Objetivo docente: El radiólogo intervencionista debe conocer y saber manejar los medios adecuados para el control del dolor y la ansiedad para garantizar el bienestar y la seguridad del paciente. Identificar a los pacientes adecuados, la técnica analgésica adecuada a cada caso, manejar al paciente durante y post intervención, prever posibles complicaciones y su tratamiento.

Revisión del tema: Históricamente, la analgesia y la sedación han sido llevadas a cabo por anestesistas. Actualmente la demanda de procesos intervencionistas es cada vez mayor y la disponibilidad limitada de anestesistas, hace necesario seleccionar qué pacientes son los candidatos a que el control del dolor sea llevado a cabo por anestesistas y cuáles por el radiólogo, que, en determinadas circunstancias clínicas y con adecuada formación, puede realizarlo. Es necesario que el radiólogo intervencionista previamente al proceso identifique a los pacientes susceptibles de necesitar la participación de un anestesista para el control del dolor en el procedimiento al que se somete y cuáles no. Asimismo, debe de conocer los diferentes tipos de analgesia y sedación, los medicamentos más frecuentemente usados y recomendados por las guías de práctica clínica que disponemos en nuestro medio y los pasos a seguir en aquellos casos seleccionados, así como la atención durante y posterior al procedimiento y el manejo de potenciales complicaciones.

Conclusiones: El radiólogo intervencionista debe de saber y de disponer de los medios necesarios para administrar la analgesia y la anestesia local, así como una sedación mínima y algunos casos moderada, controlar el estado del paciente durante el procedimiento, reconocer posibles complicaciones y su tratamiento.