compartir experiencias.
Por supuesto, es imprescindible que para el correcto ejercicio de sus funciones, los médicos estén actualizados en sus conocimientos; de ello depende la calidad de la prestación de sus servicios así como la calidad de la atención a los pacientes, pero también es necesario desarrollar nuevos planes de estudio que aborden una instrucción integral de los aspectos biológicos, psicológicos, sociales y culturales (históricos) de la medicina, con oportunidades para que los estudiantes adquieran habilidades de liderazgo, trabajo en equipo y comunicación para introducir mejoras en los sistemas de salud en los que van a trabajar.
Convertirse en médico es un proceso complicado en el que los que están en la fase de transición son los más vulnerables. Obtener un título de médico puede ser gratificante en todos los sentidos, pero también puede tener un alto coste, no necesariamente monetario. Hay otros aspectos que muchas veces no consideramos y que el estudiante no suele conocer al entrar en la facultad y que hay que tener en cuenta. Por ejemplo: el entorno donde se desarrolla la formación, las relaciones alumno-profesor, los aspectos físicos (facultad/hospital) como hábitat, etc. Este entorno es percibido por los alumnos y estas percepciones influyen en su comportamiento y lo determinan de forma importante, y esto está relacionado con la consecución de los objetivos, la satisfacción y el éxito. Si el entorno educativo no es adecuado, se dificulta la adquisición de conocimientos y/o de valores de los futuros profesionales y las facultades de medicina deben reflexionar seriamente para aplicar los cambios necesarios para mejorar la enseñanza. Si el entorno educativo no es adecuado, es difícil que se adquieran los valores de la profesión, para la que los Centros preparan a los alumnos. Y dado que las cualidades y características de un entorno de aprendizaje vienen determinadas por una gran variedad de factores, como pueden ser las políticas del profesorado, las estructuras de gobierno u otras, también pueden considerarse elementos de un “entorno de aprendizaje”. Por lo tanto, podemos concluir que gran parte del currículo de los estudiantes estará definido por el clima educativo.
El clima educativo se define como cualquier percepción sobre el aprendizaje que puede influir en la motivación de los estudiantes para aprender. Se refiere a los lugares, contextos y situaciones en los que los estudiantes aprenden, por ejemplo, favoreciendo un entorno agradable, utilizando tecnologías audiovisuales y digitales etc. También incluye la forma en que las personas interactúan entre sí y se tratan unas a otras, así como las formas en que los profesores pueden organizar un entorno educativo para facilitar el aprendizaje.
A menudo atribuimos la calidad de la enseñanza a aspectos como la metodología, el profesorado o las distintas capacidades de cada estudiante. Todos estos factores son importantes, pero existen otros también esenciales en los que, en un primer momento, no pensamos, como por ejemplo el entorno.
El entorno de aprendizaje es un factor clave para el éxito, y tiene un impacto significativo en el bienestar y el rendimiento académico de los estudiantes. Un entorno de aprendizaje positivo puede mejorar el rendimiento académico, el bienestar emocional y el comportamiento de los estudiantes. Por otro lado, un entorno de aprendizaje negativo puede tener el efecto contrario. Un entorno de aprendizaje negativo puede llevar a una disminución del rendimiento académico y la motivación de los estudiantes, lo que puede tener un impacto negativo. Estos detalles no solo afectan al rendimiento de los estudiantes, sino también al éxito de la institución. Cuantos mejores resultados y mejor se sientan los alumnos, mejor será la imagen del centro y la captación de alumnos.
Genn y Harden afirman que el clima educativo representa el espíritu y el alma del entorno educacional y del currículo académico. Es la manifestación o expresión del entorno educativo y del currículo académico. Se considera que el clima educativo es todo lo que ocurre en el aula, en un departamento, en la facultad o en la universidad. Refleja el nivel de presión en el entorno académico y social de una institución, y puede variar de un curso a otro, dentro de un plan de estudios o incluso de una clase a otra. Este entorno/clima es percibido por los estudiantes y estas percepciones influyen y determinan su comportamiento de manera importante, y esto está relacionado con la consecución de objetivos, la satisfacción y el éxito.
Los efectos del ambiente educacional (tanto en lo académico como en lo clínico) son determinantes importantes para las actitudes, los conocimientos, las habilidades, la progresión y el comportamiento de los estudiantes y su análisis es reconocido incluso como uno de los indicadores de evaluación de los programas de educación médica principalmente para lograr los estándares de calidad internacional.
Lo que diferencia a los estudiantes de medicina de otros estudiantes es que, en general, están motivados. La motivación puede ser tanto intrínseca (del estudiante) como extrínseca (de factores externos). Sin embargo, incluso con una buena motivación intrínseca, los factores externos pueden ser desmotivadores y desilusionantes.
No hay que subestimar el papel del profesor en la motivación. La relación entre estudiantes y profesores es un aspecto importante del entorno de aprendizaje. Los profesores deben ser accesibles, empáticos y dispuestos a ayudar a los estudiantes a resolver problemas. Una relación positiva entre estudiantes y profesores puede mejorar el rendimiento, el comportamiento y la actitud de los estudiantes. El entusiasmo por la asignatura, el interés por las experiencias de los estudiantes y una orientación clara (entre otras cosas) ayudan a mantener la atención de los alumnos y a mejorar la asimilación de la información y la comprensión. Las distracciones, las actitudes poco útiles del profesor y la incomodidad física animarán a los alumnos a desconectar.
En definitiva, la medición del clima educativo en una carrera universitaria permite detectar elementos relacionados con los logros, la satisfacción y el éxito. El entorno donde se desarrolla la formación, las relaciones alumno-profesor, los aspectos físicos (facultad/hospital) como hábitat, etc. es percibido por los alumnos influyendo en su comportamiento y lo determinan de forma importante, condicionando la consecución de los objetivos, la satisfacción y el éxito. El entorno de aprendizaje influye en el rendimiento académico y el bienestar emocional de los estudiantes. Cuando los estudiantes se sienten cómodos y apoyados en su entorno de aprendizaje, son más propensos a tener éxito académico y estar motivados para aprender Si el entorno educativo no es adecuado, se dificulta la adquisición de conocimientos y/o de valores de los futuros profesionales y las facultades de medicina deben reflexionar seriamente para aplicar los cambios necesarios para mejorar la enseñanza.