Introducción: Los sarcomas son tumores mesenquimales malignos poco frecuentes ya que suponen apenas el 1% de todos los tumores maligno. Tienen una incidencia de 0,3-0,4% por 100.000 habitantes. Los más frecuentes son los liposarcomas y pueden aparecer en cualquier región corporal puesto que derivan de las células mesenquimales o tejido de sostén. En su localización retroperitoneal tienen un crecimiento lento y expansivo, más que infiltrativo por lo que suelen ser poco sintomáticos y llegan a alcanzar tamaños realmente grandes, dificultando así su diagnóstico y resección quirúrgica.

Caso clínico: Presentamos el caso de una paciente de 48 años con un liposarcoma bien diferenciado, con focos de desdiferenciado de 42 cm de diámetro máximo y 19 kg de peso. Puesto que su crecimiento fue lento y asintomático, pasó desapercibido y el paciente pensaba simplemente que estaba ganando peso (siendo esta una forma muy frecuente de presentación). Tras diagnóstico por exploración clínica y TAC, se comentó el caso en comité multidisciplinar y se indicó cirugía. Se realizó resección compartimental en bloque de la masa, incluyendo riñón, colon izquierdo y psoas parcial. Fue alta al 6º día posoperatorio sin incidencias ni complicaciones. Dado el tamaño, precisó laparotomía media xifopúbica asociada a incisión transversal bilateral, realizando una incisión en cruz de gran tamaño. La anatomía patológica confirmó liposarcoma bien diferenciado con focos de desdiferenciado y márgenes libres puesto que el tumor estaba totalmente rodeado por otras vísceras o tejidos. El marcador MDM2 es un oncogén cuya expresión se encuentra amplificada en este tipo de tumores.

Discusión: El liposarcoma retroperitoneal es un exigente reto quirúrgico, cuyo manejo debe realizarse únicamente en centros de referencia y con equipo multidisciplinar. La resección compartimental con bordes libres es importante puesto que la recidiva local es muy frecuente y será la que determine el pronóstico. Los liposarcomas retroperitoneales se suelen originar en la grasa perirrenal y a pesar de que suele tener un crecimiento expansivo más que infiltrativo, para conseguir estos márgenes libres y evitar la rotura tumoral, se precisa la resección de tejidos vecinos o incluso vísceras (riñón, colon, vena cava, psoas...). Este gesto quirúrgico puede añadir morbilidad, pero mejora el pronóstico global puesto que estos tumores suelen ser más agresivos por recidiva local que por metástasis a distancia (a mayor componente bien diferenciado, menor agresividad a distancia). Por todo esto la decisión quirúrgica se tomará de forma personalizada, una vez consensuado en comité el equilibrio entre beneficio y riesgo para cada paciente concreto.